Celina Hafford sobre la muestra Aniversario en el Museo Genaro Pérez: "este proyecto fue una coincidencia de alegrías"
Conversamos con la co-curadora de la muestra, junto a Matías Factorovich y un gran equipo de trabajo. La muestra se puede visitar de martes a domingos de 9 a 19 hs incluso feriados y fines de semana, en General Paz 33.
Celina Hafford, es magister en museología y es la co-curadora de la muestra “Primuras de un jardín desmesurado” con la que se festejan los 80 años del Museo Genaro Pérez, ubicado en la señorial casona de Av. General Paz 33.
Con ella conversamos acerca de esta exposición inaugurada recientemente.
“Fue un proceso largo y placentero” explica sobre el trabajo de selección de las obras a exponer. “En el trajín hay mucho desorden, mucho por hacer”, continúa. Este proyecto fue una coincidencia de alegrías".
Relata que les gustó mucho trabajar en equipo con quienes están en el museo porque son los que realmente habitan la casa, son los que conocen con minucias la gran colección de más de 900 obras que está expuesta en su mayor parte en el museo.
El porqué del título
“Primuras de un jardín desmesurado” marca un tono barroco desde el principio, sabíamos que íbamos a tener los espacios atiborrados de cuadros. Aquí la obra es tan desmesurada que la intención era atender a los detalles. En cada sala, además hay guiños, como un arreglo floral en cuadros, hay guiños para los niños con los bocetos de las figuras urbanas de Seguí, en cada sala hay un paisaje. Hay muchas capas en esta muestra: el museo cumple 80 años y la ciudad cumple 450" fundamenta Hafford.
La casa donde habita el museo
Y continúa contando: “Este museo funciona en una casa, cuyos planos fueron comprados en París, porque al dueño le gustó el diseño, es una casa esquina que está plantada en el centro de una manzana, por lo tanto juega con esa idea de jardín exterior, pero cuando se convierte en museo, el jardín pasa al interior y son todas estas obras. Son esas primuras que tienen sentido para cada época en que fueron realizadas o adquiridas y que son resignificadas por las generaciones siguientes”.
Dar lugar al “Ojo deseante”
"Quisimos que el museo en estos 80 años, abandone esa lógica erudita que está planteada en los imaginarios, si bien ya sabemos que ahora los museos no funcionan así, quisimos dar lugar al "ojo deseante", para entrar, ver, descubrir, maravillarse, deslumbrarse, sin presentar las obras en jerarquías".
“No hay una historia del arte, no hay cronología de autores, no hay una organización de acuerdo a cómo se cataloga un inventario en forma profesional, sino que hemos generado una narrativa que puede o no ser interpretada por el visitante pero que no es necesario interpretar para disfrutar la muestra”.
“Jugamos con muchas sutilezas y trabajamos para que tanto hombres autores como mujeres autoras estén expuestas; cada vez que hemos necesitado componer un conjunto, los depósitos del museo nos proporcionaron las obras necesarias”.
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Ciudades superpuestas
Nos inspiramos en “Las ciudades invisibles” de Ítalo Calvino donde encontramos un diálogo entre Marco Polo y el gran Kan de China, quien le pide que describa Venecia y Marco Polo describe ciudades magníficas, diversas, diferentes. El autor las organiza como ciudades de los ojos, de los deseos, de los signos, de los nombres, de los muertos. Finalmente El Kan increpa a Marco Polo porque quiere que le hable de Venecia a lo que Marco Polo responde que siempre estuvo hablando de Venecia. Estas ciudades superpuestas se parecen a la nuestra, reflexiona la curadora.
“A mí me interesaba que las salas se conviertan en todas las ciudades que estos creadores cordobeses, enormes, grandiosos, sensibles, poderosos, inquietantes, ominosos en algunos casos, han logrado dejar como huella en este museo que es uno de los más queridos de la ciudad”.
Todos somos capaces
“La idea es recorrer estas salas, animarse a encontrar esos guiños, pero sobre todo animarse a encontrar lo que somos capaces de ver, todos somos capaces de ver algo. No hay aquí una jerarquía para encontrar la obra más relevante, todas las obras conviven entre sí, por algo entraron en algún momento al museo. Es la preocupación y el interés de detenernos en los detalles”.
“Queremos lograr que un visitante se sienta anfitrión de la casa, que pueda recorrerla, que pueda ser parte porque el patrimonio es éso: dar lugar para el acuerdo o el disenso, pero ambas nos vuelven parte de lo que estamos participando”.
“El texto curatorial está enmarcado para ayudar al visitante no es una catedral de la verdad sino que es una narrativa construída y ahí la posibilidad del disenso”.
Palabras de poetas
“Nos interesaba tener entre las obras, las palabras de poetas cordobesas y cordobeses que, aunque no pedí permiso, dice Hafford quienes lo vieron se mostraron conformes con la selección”.
Finalmente la curadora pone énfasis en mencionar el enorme trabajo cuidado, preciso, realizado por el otro curador: Matías Factorovich, quien tuvo que hacer una selección muy difícil de obras para la zona de la escalera por ejemplo, quien lo vea apreciará la poética de esa tarea. También agradeció a todos los equipos, a la Directora del Museo Sol Mosquera, montajistas, productores, diseñadores, la gente de limpieza, de admnistración, de seguridad. Fue un trabajo extremadamente colectivo y hermoso, asevera Celina.
Un anécdota emotiva:
“El curador tiene una tarea importante en un museo, todos esperan sus ódenes, sus decisiones, En este caso, pedimos a cada una de las personas que trabaja en el museo que debía buscar en el depósito su obra preferida y ubicarla en la sala correspondiente de acuerdo a la consigna de cada una de ellas”, cuenta.
La muestra se puede visitar de martes a domingos incluso feriados y fines de semana, de 9 a 19 en General Paz 33.
Escuchá aquí la nota completa reazada en Radio Universidad Nacional de Córdoba, en el programa “Susana y amigos” sábados de 9 a 12 hs.