El consumo de cannabis durante el embarazo y la lactancia: ¿qué se sabe realmente?
A pesar que el cannabis es la sustancia ilícita de mayor uso en el mundo, no existe un consenso respecto de los posibles efectos adversos que se producen en un bebé gestado por una persona que la consume. Los protocolos, en ocasiones, incurren en violencia obstétrica. Qué dicen los estudios científicos y cúal es la experiencia de las madres que recurrieron al cannabis para aliviar estrés y dolencias.
Las personas embarazadas generaron una capacidad extra para escuchar como todo el mundo sabe más que ellas sobre su cuerpo, su embarazo y sus hijes. Porque, al parecer, cualquiera está habilitado a darle consejos no pedidos a una persona gestante.
Ahora, imaginate, si estar gestando de por sí habilita al mundo a darte directrices, tomar la decisión de gestar y seguir utilizando cannabis te pone en un lugar de mayor señalamiento.
Pero, qué se sabe realmente del consumo de cannabis durante el embarazo y la lactancia.
El THC y CBD, son los principales compuestos de la planta del cannabis, es decir de la marihuana. El CBD tiene muchísimas propiedades medicinales, es importante recordar que en nuestro país el consumo de cannabis está legalizado gracias a la Ley 27.350 de cannabis medicinal y podes acceder a él mediante una inscripción como paciente en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN).
Como la marihuana es una de las sustancias a las que se atacó durante el fracaso de la “guerra contra las drogas” hay muy pocos estudios que no tengan el sesgo del prohibicionismo.
En el año 2016 , donde se incluyeron estudios de casos y controles, transversales y de cohortes. La síntesis de datos se realizó a través de una revisión sistemática y un metanálisis de la evidencia disponible.
Se realizó una búsqueda en diversas bases de datos con palabras claves que incluyeron un total de 6854 artículos publicados relacionados con cannabis y gestación. De estos artículos encontrados, se incluyeron 24 publicaciones de calidad científica para poder estar incluidos en el análisis.
Las conclusiones arrojadas en este metanálisis fueron: una probabilidad mayor de anemia materna, no se encontró asociación entre diabetes materna, rotura prematura de membranas, inicio prematuro de parto, trabajo de parto prolongado, trabajo de parto disfuncional, sangrado materno inadecuado.
Los efectos de la exposición al cannabis en el útero sobre los parámetros de crecimiento fetal y otros resultados fetales como edad gestacional, longitud de la circunferencia de la cabeza no se demostraron en este metanálisis. Esto pone en manifiesto que se necesitan mayor cantidad de estudios para determinar la asociación entre la exposición al cannabis y las alteraciones del crecimiento fetal.
Sigue habiendo un vacío en la literatura que evalúe la exposición al cannabis excluyendo el uso de sustancias lícitas tales como alcohol y tabaco que generan impacto perinatal comprobado por la ciencia.
A partir de aquí me pregunto, cuando se habla de consumo de cannabis, ¿cuánto consumen? ¿Qué dosis diaria? Porque este estudio no tomó en cuenta esos parámetros, ni condiciones sociales, ni de otros consumos interrelacionados con la marihuana.
Es decir es importante en el control prenatal poder ponerse en diálogo con la persona gestante en este tema , siendo un espacio de gran riqueza para reducir daños posibles, responder preguntas que generan mucha incertidumbre en las mujeres y poder asumir que aún es un campo donde no hay evidencias robustas definidas.
Es importante recordar que existe un riesgo asociado a la combustión, es decir a fumar. Durante el embarazo cualquier sustancia que fumes, ya la combustión y sus derivados son dañinas para el crecimiento fetal, genera patología restrictiva en el embarazo.
Pero existen muchísimas formas de consumirlo.
Deb fue mamá hace menos de un año, es autodidacta del cannabis y se dedica a la gastronomía cannabica. Ella decidió utilizar aceite y comestibles con mayor carga de CBD.
“Me hice galletas y empecé a consumirlas y de repente esa sensación de depresión dejó de estar”, comentó mientras su bebé dormía.
