Mercedes Sosa en Chile, por Víctor Jara
La cantante tucumana, que hace unos días habría cumplido 88 años, y por lo cual se publicó un nuevo disco en su homenaje, una vez volvió a Santiago, cantó y se reencontró con la viuda del folklorista chileno asesinado en 1973, por gestión del autor de esta nota. Esta es la historia
Tal como lo había jurado, Mercedes volvió a Chile cuando allá se recuperó la democracia. No antes.
Esa vez, tan especial, tuvo la hermosísima amabilidad de invitarme a que la acompañara. Fuimos dos periodistas de Buenos Aires. Uno de Clarín, yo por Página/12.
Primero cantó en Viña del Mar. Fue en el mismo estadio donde todos los veranos se hace el tradicional festival. Al otro día se presentó en Santiago, y no fue en un lugar cualquiera: fue en el estadio Chile, que poco después se llamaría Víctor Jara. Fue allí donde los militares golpistas, comandados por Pinochet, lo asesinaron en 1973.
Ya tenía la crónica de esos shows, y con eso podía hacer mi nota. Pero busqué algo más. Un poco porque quería diferenciarme de lo que haría el otro diario, bastante porque podía concretarlo ya que estábamos ahí, y tan motivados, y sobre todo porque era algo que representaba una deuda para mí. Y para ella.
Entonces produje el reencuentro de Mercedes con Joan Turner, la viuda de Víctor.
Las dos mujeres de Víctor.
Mercedes dijo enseguida que sí y propuso un lugar: una sala del hotel Carreras donde se alojó. Yo me di cuenta de que eso era inmejorable: desde las ventanas del hotel, la prensa extranjera había podido filmar el bombardeo golpista del 73 contra la Casa de la Moneda, la sede del gobierno, que está enfrente. Joan tardó un rato pero también dijo que sí. Yo la había conocido personalmente dos años antes y ella me había regalado, con dedicatoria, un ejemplar de su libro Un canto inconcluso sobre su marido muerto.
En la reunión estuvimos pocas personas. Mercedes y Joan, claro; Fabián, el hijo de Mercedes, que sacó unas fotos a pesar del contraluz; Roberto Romero Escalada, periodista, amigo, encargado en ese momento de la comunicación pública de Mercedes, y León Gieco, amigo mío, que también había viajado a Chile invitado por Mercedes, y que no quiso perderse el encuentro de las dos mujeres. Y yo, que apunté todo.
Al volver, hice la nota.
Este es mi homenaje a Mercedes, que no es una ausencia.