"Más mentiras para volverte a ver", la noche acústica de Guasones en el Pabellón Argentina
La banda de La Plata volvió este viernes a Córdoba, paseó por todos sus hits casi a capella y explicó las razones por las que no tocarán en Cosquín Rock. A pesar del formato, no faltó el pogo.
Está prohibido fumar en lugares cerrados. Pero… ¿Facundo Soto fumará? El vocalista de Guasones es conocido por consumir tabaco en sus shows y es todo una incógnita cómo estará dos horas sin prender un cigarrillo.
En la entrada del edificio principal de la Universidad Nacional de Córdoba la fila avanza rápido y a un costado hay vendedores de cerveza y fernet, que cuestan $1500 y $2500 en ese orden. Ya en la puerta de la sala de las Américas está el merchandising oficial con remeras de $12.000 y gorras a $6.000.
En el ingreso hay acomodadores que acompañan al público a los asientos, uno por uno, eso explica la demora de la sala para llenarse. Cerca de las 21.30 la impaciencia es generalizada y los aplausos para que el show empiece son cada vez más fuertes. Diez minutos después suenan guitarras y arranca el recital acústico de Guasones.
La banda está vestida formal, algunos más y otros menos, se ve desde lejos la corbata muy suelta del bajista, pero el hombre que se lleva todos los flashes es Facundo Soto. El cantante lleva zapatos, pantalón y saco de cuero, todo negro. La camisa también es negra, pero de muselina, esa tela transparente que suele usarse en vestidos. Lo último negro son sus lentes de sol, el clásico accesorio que usa día y noche.
Heaven or hell es el tema para empezar y la gente acompaña con palmas y gritos. Siguen Chica de ojos tristes y La vida es así. Soto se mueve, baila, habla con el resto de la banda, se apoya en el piano como si fuera una barra y saluda con un: “Buenas noches Córdoba, carajo”, después de Estupendo día advierte que el show será “un poco rockero, pero acústico”.
Suenan My love y Down, dos himnos del desamor típico de Guasones. Entre tema y tema desde el público gritan “te amo Facu” y el vocalista aludido responde: “Eso no es bueno, grave error”. Ya sin el saco de cuero y con una copa de vino, comienza a sonar Me muero y después Shaila show. Antes de la próxima canción, Soto responde al interrogante del tabaco y entre toses dice: "Es una buena manera de dejar el cigarrillo tocar en teatros cerrados".
Tres hits, en formato acústico y con lágrimas en los ojos. Eso fueron Hasta el final, Del olvido y Hay momentos. En el primero la guitarra fue acompañada por una mandolina, y el segundo tuvo como protagonista un lap steel. El tercero, además de instrumentos, tuvo una sala de las Américas repleta coreando “Cinco segundos de gracia, y mil horas sin razón, sé qué mis lágrimas en espejos fríos, soy la sombra de ayer”.
"Un poco de blues de Nueva Orleans", prometió la banda para encarar el tramo final del show, El huracán y Suerte encabezaron ese momento. Continuaron con Me estás tratando mal y Facundo Soto bajando a cantar con el público para terminar un bloque con varios estilos tocando Desireé (parte II) y Leila, dos rocanroles del grupo.
En la última vez que habla directamente con el público, el cantante de Guasones explica que este año no tocarán en Cosquín Rock "para descansar un rato y darle un descanso al festival”. Un segundo después el público explota porque Tan distintos está sonando y al instante es el turno de Ya estoy subiendo y Pasan las horas.
Aunque la gente pidió Canción para un amigo, la banda se excusó en tener un repertorio ya ensayado, aunque Soto jugó con la ilusión y cantó las primeras dos estrofas de Las cosas que no se tocan de Intoxicados y cerró con un “Que grande el Pity (Álvarez)”. Hizo una mención más a otra agrupación, al presentar a la banda y finalizar diciendo: "yo en la voz: Adrián Dárgelos", refiriéndose al cantante de Babasónicos.
Infierno blanco parece ser el final del show. Al terminar la canción se escucha (el día del aniversario de su fallecimiento) la voz de Diego Armando Maradona asegurando que le “cortaron las piernas”, y el aplauso de toda la sala se hace más grande.
Soto avisa que las canciones que siguen ya no son parte del show y Guasones se despide de Córdoba con 100 años y Espejo roto. El público se levanta de sus asientos para ocupar los pasillos y hace pequeños pogos con la última canción. El recital terminó y la noche de Córdoba está ideal para seguir cantando.