Cuerpos, delitos y desapariciones: las miradas del cine nacional
A partir del estreno en salas comerciales de la primera película del director de la serie La chica que limpia, Lucas Combina que aborda un caso policial acaecido en los años 80 en la ciudad de Rosario traemos este domingo un Menú Plebeyo donde recorremos algunos filmes del cine argentino que ha tratado ese tópico que invita a pensarnos como sociedad.
El policial, el género negro y su relación con la realidad nacional es un tema que emerge / aparece en la cinematografía nacional siendo muchas veces es el disparador para reflexionar en torno a ciertos temas de la historia argentina y casi siempre de la coyuntura actual.
Los cuerpos, los crímenes por resolver y las desapariciones son cuestiones que desde la ficción siguen formulando preguntas que aún quedan por responder.
Proponemos un recorrido por algunos filmes que formulan preguntas, buscan cuerpos y formulan hipótesis.
5 casos
5 miradas
5 búsquedas
Un crimen argentino (Lucas Combina, 2022)
La opera prima del director cordobés producida por Warner Bros y estrenada este jueves en salas se interroga si el crimen perfecto existe, si es posible matar y no dejar huellas.
Para intentar responder esta pregunta transpone a la pantalla cinematográfica el libro de Reynaldo Sietecase Un Crimen argentino donde relata uno de los crímenes más terribles de la historia policial argentina acaecido en Rosario en plena dictadura militar. Uno de los más trágicos y menos conocido de aquel tiempo oscuro.
Un secuestro extorsivo, un cuerpo que se pierde de los lugares que suele frecuentar una noche de sábado es buscado por igual interés e intensidad por militares y el Poder Judicial.
La película se sumerge en la búsqueda frenética de un cuerpo desaparecido en la noche profunda de la Dictadura Militar.
El desenlace que no podemos spoilear sorprenderá a todos.
Un filme para mirar atentamente ya que guarda una relación directa con la triste realidad que se vive en la cartografía provincial.
Recomendación plebeya: ir a la sala de cine y después pasar por la librería a buscar la novela.
Últimos días de la víctima (Aristarain, 1982)
Uno de los grandes policiales negros del cine nacional es la transposción a la pantalla cinematográfica de la primera novela de José Pablo Feinnamn que también escribió el guión junto a Adolfo Aristarain.
Novelista y director se entendieron a la perfección sabiendo que el cine no es literatura y pudieron llegar a un acuerdo de extraer lo significativo del texto literario y aportar todo lo que el cine posibilita.
La historia de un sicario bancado por los sectores más oscuros de la sociedad argentina y un encargo que pone en jaque su trabajo (en realidad le permite dudar/ pensar sobre el oficio de matar) es el tema de este thriller metafísico que ya es un clásico del cine argentino y nos invita a observar lo que fue la Argentina en sus años más oscuros.
La historia de Raúl Mendizábal permite mirar los dispositivos y la maquinaria de la muerte que no han desaparecido de la cartografía nacional.
A 40 años de su estreno no está mal invitar a revisitar el filme para ver qué nos dice hoy.
Plata Quemada (Marcelo Piñeyro, 2000)
Basada en la novela de Ricardo Piglia (que también tuvo un gran escándalo en la época en que se publicó) este filme cuenta la historia de un grupo de delincuentes que realizan un atraco en la sucursal de San Fernado del Banco de la Provincia Buenos Aires donde hay muertos y heridos para luego huir a Montevideo con el cuantioso botín
Una historia de cuerpos, delitos y ambiciones que la cámara de Marcelo Piñeyro filma con buen pulso narrativo y un elenco en estado de gracia juvenil.
Hay cierto aire a Roberto Arlt y un espíritu de subversión que se respira en la novela y el filme intenta en cierto modo reproducir.
Para mirar y pensar en este objeto de deseo nacional que es el dinero.
Muere, monstruo, muere (Alejandro Fadel, 2018)
Película de terror donde la geografía imponente de la Cordillera de los Andes es la escenografía perfecta para esta historia donde aparecen cuerpos mutilados de mujeres.
Policías rurales son los encargados de investigar estos crímenes que parecen tener un asesino serial responsable que se acerca a lo que podríamos llamar un monstruo.
Es aquí donde la película de Fadel ingresa en una zona de experiencia cinematográfica y permite que este relato del horror dispare lecturas múltiples y diversas.
La película invita a partir de un género poco transitado por el cine nacional reflexionar en torno a la condición monstruosa de la sociedad.
Podemos anclar esa condición en nuestro país pero el relato permite ampliar los horizontes y la geografía.
Maravillosa película que debe verse.
Una de las mejores que nos ha dado el cine argentino.
La Odisea de los Giles (Sebastian Borensztein)
Basada en la novela La noche de la Usina de Eduardo Sacheri que también oficia de guionista cuenta la crisis del 2001, el terrible corralito que sufrieron miles de argentinos y la historia de una venganza que posibilita la ficción literaria.
Los eternos perdedores esta vez quieren estar del otro lado y la película muestra en primer plano la puesta en escena de esa odisea que tiene los condimentos de la comedia alla italiana para contarnos la tragedia más reciente de los argentinos.
Con elenco de lujo, una dirección correcta y algunas escenas que ya forman parte del patrimonio audiovisual argento.
Acá el recorrido por filmes que invitan a recorrer parte de nuestra historia, de tragedias vividas y de los cuerpos que aún están ahí para decirnos algunas cuestiones.
Películas y libros que recorren algunas situaciones policiales / políticas/ sociales que nos interrogan como comunidad.
Muchos de esos interrogantes siguen sin resolución/ respuestas.
Hay que seguir pensando, preguntando, investigando en torno a cuerpos, odios y delitos.