En septiembre pasado y anticipando lo que venía, Volkswagen Córdoba daba a conocer el envío a Polonia del resultado de la primera pre-serie de cajas de velocidades MQ281. Para seguir haciendo ese modelo, destinado a vehículos SUV (utilitarios deportivos), la automotriz prometió una inversión de 150 millones de dólares durante la visita presidencial de Alberto Fernández.

El contexto es el flamante proyecto Tarek, y la totalidad de los productos serán destinados a exportación. En la actualidad, la caja de seis cambios se utiliza para los autos Volkswagen Caddy, T-Roc, Polo y Golf, además de los Audi Q2 y A1, en los Seat León, Ibiza y Ateca, además del Skoda Octavia, todas fábricas pertenecientes al Grupo.

Son autos con ruedas de un diámetro amplio, que demandan mayor potencia, y el mayor logro es la reducción de cinco gramos de dióxido de carbono por kilómetro. Volkswagen adujo haber desarrollado “una caja de cambios manual altamente eficiente que cumple con estos requisitos de manera confiable”, que se basa en “un concepto de eje 2.5 y presume de una alta velocidad de transmisión”.

Se aduce que las condiciones que reúne “facilita la reducción de velocidad que se produce en la conducción de ahorro de combustible con marchas altas y baja velocidad del motor”. El nuevo esquema de “circulación del aceite” permite, a su vez, “una lubricación uniforme y óptima de los engranajes de la caja”.

Para el sector automotriz cordobés, que viene de amplia caída en los últimos años, suspensiones y despidos encubiertos mediante, la novedad no resulta menor.