El embarazo para ella no fue sencillo, lo atravesó con bastante dolores y ansiedad, sobre todo en el último mes. Para tomar la decisión sobre si consumir o no aceite de CBD, no solo se informó por medios propios, sino que también lo consultó con su médico. “La dosis que vas a consumir es mínima, es una dosis segura”, le respondió el médico.
Deb sostiene: "El CBD me cambió la vida. Me ayudó un montón, no solamente con el dolor, sino con el postparto, el puerperio, la depresión postparto que no sabía que existía hasta que la padecí”.
Qué sucede con el THC y la lactancia
El cannabis sativa se consume principalmente a través de la inhalación o ingestión oral. El humo de cannabis contiene más de 150 compuestos distintos, siendo el THC el fitocannabinoide más psicoactivo. El THC es lipofílico y se almacena en el tejido adiposo durante semanas o meses. Después de ser inhalado, el THC se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo desde los pulmones y se distribuye a los tejidos. Las concentraciones en sangre son breves, durando solo minutos, mientras que en el sistema nervioso central pueden persistir unas 2 horas. Las concentraciones restantes se metabolizan en el hígado, y aunque su vida de eliminación es de 20 a 36 horas, en usuarios crónicos puede extenderse hasta 4 días
Existe cierta preocupación en cuanto a si el THC afecta la producción de leche materna. Aunque se haya reportado una disminución en la producción de leche debido a la relación entre los cannabinoides y el sistema hormonal (prolactina) , esto no es suficiente para inhibir por completo la lactancia.
En un estudio titulado “Transfer of inhaled cannabis into human breast milk” mostró que el pico más alto de concentración de metabolitos psicoactivos ocurre entre la primera y la segunda hora después del consumo de cannabis.
Por lo tanto, se sugiere que, si la persona decide consumir cannabis durante la lactancia, se separe al menos dos horas entre el consumo y la lactancia para reducir la cantidad de metabolitos transferidos a la leche materna. También se demostró en este estudio que el THC se transfirió a la leche materna en una concentración determinada, de tal manera que si un bebé que amamanta exclusivamente leche humana ingiere aproximadamente el 2,5% de la dosis de cannabis consumido por la madre. con un rango entre el 0,4 y el 8,7%.
Entonces, es importante tener en cuenta la frecuencia y la cantidad de consumo de cannabis, ya que esto puede influir en la presencia de metabolitos detectables en la leche materna y en la sangre de la madre durante un período de tiempo variable, que puede ir desde seis horas hasta una semana o más.
En comparación con otras sustancias como el alcohol y el tabaco, que son legales pero desaconsejadas durante el embarazo, el cannabis a menudo se agrupa en la categoría de drogas ilícitas. Esto es lo que plantea desafíos en la investigación, ya que algunos estudios excluían las drogas ilícitas, lo que generaba sesgos.
Ahora, no hay que olvidar que aquí en Córdoba, Ludmila Melo, una paciente de cannabis inscripta en el REPROCANN, fue separada de su hijo recién nacido y se le negó la posibilidad de amamantar después del parto debido a la aplicación del protocolo "Mamás en consumo". El hospital argumentó que esta decisión se basó en preocupaciones por el uso de cannabis por parte de la madre, a pesar de que Melo había declarado su uso para tratar una condición médica. El bebé fue alimentado con leche de fórmula durante 93 horas antes de que se permitiera la lactancia materna debido a la presión de organizaciones civiles.
El silencio en torno al uso de cannabis durante el embarazo y la lactancia por temor existe, debido a casos como el de Ludmila, y como resultado, estas personas pueden no recibir el seguimiento adecuado durante la gestación, lo que dificulta una evaluación precisa de los riesgos y beneficios reales del consumo de cannabis en esta etapa crucial de la vida.
En los últimos años, Estados Unidos reportó un aumento notable en la prevalencia del uso de cannabis durante el embarazo y la lactancia, según datos recopilados en diferentes estados, entre el 3.5% y el 16% de las mujeres embarazadas admiten utilizar cannabis fumado. En el contexto argentino, con aproximadamente 533000 nacimientos al año según los datos del 2019 de la DEIS (Dirección de Estadísticas e Información en Salud), nos preguntamos cuántos de estos bebés podrían estar expuestos al uso de cannabis fumado durante la gestación. Incluso en el escenario más conservador, con una tasa de uso del 3%, estaríamos hablando de alrededor de 16000 a 20000 niños nacidos al año expuestos a esta sustancia.
