María de Domínguez, madre y abuela
En 1988, superestrellas del rock mundial recorrieron el planeta pidiendo respeto por los Derechos Humanos y cerraron el viaje en Mendoza y en Buenos Aires. Dos décadas después, el autor de esta nota dirigió una película documental mostrando algunos momentos de ese concierto inolvidable y unas entrevistas relacionadas con el tema. En una, la principal figura de las Madres de Plaza de Mayo de Mendoza contó su historia, y años más tarde, el programa Disco Pi dio la más esperada noticia: ella había recuperado a Claudia, que es la nieta 117. Aquí se cuenta esa historia formidable
Sinceramente, no sabía de María hasta que mis amigos mendocinos me recomendaron que ella apareciera en la película.
Yo era, todavía, un periodista “de Buenos Aires”. Era el 2008. Un año después empezaría a mudarme a Córdoba, adonde me instalé finalmente en 2010.
Cuando se cumplieron exactos 20 años de aquel acontecimiento, en diciembre de 2008. estrenamos en Mendoza la película.
Mucho después, ya radicado aquí, di la noticia en Disco Pi que aquella señora por fin se había encontrado con Claudia, su nieta, que es la 117.
Esto es lo que conté aquella mañana, para qué tanta vuelta:
Y aquella vez pasé el audio de aquella entrevista con María en la película.
Como esto es un multimedia, hoy puedo mostrar no solo el audio sino también la imagen -un fragmento del documental, a fin de cuentas- con ese testimonio.
Esta es la historia.
La película Derechos Humanos ahora! no se puede ver en la web porque, como se diría en el barrio, está “floja de papeles”.
Necesitaría autorizaciones explícitas de Sting, Peter Gabriel, Bruce Springsteen y de todos los otros artistas que se ven, de sus compañías discográficas, de las empresas que conducen sus carreras, de Amnesty mundial, de las delegaciones locales de Amnesty. En fin, un lío supremo.
Y esa papelería nunca se tramitó porque el camino puede ser increíblemente largo. Todos me dijeron que sí, en su momento, pero de palabra; firmado, nada.
Tengo mil historias para contar de ese trabajo que hicieron los estudiantes de la escuela de comunicación mendocina. Yo fui el director del proyecto nomás: todo lo hicieron las chicas y los chicos que allí se formaban como periodistas.
“Todo” fue la edición, el armado general y también las entrevistas, que se concretaron en Chile, con algunos de los Inti Illimani y con Claudio Narea de Los Prisioneros, y en Mendoza. En una de éstas, estuvo María.
Ayer hablé, como lo hago casi cotidianamente, con mis amigos mendocinos. Me contaron que, claro, allá se supo de la muerte de Sonia Torres, y que María está enferma y muy viejita, y que Claudia es de las pocas personas que la ve.
Para María este homenaje.