Quien hoy mira para arriba, seguro que escucha un trueno
Se llama Mateo pero nadie lo llama por el nombre de su documento sino por el cual se hizo famoso: Trueno. Tiene 21 años y anoche arrasó con los premios Gardel. El muchacho de La Boca que habla de tener conciencia y memoria, y que reivindica su origen proletario, sigue creciendo
Como La Mona, se puede dar a conocer con un sola seña. Es así, el pibe hace el 4 con su mano y se le entiende: quiere decir que proviene de la Comuna 4, la zona más postergada de la capital argentina, hoy conocida como CABA.
La Comuna 4, una de las 15 porteñas, es el Sur de la ciudad: La Boca, Barracas, Parque de los Patricios y Nueva Pompeya. Hasta que las autoridades del cambio prometido -Larreta- cumplan con su claro plan de devastación, seguramente seguirá siendo un sector olvidado.
Hoy por hoy, es tan famoso como Jiménez, solo que el pibe no se saca fotos con los políticos que están arriba y mete los pies en el barro y denuncia a la policía que persigue a los grupitos de jóvenes que estacionan en la esquina. Y es más joven que el cordobés. Claro. Tiene 21 años.
Trueno, que según la tarjetita del DNI se llama Mateo Palacios Corazzina, nació en La Boca el 25 de marzo de 2002. Así que próximamente cumplirá los 22. Es rappero, freestyler y coquetea con el reggaetón. No hay disculpas si alguien dice que no sabe de él: se lo puede encontrar por todos lados en el gran mundo de estas horas, que es internet.
Trueno hizo una canción, Mamichula, para la cual contó con la colaboración de Bizzarap -el del tema de Shakira, sí- y de Nicky Nicole, que en ese momento era su novia, y tiene cifras escalofriantes de reproducciones: si alguien dice millones, no exagera. La generación de este siglo lo ubica al tope de sus gustos y eso no lo lleva a desconocer de dónde viene: en nombre de la memoria, hizo una canción junto a Víctor Heredia. La que anoche cantó con él en la ceremonia de los Gardel.
Wos, el otro gran referente de este estilo desprejuiciado y desafiante, ganador del Gardel del año pasado, es de River. No lo oculta.
Trueno es de Boca. Se viste de azul y amarillo, habla de su barrio y del equipo. Esto quiere decir que tampoco lo oculta, claro.
Quienes no lo conocen aún, pueden verlo y escucharlo en muchos lados hoy. Quizá haya una buena síntesis en el video que hizo para el Tiny Desk de NPR, la radio pública de los Estados Unidos, que vendría a ser la BBC de ese país. Interesar a ese ciclo es, hoy, algo así como tocar el cielo con las manos.
En setiembre del año pasado, Trueno hizo un concierto para el Tiny Desk y fue anfitrión de quienes bajaron al sur a documentarlo en el patio de un conventillo de la calle Lamadrid del barrio de La Boca. En la biblioteca que la escenografía suele mostrar en su estudio habitual, se podían ver libros de Carlos Gorriarena y Xul Solar. También una pelota pulpo, un tetra de vino Toro, algunos viejos ejemplares de El Gráfico, un cuadro de Quinquela Martín, banderas del país, un gorrito de Boca Juniors. Trueno arranca con Dance crip y luego dice: ¡Bienvenidos al barrio de La Boca! El Trueno les habla. Este es el barrio del que soy oriundo, donde yo nací, donde me formé, donde me hicieron ser quién soy, donde me junté con mis ñeris, con mi padre, donde viví toda mi vida.