La Vela Puerca siempre “vuelve a volver” a Córdoba
El conjunto de Montevideo se presentó este viernes en la Plaza de la Música y visitó la primera ciudad a la que salió de gira hace casi 20 años. Un show lleno de temas consagrados que rompió más de una garganta.
Juega Uruguay, La Vela Puerca va a arrancar cuando termine. No lo dijeron, pero es obvio. El debut de las eliminatorias para los charrúas es en Montevideo, frente a Chile. Afuera la gente está tranquila, tal vez no saben lo del partido pero si conocen que La Vela no es lo más puntual del mundo.
20.45, justo para el entretiempo empiezan a tocar Los Mentidores, la banda de blues que hace de “telonera”. Unos 25 minutos de show para que el público entre en calor.
Uruguay va 2 a 0 al término del primer tiempo, parece ser que el show va a tener alegría. Mientras tanto, en la calle, los pilusos salen $3.000, las remeras $5.000, los buzos $10.000 y la lata de cerveza $700.
Los orientales ganan 3 a 1, faltan 10 minutos para que termine. “Cocho” y “Manolo”, los históricos “plomos” de la banda entran a hacer los últimos arreglos. Es inminente la salida de la banda, pero a esta altura ya es seguro que van a esperar que termine el partido.
Ganó “la celeste”, las luces se apagan, el volumen de los gritos sube, desde el fondo suena el famosísimo “Vamos la vela de mi corazón” y se contagia automáticamente. “Quiero pedirte un favor, quiero volverte a ver”, La Vela Puerca entra al escenario con Sin avisar, el hit de los últimos años.
Sebastián “Enano” Teysera, Sebastián “Cebolla” Cebreiro, Santiago Butler, Nicolas “Mandril” Lieutier, Rafael Di Bello, Alejandro Piccone, Carlos “Coli” Quijano, Diego Mendéz y José “Pepe” Canedo están en el escenario de la Plaza de la Música para que Córdoba explote como cada vez que La Vela Puerca viene a Córdoba.
Llega el turno de Potosí, un tema que hace algunos años no suena en vivo pero que es un clásico porque es del disco De bichos y flores, de 2001. Siguen La teoría, Buenas mascotas y Jugando con fuego, que es parte de Discopático, el último lanzamiento de la banda.
“Buenos noches culiao”, saluda el “Cebolla”, y suena Un frasco, “Lento, suave, letal”. La pastilla y El soldado de plomo siguen en la lista, pero si de uruguayos hablamos llega el momento “termo”. “Perdón Sebastián ¿cómo salió Uruguay?”, le pregunta el “Cebolla” al “Enano”. Palabras más, palabras menos se justifican por haber empezado tarde y argumentan que jugaba “el ahijado del Enano”, lo cual es cierto: se llama Facundo Pellistri y es delantero.
Clarobscuro (otro hit de la vieja era), La Madeja y No Sé suenan en Córdoba. Pero sin lugar a dudas el clásico más grande es que entre Manuel “Manolo” Ferreiro, uno de los “plomos” a cantar. Lo primero que hace, para ganarse al público argentino, es agradecer por la espera y decir “si hay un chileno, lo lamento mucho”.
Sigo creyendo es el primer tema que canta “Manolo” (que acaba de presentar el single Junté en el fondo con su banda Los Vespas). Y si de tradiciones hablamos, mientras el “plomo” toca el redoblante de atrás le tiran cerveza para que salte al ritmo de las baquetas.
Es 8 de septiembre, la fecha no parece tan especial, pero en La vela cumplen años Santiago Butler (guitarrista) y “Coli” Quijano (saxofonista). “Manolo” pide un aplauso y arranca con Colabore, el tema escrito por el “Ossie” Garbuyo que es una parodia a las dictaduras militares de América Latina. “Colabore para no desaparecer”, grita la Plaza que después sigue sola con “Hay que saltar, el que no salta es militar”.
Llega el momento de las lágrimas. En su típica banqueta el “Enano” canta y deja que la gente cante Para no verme más, el himno velero a la soledad que hace explotar en llanto a más de uno. Es el turno de Para siempre y Todo el karma. Ahora sí, empiezan los temas “que sabemos todos”.
Por dentro abre el sprint final del show, para que siga Haciéndose pasar por luz con el infaltable grito de “Soltalo Rafa” en el solo de guitarra. Ahí nomás engancha Llenos de magia y el pogo se hace inevitable con el grito de “ahora vuelven a volver, llenos de vida, llenos de magia”.
Poco a poco, con cada acorde la gente se sienta en el piso. El “Enano” canta Mi semilla y reina la calma en la Plaza de la Música. En pleno aplauso los grupos de amigos se miran porque empieza Por la ciudad y “tengo una banda amiga que me aguanta el corazón” se canta a los abrazos y a los gritos, como si esa canción uniera a todos los grupos que fueron al recital.
Zafar es una canción que durante los primeros diez años de La Vela Puerca se cantó en los recitales pero no se grabó. Es la melodía que se tararea para demostrar que la otra persona sí conoce a la banda, aunque crea que no, porque es el tema más conocido y no faltó esta noche.
El cierre son tres canciones de De bichos y flores, las tres que cierran siempre, el último clásico en una noche que tuvo muchísimos. “El fondo de un vino pa entibiar” de El viejo está pegado directamente con El profeta y su “Nos tomamos un vino y nos ponemos a festejar”.
La banda se va, queda el “Enano” solo con su banqueta, su guitarra y todas las voces que siempre son el coro de José Sabía. “Si todo parece jodido es cuando hay que poner”, canta Teysera. Y como todo recital de La vela, lo último que se escucha es al público corear “lairairai lairailai lailara…”.