Inundaciones en Sierras Chicas, 10 años después: ¿Qué cambió?
El 15F será recordado siempre como una fecha trágica para la provincia de Córdoba. Los números oficiales dicen que fallecieron ocho personas, pero los vecinos afirman que fueron veinte. Una década más tarde, el desarrollo inmobiliario continúa haciendo estragos en la zona. Aquí es testimonio de una de las mujeres que sufrió ese día.
El 15 de febrero de 2015, los habitantes de Sierras Chicas vivieron una experiencia que difícilmente olviden. La intensísima lluvia, que cayó en algunas pocas horas, dejó y secuelas que permanecerán para siempre en su memoria: “Recordamos aquel día, recordamos la tragedia, el estupor, la bronca, la impotencia”, relata Cecilia Michelazzo, vecina de Unquillo.
Con este antecedente, y habiendo pasado ya una década del mismo, sería casi ilógico pensar que un hecho de similares características pueda repetirse. Menos aún en Córdoba, tierra de una de las Universidades más prestigiosas de Latinoamérica, con científicos que son premiados por sus investigaciones a nivel mundial. Sin embargo, la política hizo oídos sordos a las recomendaciones de esos científicos hace 10 años. Y lo sigue haciendo hoy.
“Habían existido inundaciones antes, y había informes de la Universidad diciendo que no se podía seguir desmontando la cuenca alta. Esas alertas sí fueron tempranas, y no fueron tenidas en cuenta, no por desconocimiento sino porque se priorizaron los intereses inmobiliarios. Y son los mismos que se siguen priorizando hoy. Se sigue autorizado desmonte en zona roja, siguen avanzando con construcciones, cada vez se facilita más el hecho de abrir una calle”, remarca Cecilia.
Según cuenta la entrevistada, muy poco ha cambiado en relación al sistema de alertas ante este tipo de fenómenos: “No se ha aceitado ese mecanismo, no se sabe si funcionan esas alertas, creo que solo Villa Allende alguna vez hizo un simulacro”.
Evidentemente, a los gobernantes poco les importa aprender de este tipo de experiencias, y siguen más concentrados en tomar decisiones que favorezcan su rédito político. Pero la gente, los vecinos, los habitantes de Sierras Chicas, esos mismos que perdieron todo sin tener la culpa de nada, intentan sacarle algo positivo a la tragedia.
Así lo describe Cecilia:
“También recordamos como eso nos hizo ponernos en acción, ir a ayudar, a sacar el barro. Fue impresionante como se movilizó la solidaridad colectiva en ese momento. Este año también queríamos recordar eso, esa acción colectiva de colaboración con quien a lo mejor no conocíamos. Ir a la casa de un vecino o una vecina cualquiera y sacar el barro. Pensamos que esa consciencia la tenemos que mantener despierta"
Hoy, a 10 años del 15F, el recuerdo sigue más vivo que nunca.