A partir de ahí me queda la pregunta ¿tenemos en el país un conjunto de 16000 casos de niños con patologías determinadas?
Josefina comenzó su relación con la marihuana en la adolescencia, al principio la consumía de manera recreativa, con el tiempo fue descubriendo la parte medicinal de la planta.
Uno de los momentos más significativos en la vida de Jose fue su embarazo, que ocurrió poco antes de que la pandemia mundial de COVID-19. Durante este período, continuó consumiendo cannabis, lo cual era parte de su vida cotidiana antes del embarazo. Para ella, su decisión de continuar usando cannabis se basó en la creencia de que reducir el estrés era fundamental para su bienestar y, por lo tanto, para la salud de su bebé.
José es psicóloga y reconoce los efectos negativos del estrés en el cuerpo y la mente. Para ella, encontrar formas de lidiar con el estrés de manera saludable y efectiva era esencial.
"si vos sentís que no podés más y que tus nervios son terribles y que la estás pasando mal, me parece mucho más saludable hacer una seca que estar pasando por ese nivel de estrés." expresó.
Esta filosofía la llevó a tomar decisiones informadas sobre su consumo de cannabis durante el embarazo. Sabía que esta elección podría ser controvertida, pero sintió que era lo correcto para ella y su bebé.
Si bien hubo recomendaciones médicas para ciertas intervenciones, ella pudo mantener una comunicación abierta y honesta con su equipo médico.
Su embarazo fue consensuado con su pareja y buscado, tuvo muchas condiciones favorables, como una buena vivienda, una correcta alimentación, un entorno amoroso y la capacidad de cultivar sus propias plantas.
“El respeto por lo que uno consume también incluye todo eso, no es lo mismo una flor que te regala alguien especial que cuidó en su indoor durante meses, que vos sabés cómo le cuidó, que una flor que conseguís por ahí. No es lo mismo para mí consumir una flor que cosechamos en casa, que tuvo todos los cuidados y el amor que nosotros le dimos, que vimos crecer”, mencionó Jose.
Jose y Deb hoy son mamás de bebés sanos, fuertes y preciosos. Deb no puede creer lo despierta que es su cría: “hace todo el tiempo para sentarse. La veo súper sana, y de hecho los médicos que la ven cuando la llevo a los controles, es pura teta, porque es gordita, crece un kilo por mes y es grandota.”
La falta de estudios y protocolos claros complica la toma de decisiones informadas tanto para las personas que están gestando como para cada médico. Además el estigma y la prohibición en torno al cannabis hace que se evite hablar sobre su uso durante el control prenatal, lo que dificulta aún más la recopilación de datos y la comprensión de los riesgos.
En este contexto, es fundamental que los profesionales de la salud adopten enfoques colaborativos y comprensivos. Aquellas personas que se sienten incapaces de hablar con su obstetra sobre su uso de cannabis deben ser alentadas a buscar apoyo en equipos médicos que tengan una perspectiva más abierta y basada en evidencia científica.
Es fundamental abordar este tema con un enfoque equilibrado, que fomente la investigación basada en evidencia, la educación y la atención médica adecuada para quienes se embarazan, porque la comprensión de los riesgos y beneficios del uso de cannabis durante el embarazo es esencial para ayudar a quienes gestan a tener decisiones informadas sobre su salud y la de sus hijes.
La investigación sobre el uso de cannabis durante el embarazo y la lactancia es un campo en evolución, y se necesita un enfoque individualizado que tenga en cuenta la cantidad y el tipo de cannabis consumido. A medida que la comunidad médica y la sociedad en general continúan explorando estos temas, la información basada en evidencia científica debe guiar las recomendaciones y las políticas de salud pública para garantizar la seguridad de quienes maternan, paternan y de las crías mismas.
La prioridad debe ser la salud y el bienestar de las personas, y debemos continuar investigando y debatiendo para tomar decisiones informadas y compasivas.