Las cinco diferencias entre ficción y realidad en El Robo del Siglo
La asociación con la droga es lo que más molesta a los verdaderos actores
Llegó a la pantalla grande la película que recrea los que en Argentina se conoció como “El robo del siglo”.
El asalto al Banco Río en Acassuso el 13 de enero de 2006 está protagonizado por Guillermo Francella y Diego Peretti. Toma de rehenes, negociaciones, intervensión del Grupo Halcón y escape por un túnel subterraneo: los ladrones lograron llevarse 19 millones de dólares y 80 kilos de joyas. En esta secuencia se inspira la película dirigida por Ariel Winograd que se estrenó la semana pasada a 14 años del suceso.
Pero una vez más, según uno de los ladrones del 2006, Luis Vitette, la realidad supera a la ficción. Este hombre de 64 años, que hoy en día atiende su joyería en Uruguay, marcó cinco diferencias entre la película y el golpe al banco.
La primera diferencia que marca “el hombre del traje gris” es la camioneta que usan. En la realidad, la banda de delincuentes usó una camioneta Volkswagen Combi con un hueco en el piso, la misma fue comprada en una concesionaria con un DNI falso.
Mientras que en el film, quien consigue el vehículo para escapar es “El Paisa”: la robo y no tiene papeles. “En los hechos reales la combi la compré yo, fue adaptada y preparada y esperó a varias cuadras del ilícito para cargar el dinero e irnos. En la película atracan la puerta del banco con escopetas y dicen que la camioneta es robada, cuando no lo fue”, detalló “el uruguayo”.
Otra parte del golpe millonario que no coincide es la del escape. Vitette remarca: “En la película parece que el negociador mira una cloaca, mira una alcantarilla e intuye que se pueden haber escapado y se van pisándole los talones a los ladrones“.
Pero ese viernes de enero, los ladrones escaparon del banco tres horas antes de que ingresara el Grupo Halcón y no hubo persecución ya que al día siguiente las autoridades recorrieron el túnel que los delincuentes usaron para escapar.
Las detenciones son otro punto en el que se diferencian ya que los autores del asalto al Banco Río en 2006 fueron cayendo de a poco pero no el mismo día en el que realizaron su ataque. El primero en ser detenido fue Rubén Alberto De la Torre mientras caminaba por Avellaneda junto a su novia el 18 de febrero de 2006.
Mientras que “el hombre del traje gris” cae el 1° de marzo y el protagonista detalla: “En la vida real cuando a mí me dicen que tengo problemas, que fui delatado, me tomo un avión, me bajo en (el Aeroparque) Jorge Newbery y soy detenido tranquilamente. En la ficción hay un gran alboroto en el que involucran a mi hija y la veo sufrir y me dan ganas de putear. Es ficción, es una mentirita. Mi hija no estaba, no sabe nada de mi vida anterior, de mi vida de delincuente”.
Sucursal del Banco Río de Acassuso año 2006
La cuarta diferencia está en el pedido de pizzas por parte de los “atracadores”, que en 2006 usaron este recurso para ganar tiempo y distraer al negociador. “En la vida real Marito, el hombre de traje gris le pide pizzas al negociador del Grupo Halcón y desaparece de la comunicación. En la ficción parece que se monta un operativo fugazzeta que yo digo inexistente y que le comunico al negociador que traiga cinco fugazzetas y él en sus declaraciones dice que eso nunca sucedió, que él se hubiera dado cuenta. Es una broma”.
Pero hasta acá llegó el humor para el uruguayo, que se enojó al ver que su personaje comparte un cigarrillo de marihuana con Aráujo, uno de sus cómplices. El ladron asegura que dejó las drogas mucho antes de imaginar el robo, en 1990.
“Yo no participaría en la vida real de algo parecido a la droga. Soy un adicto, muy adicto, en recuperación y sin recaídas, ninguna recaída desde 1990. Ni me arrimo a la cárcel y con un porro en la mano, muchísimo menos. Eso nunca nunca nunca sucedería en la vida real”, remarcó indignado.