El costo de morir en Córdoba: un servicio funerario cuesta más de tres salarios mínimos
La cremación es una opción cada vez más usual en la provincia y en el mundo. Un ataúd puede costar entre los 35.000 y 85.000 pesos en adelante. El servicio funerario más lujoso tiene un valor de 1.500.000 pesos.
En torno a la muerte hay todo un negocio por detrás, con empresas que se dedican exclusivamente a facilitar la despedida de nuestros seres queridos. Algunas de las prestaciones tienen precios elevados y en general varían según las costumbres y las preferencias del cliente.
En Córdoba, los servicios funerarios implican un esfuerzo económico para los deudos.
“La cremación es una tendencia que se da a nivel mundial, igualmente uno ve que servicios puede dar para que la gente haga el duelo. En el ámbito local la cremación es elegida aproximadamente por un 45% de los clientes. En ciudades del interior, esta elección ocupa alrededor del 20% y la gente prioriza la sepultura en tierra”, explicó Juan Dellavedova, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Fúnebres de la provincia.
Cuando fallece una persona los trámites son varios, por lo que algunos prefieren delegar esta tarea en las empresas funerarias.
El primer gasto que se afronta es la tasa de defunción del registro civil, que cuesta entre $3.000 y $6.000 pesos. Una vez realizada esta papelería, hay distintas modalidades y tasas para retirar los restos de un fallecido.
La cremación es una de las opciones más elegidas por la clientela según Ines Despontin, dueña de la casa funeraria “Casa D'spontin”. Si la cremación es directa, es decir, sin instancia de despido de los familiares o auto fúnebre, con un ataúd ecológico, no apto para velatorio, cuesta desde los $90.000.
La cremación con sala velatoria, sólo por unas horas, cuesta aproximadamente $140.000. Actualmente, son escasas las familias que optan por velar a sus seres queridos toda la noche.
Para igualar precios en la provincia, la Asociación de Servicio Fúnebres de Córdoba estableció un valor sugerido para un servicio fúnebre estándar destinado a particulares y algunas obras sociales. Esta ceremonia ronda en los $260.000 e incluye: cajón, auto fúnebre y sala velatoria.
En cambio, el servicio funerario más lujoso ronda en $1.500.000. Se brinda un cajón de la más alta calidad, hecho de roble y apto para panteones familiares o nichos (con caja metálica interna), un capillero, sala velatoria vip y como mínimo dos autos de acompañamiento, entre otras particularidades. Ines insiste en que actualmente este tipo de servicios no son frecuentes.
Los ataúdes comprenden el 30% del servicio funerario, una calidad media ronda entre los $35.000y $40.000. Un ataúd más lujoso puede costar $80.000 en adelante. El valor de las urnas funerarias inician en los $6.000.
Los montos son diferentes según el medio de pago que elija el cliente y el tipo de servicio, cuanto más completo más elevado es el precio.
“La gente prefiere abonar con transferencias bancarias y no quedarse con deudas. Por lo que buscan el servicio más económico, no importa si no hay velatorio. Optan por la cremación para no quedar con un gasto permanente en un cementerio, esta es la tendencia acelerada tras la pandemia”, explicó Despontin.
Según los referentes del sector, los valores son muy distintos en otras provincias como en Buenos Aires, que manejan importes más elevados y en algunos casos dolarizados. Este rubro, como en la gran mayoría del país, se modifica en torno a la situación inflacionaria y las importaciones.
“No podemos aumentar de golpe un porcentaje alto porque la gente no tiene plata. La situación es extraordinariamente compleja en este momento, todo tiene algún insumo importado que está dolarizado, como por ejemplo los ataúdes que van a nicho o panteón. Los elementos que antes eran cortesía de la casa, hoy los tenemos que cobrar. No hay precios de referencia y un valor de un proveedor puede modificarse en menos de 60 días”, indicó Inés Despontín, dueña de Casa D'spontin.
¿Cuánto sale contratar un cementerio?
En Córdoba existen cinco cementerios municipales que, a diferencia de los privados, ofrecen un importe más accesible solo para aquellos que residen en la ciudad.
Anteriormente, los camposantos públicos eran distinguidos por su valor arquitectónico y cultural que demarcaba una distinción socioeconómica. Por ejemplo, el cementerio de San Vicente es en su mayoría parque, en cambio, el de San Jerónimo posee mausoleos, panteones, nichos y cofradías.
“Hoy ya no se construyen panteones o nichos. Siete de cada diez personas son cremadas. Posiblemente las próximas generaciones ya no van a usar los comentarios, van a quedar como museos a cielo abierto”, comentó Matias Ortiz, director general de cementerios municipales.
Hace algunos años los cementerios también ofrecen servicios funerarios, acción que es criticada desde la Asociación de empresas funerarias.
En cementerios municipales, la cremación cuesta aproximadamente 30.000, con sala velatoria gratuita. La parcela tiene un monto de 5,846.21, en el caso de San Vicente, esta cuota se cobra luego de un año. Panteones o nichos pueden costar entre $7.000 a $15.000.
En cambio, en cementerios privados hay una tendencia a vender la parcela más que en alquiler anual. Por ejemplo, en Parque Azul una creación con sala velatoria puede costar 150.000 en adelante, si es directa puede valer $68.000. En la parcela pueden entrar tres cuerpos, esta vale entre $40.000 y $88.000, dependiendo el sector del parque.