Pedro Pastor, español y argentino (¿o cordobés?)
El joven cancionista hispano, hijo del emblemático cantautor Luis Pastor y sobrino de Pedro Guerra, estuvo varias veces hablando y cantando en la FM de los SRT, incluso una vez, acompañado por su compadre el poeta Suso Sudón, versionó a León Gieco. Aquí la historia
Nos conocimos casi de casualidad, cuando vino por primera vez a Córdoba acompañando a su papá Luis. Después vino solo varias veces y descubrimos que éramos escorpianos ¡y que cumplíamos años el mismo día, el 18 de noviembre!
Por eso celebré tanto que una vez hiciera coincidir su paso por las Sierras Chicas, en medio de una gira latinoamericana, para un hagamos un festejo de dos.
Su último disco se llama, justamente, Escorpiano, por una canción que obviamente es la central del disco.
La que dice: Que sé aguantar las verdades; no me gustan los rodeos. Que también puedo ser frío, insensible y estratega. Que no te las quieras ver conmigo en una pelea; que si soy apasionado, que si soy apabullante, vengativo y agresivo, resentido en adelante. De todos, el más celoso pero el más agradecido; observador como pocos, sensualmente bendecido; que soy tierno y soy picante, por supuesto, venenoso. Me gusta el poder y el arte, soy astuto y ambicioso, que si con algo no puedo es con la hipocresía, que contagio a todo el mundo mi malhumor, mi alegría, y en verdad yo no quería saber para no tener que admitir todo lo que acabo de decir: soy escorpiano.
Una vez, de visita en un programa que estaba haciendo en la FM de los SRT, junto a su socio el poeta Suso Sudón, me regaló una versión maravillosa de un tema del argentino León Gieco.
Pedro es muy pibe (nació en 1994 en Madrid, o sea que recién tiene 29), viene del rap y del folk, es independiente por convicción, ama los escenarios, hace canciones atractivas, divertidas y con alto contenido social, y tiene buena memoria.
Esto ya lo demostró en su canción Los olvidados que, por su certeza, parece de otro tiempo. (Se recomienda escucharla)