Cómo ahorrar en impuestos y servicios con inflación récord
La suba desmedida de los precios y salarios que mejoran pero no alcanzan, exige agudizar las estrategias para llegar a fin de mes. El atraso en los pagos, si bien una alternativa poco ortodoxa, pero puede ayudar en la coyuntura. Mirá cuáles son los límites.
En un contexto de precios crecientes que en marzo arrojó una inflación minorista récord en 20 años y que en abril no parece haber cedido lo suficiente y con paritarias que, aún renegociadas, corren desde atrás, cualquier alternativa para recortar gastos es válida a la hora de hacer rendir cada peso.
Las posibilidades para alcanzar ese objetivo son muchas: adelantar las compras mensuales de alimentos y demás bienes apenas se dispone del sueldo y así evitar los aumentos periódicos, aprovechar los días de descuentos que acuerdan bancos y supermercados con determinadas tarjetas de crédito o bien “caminar” la calle en procura de las mejores ofertas. En un proceso inflacionario como el actual, la diferencia de precios entre una y otra boca de expendio es decididamente marcada en determinados productos.
Por cierto, para quienes tienen la posibilidad de contar con algún ahorro, los plazos fijos atados a la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) permiten cubrirse de la inflación aunque tienen una contra: hay que inmovilizar el capital invertido por 90 días, caso contrario la tasa de interés ofrecida desciende de manera marcada.
Sin embargo, hay otras alternativas menos visibles y “poco ortodoxas” que también pueden colaborar en el objetivo de preservar cada peso.
Endeudarse en impuestos y servicios
Una de esas posibilidades es atrasar los pagos de impuestos y servicios. Esa opción tiene sus limitaciones pero en el corto plazo genera un rédito nada despreciable.
Es que la suba de la inflación pero particularmente de los salarios, en la mayoría de los casos supera el interés por mora que cobran la AFIP, Rentas, la Municipalidad de Córdoba y empresas de servicios e incluso los colegios privados, por citar sólo algunos casos.
Ese diferencial entre lo que sube mi salario y el ajuste de la deuda en impuestos y servicios por la morosidad en el pago, en esta circunstancia, favorece al deudor.
Vamos con datos concretos. La inflación interanual medida por el Indec entre marzo pasado e igual mes de 2021 fue del 55,1%. Si la mensualizamos, esto es la dividimos por 12, arrojó un alza promedio mensual del 4,59%. Sin embargo, la dinámica de los precios fue muy diferente en esos 12 meses. Así, sólo en el primer trimestre de este año subió 16,1%, esto es 5,33%.
En tanto, los salarios a febrero y también según el Indec habían subido a razón del 4,35% mensual. Pero al igual que la inflación, la evolución fue muy dispar según cada mes, con diferencias entre privados registrados, públicos e informales, estos últimos con alzas muy por debajo del incremento de los precios.
Los datos de marzo, en el caso de los salarios, y de la inflación en abril aún no se conocen.
Sin embargo, todo hace suponer que difícilmente y aún pese a las renegociaciones en las paritarias, los ingresos de los asalariados hayan podido superar la escalada en los precios.
El panorama a futuro, si bien incierto, no avisora cambios drásticos en esa dinámica.
Interés por mora
Con los datos sobre inflación y salarios, veamos cuánto cobra cada jurisdicción por mora mensual en el pago de tributos y cuánto las empresas de servicios.
En el caso de AFIP, para el monotributo, por ejemplo, el interés por atraso mensual es del 3%, o sea menor a la evolución de los salarios.
Por su parte, Rentas de la Provincia también penaliza con una tasa del 3% mensual por cada mes de retraso en el pago del Inmobiliario o del Automotor.
Mientras, la Municipalidad de Córdoba percibe un interés del 4% por morosidad, siempre por mes.
Así, salvo la comuna, el resto cobra tasas muy por debajo de la evolución de los salarios.
Con todo, en los tres casos hay límites para eludir los pagos.
Es que llegado el caso y depende de cada organismo, los atrasos tienen un plazo, superado el cual la deuda pasa a gestión prejudicial y luego directamente a juicio, con los costos extras que esa situación genera.
En definitiva, la mora tiene sus limitaciones, siempre en función de lograr un ahorro generado entre el diferencial de los aumentos de sueldos y el costo que implica atrasarse en los cumplimientos.
Por lo demás, siempre está la posibilidad de adherir a algún plan de pago que se anuncie por alguna de las administraciones tributarias y que ofrezcan condiciones beneficiosas para los contribuyentes.
Servicios, con límite
El caso de los servicios es diferente porque a diferencia de los impuestos, aquí está latente la posibilidad de corte.
Repasemos: EPEC hoy cobra un 2,5% mensual para clientes residenciales y tiene planes de pago activos cuya tasa difiere según la deuda se haya generado en los meses de cuarentena dura o en el período más reciente.
De todas formas, la empresa comenzó a regularizar su política de corte del servicio cuando se adeudan dos o más facturas mensuales. Ese sería el límite para endeudarse.
Mientras, Aguas Cordobesas percibe un 4% mensual por mora. Al igual que la empresa eléctrica, tras dos facturas adeudadas, la firma restringe el servicio a 50 litros diarios por tratarse de un servicio básico.
En tanto, Ecogas cobra una tasa del 5,6% mensual por atraso. Definitivamente, no conviene atrasarse con ese servicio. Esa tasa es dinámica y está regulada por el Enargas. Corresponde a 1,5 veces la tasa pasiva que retribuye por mes el Banco Nación para plazos fijos minoristas. Cómo el Banco Central viene convalidando aumento de tasas en los últimos meses para colocaciones a plazo, el interés por morosidad que cobra Ecogas fue en ascenso y seguramente seguirá en alza, considerando que la autoridad monetaria continuaría elevando las tasas que hoy se ubican en el 46% anual.
Al igual que las otras empresas, Ecogas también interrumpe el servicio cuando la mora supera los dos meses.
Un dato más. En el caso de los colegios privados, las cuotas adeudadas ajustan al 3% mensual. La morosidad en esos establecimientos llegó a niveles alarmantes en la pandemia y si bien la cobrabilidad mejoró, no recuperó los números de la prepandemia.
A diferencia de las empresas de servicios, un atraso en las cuotas de un colegio privado no deriva en la salida del alumno de la escuela. Sin embargo, situaciones como estas complican a los establecimientos para poder cumplir en tiempo y forma con las obligaciones, entre ellas las salariales y aún pese a que la escuela tenga subsidios del Estado.
Por lo demás, hay muchos otros servicios y obligaciones de pago que tienen su propia dinámica: telefonía fija y móvil, la televisión por cable y satelital o internet, prepagas y hasta el pago de expensas en un edificio, por ejemplo.