El barrilete deja de volar: cierran el tradicional museo de los niños
El espacio dejará de funcionar. "No podemos reconvertirnos a lo virtual", asegura su directora.
Más de 25 años de historia. El 2020 era el año en el que Museo Barrilete transitaba los 26 y el año pasado era imposible imaginar que el fin estaba cerca. De hecho, para ese aniversario de plata habían abierto un nuevo espacio en Villa Allende.
Un poco de historia. Museo Barrilete comenzó sus primeros pasos en el subsuelo de la Vieja Usina (hoy 220 Cultura Contemporánea). En ese espacio, los niños experimentaban y se apropiaban de cada sala pudiendo crear arte, intervenirlo y apreciarlo. Ciencia, juegos, expresiones artísticas se mezclaban con los cumpleaños y visitas de escuelas que llenaban de vida ese lugar.
Barrilete atravesó una gran crisis cuando su espacio tradicional cambió de concesionarios y no le renovaron contrato. Era prácticamente imposible pensar en ese museo en otro lugar, porque si algo tenía ese subsuelo, era un entorno mágico.
Sin embargo, lograron reconvertirse y comenzaron a utilizar lo que era un depósito en Recta Martinolli, en su nuevo hogar. Por allí pasaron muestras hermosas, como la Milo Lockett, Chanti e Istvansch. Cada inauguración era una verdadera celebración. Los autores de las obras se acercaban y al mismo nivel que su público, como niños, explicaban, guiaban el recorrido y jugaban.
Hoy, permanece cerrado a raíz de la cuarentena. Sus visitantes no pueden asistir, no pueden jugar, no pueden interactuar con los objetos, ni pintar sus paredes o soplar para hacer burbujas gigantes. En contraposición, los gastos siguen corriendo y la perspectiva de que puedan volver es muy remota: "Es un momento muy triste. No hemos podido dar un paso más. Venimos desde marzo sin trabajar, como muchos, pero la característica especial de nuestro lugar hace que la perspectiva de nuestro trabajo se vea muy perjudicada. No podemos imaginar una actividad como la de Barrilete en la que los niños tocan, juegan y manipulan objetos en un contexto como el que estamos viviendo", asegura Sabina Villagra.
"Hemos pasado momentos muy complicados, hemos soportado una mudanza, pero la diferencia grande con esta situación es que no hay una visión a lo que se viene que coincida con el concepto de lo que significa Barrilete. Nadie lo sabe y no tenemos aire. Llegamos hasta acá con nuestros gastos fijos y esa es nuestra realidad. Si no tenemos ingreso, no tenemos forma de subsistir", completó la creadora del museo.
Un espacio tan importante para la cultura, capaz de incluir a los niños en el arte desde lo lúdico, es un bien para la sociedad completa. No deberíamos dejar que cierre sus puertas. Queda la expectativa latente de que el estado municipal o provincial intervenga para preservar este espacio para los niños y que Barrilete pueda seguir volando a pesar de la gran crisis económica y social que genera el Coronavirus.