A un par de kilómetros del Estadio Mario Alberto Kempes, se encuentra uno de los últimos pedazos de bosque nativo en la ciudad de Córdoba: la Reserva Natural Urbana San Martín.

Con una superficie de 114 hectáreas de superficie, la Reserva limita con el río Suquía y el Canal Maestro Sur. 

El lugar es una pequeña burbuja que conserva la flora y fauna original de la provincia. Sin embargo, la biodiversidad de la reserva se ve amenazada por las especies invasoras, plantas que afectan el armónico equilibrio entre la vegetación y los animales nativos.

Además de la conservación del ambiente, la Reserva también tiene fines recreativos y educativos. Foto: Satoshi Higa.

Los guardaparques y estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba trabajan en diversas estrategias para detener el avance de estas especies.

El espinal

La Reserva Natural tiene varios senderos para recorrer. Foto: Satoshi Higa

La Reserva forma parte de la ecorregión espinal que se caracteriza por tener un clima seco, árboles espinosos y pastizales. 

Dentro de la reserva se han registrado muchas especies de mamíferos, más de 180 especies de aves y más de 250 tipos de vegetales. 

Malvavisco grande (Abutilon grandifolium), herbácea nativa. Foto: Satoshi Higa.

“Acá tenemos por suerte una muy rica biodiversidad. Hay muchas herbáceas como enredaderas: el ipomoea, la flor de la pasionaria y la flor de papel. Después, hay muchos arbustos como el palo amarillo o el poleo”, explicó Mermela Martínez, guardaparque de la Reserva, a cba24n.

También hay  una gran cantidad de especies de árboles: quebracho blanco, espinillo, chañar, algarrobo, pichanas entre otros.

Quebracho blanco, especie arbórea nativa de Córdoba. Foto: Satoshi Higa.

En el caso de la fauna, se encuentran las yararás, comadrejas, zorros grises, caranchos, chimangos, caburés, etc.

Especies exóticas e invasoras

Para muchas personas, y la jardinería moderna, el bosque nativo es “poco atractivo” para la vista: espinas, troncos leñosos y pastos. 

Rama de tusca, árbol espinoso nativo. Foto: Satoshi Higa.

Por este motivo, en la ciudad, los parques, plazas y casas se plantan especies exóticas, es decir, que no son nativas: siempreverdes, eucaliptos, acacias, cafetos y otros árboles.

Juan Orco, integrante del programa de Educación, Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba, explicó a cba24n que una especie exótica puede amenazar la biodiversidad de un ecosistema y convertirse en una especie invasora. 

Al expandirse y absorber más recursos que las especies nativas, la biodiversidad se pierde y el bosque nativo es reemplazado por un bosque de una sola especie.

“Hay que ser consciente también que los árboles exóticos no son malos. Solamente están en un lugar que no corresponde”, remarcó el guardaparque Ezequiel Velásquez.

Sendero de la Reserva Natural Urbana General San Martín. A la izquierda hay caña de Castilla, especie exótica originaria de Asia, y a la derecha, algarroba, árbol nativo. Foto: Satoshi Higa.

¿Cómo afectan estas especies invasoras al bosque nativo?

Un ejemplo claro y una de las principales amenazas de la Reserva es el falso cafeto. “Esta especie que hemos visto en muy poco tiempo ha ocupado más superficie que otras ¿Cuál es el problema? Al ocupar más superficie, no le deja lugar a las especies silvestres a desarrollarse”, explicó Orco.

Falso cafeto, especie invasora en Córdoba. Foto: Satoshi Higa.

Esta “guerra” por el espacio también se convierte en un conflicto por otros recursos. “Las especies exóticas se vuelven un problema en cuanto a la disponibilidad de agua. No están acostumbradas al clima seco que hay acá. Vienen de regiones húmedas. Entonces toman más agua de la que hay acá en Córdoba”, remarcó Mermela Martínez.

Frutos de paraíso, especie exótica. Foto: Satoshi Higa.

Y agregó: “otra de las cosas que hacen es que muchas de las especies exóticas, como el siempreverde, tienen mucho follaje. Entonces no deja pasar la luz del sol y no deja que otras plantas crezcan. Y como no crecen otras plantas, no hay biodiversidad ni refugio para los animales”.

Cómo combatir las especies invasoras

Detener el avance de las especies exóticas no es tan simple. Sacar de raíz un bosque de siempreverdes o falsos cafetos puede provocar peores consecuencias al medio ambiente ya que retienen el suelo.

Árbol de mora, especie exótica. Foto: Satoshi Higa.

La extracción de especies invasoras se hace de manera lenta y gradual. Una estrategia es cortar de a poco los árboles exóticos. Al sacarlo, siempre se debe reemplazar por un árbol nativo, informaron desde la Reserva.

Otro método más amigable para el ambiente es “anillar” el árbol. Es decir, realizar varios cortes en la corteza del árbol para evitar su irrigación desde las raíces hasta las hojas. Esto provoca que se vaya secando de a poco y que las especies nativas vayan ocupando gradualmente el espacio. Una vez muerto el árbol, se remueve.

Nada se pierde, todo se transforma. Poste hecho con madera de siempreverde, un árbol invasor. Foto: Satoshi Higa.

Con los árboles exóticos muertos, se utiliza su madera para construir infraestructura: carteles, bancos y barandales. La madera del siempreverde especialmente es muy buena para este uso sustentable.

Por otro lado, el programa de Educación, Ciencia y Tecnología de la UNC impulsa un proyecto de ciencia ciudadana llamado “Cartografía de Exóticas - Señal Naturalia” que ayuda a mapear dónde están las especies exóticas en la Reserva para definir una mejor estrategia.

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En esta iniciativa, estudiantes de la UNC recorren la Reserva y georreferencian las especies exóticas que observan en el lugar.

“Este proyecto tiene una mirada desde la ciencia ciudadana porque muchos de los estudiantes que están participando, a través de Compromiso Social Estudiantil, no están disciplinarmente vinculado a la botánica o de la ecología", explicó Juan Orco, responsable del proyecto.

“Nosotros queremos brindar un aporte desde diferentes carreras con estudiantes para que se lleven una herramienta de vínculo, sobre todo con los espacios naturales”, agregó Orco.

Reserva San Martín y Valle Escondido. Foto: Satoshi Higa.

El objetivo final del proyecto es crear un mapa y una guía de recomendaciones que permita a los guardaparques y a las autoridades municipales tomar decisiones en torno al control, al manejo y entender la evolución que tienen las especies exóticas en la reserva. 

Foto: Satoshi Higa

Además, plantean difundir el conocimiento a través de la divulgación ciudadana de la ciencia.

La Reserva Natural Urbana San Martín es uno de los pocos espacios de la ciudad que es bosque nativo y que se ve amenazada constantemente por incendios, avances inmobiliarios y especies exóticas. En este sentido, es importante conocer qué especies animales y vegetales habitan en la Reserva para aprender a conservarlos.