Murió Camila Perissé, la actriz y vedette símbolo de los años 80
La artista fue una de las más significativas representantes del destape de la década de los 80. Tuvo un importante recorrido en cine, TV y teatro.
La actriz y vedette Camila Perissé, falleció el martes pasado a los 70 años en un hospital marplatense.
Su muerte se produjo como consecuencia de una afección respiratoria, la última dolencia de una serie de problemas de salud que la aquejaron en los últimos años. La noticia fue confirmada en las redes de la Asociación Argentina de Actores.
Camila Perissé se destacó en el cine, televisión y teatro, deslumbrando por su belleza y controvertidos desnudos, especialmente en la obra "La señorita de Tacna".
Nacida en Mar del Plata, se trasladó a Buenos Aires donde incursionó en diversas disciplinas artísticas y se destacó en el teatro, trabajando con figuras como Soledad Silveyra y Susana Giménez. Su carrera también incluyó participaciones en cine y televisión. En sus últimos años, enfrentó problemas de salud, incluida la fibromialgia y secuelas de medicación, además de haber sido afectada por la pandemia de Covid-19.
Camila Perissé se llamaba en realidad Camila Porro, aunque había elegido el apellido materno para su actividad artística. Gracias a una belleza desafiante se transformó en un “sex-symbol” del país durante los 80.
Tuvo participaciones en la revista Playboy de Argentina, con gran repercusión a partir del famoso desnudo que protagonizó en “La señorita de Tacna”, una obra de Mario Vargas Llosa que dirigió Emilio Alfaro en el teatro Blanca Podestá, con Norma Aleandro al frente del elenco.
Corría 1981, luego de la dictadura cívico-militar que padeció el pueblo argentino de 1976 a 1978, y había que animarse a un desnudo total en épocas de censura impenetrable, por más que en el elenco figuraran nombres como los de Franklin Caicedo, Adriana Aizemberg, Leal Rey, Rubén Stella, Camila Perissé y Patricio Contreras.
A partir de entonces el nombre de Camila Perissé era muy buscado por el periodismo amarillo y fue perseguida por la comunidad farandulera, tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, donde la obra se montó durante la temporada veraniega.
Mar del Plata era la ciudad de nacimiento de Camila, quien a los seis años se trasladó a Buenos Aires junto a su familia (su madre, Ana Nieves, fue actriz secundaria en películas de Libertad Lamarque y Hugo del Carril), y desde la adolescencia encontró en la gran ciudad un foco de cultura que la fascinó.
Cursó parte de su secundaria en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández, estudió inglés en la Cultural Inglesa, además de guitarra y danzas nativas. Además, cofundó con varios de sus compañeros del Instituto Vocacional de Arte Labardén el grupo teatral independiente Taller de Expresión Popular.
Admirada por su innegable atractivo físico y por la firme voluntad de incursionar en las artes, integró por un tiempo el Ballet Estable de Joaquín Pérez Fernández, un bailarín español que hizo escuela y falleció en Buenos Aires en 1989, hasta que decidió que lo suyo era el teatro.
Estudió con el joven y ascendente Julio Ordano, con Carlos Gandolfo y con la maestra vienesa Hedy Crilla, quien antes de refugiarse del nazismo en la Argentina se había codeado en Europa con figuras como Bertolt Brecht, el director y coreógrafo Max Reinhardt, y el dramaturgo y guionista Carl Zuckmayer.
Crilla y su discípulo Agustín Alezzo la dirigieron en su debut con “Despertar de primavera” (1977), de Frank Wedekind, junto a un elenco de principiantes que luego lograron fama y un buen pasar gracias a la televisión, entre ellos Luisa Kuliok, protagonista de un comentado “topless” a bordo de una canoa.
En teatro se animó a todo: desde secundar a Rudy Chernicoff en “Yo, argentino”, participar como vedette o media vedette en las revistas “Zulma en el Tabarís”, con Zulma Faiad; “La revista del Mundial”, con Joe Rígoli; “El Maipo es el Maipo y Gasalla es Gasalla”, con Gasalla, Enrique Pinti y Claudia Lapacó; o hacer comedia en “Amores míos”, con Thelma Biral, Raúl Aubel y Víctor Hugo Vieyra.
Hasta que llegó “La señorita de Tacna” y su fama subió de golpe. La artista fue contratada para compartir cartel con Soledad Silveyra en “Íntimas amigas”, y con Juan José Camero y Eva Franco en “Las mariposas son libres”, que en 1971 había elevado al estrellato a Susana Giménez, dirigida por José Cibrián.
En 1993 trabajó en otra obra de Vargas Llosa, “Pantaleón y las visitadoras”, dirigida por Hugo Urquijo, que le valió integrar una terna como mejor actriz en los Premios ACE. Después de eso su carrera teatral se fue dispersando y Camila hizo teatro callejero en Nueva York (1998 y 2000), se presentó en pequeñas salas de provincias, trabajó para grupos de jubilados y geriátricos y su último trabajo registrado fue en 2013, con “Maté un tipo”, de Daniel Dalmaroni, en el auditorio Cendas.
Desde el principio su figura había aparecido en numerosas publicidades y la televisión no fue ajena a sus encantos: se la vio en “Tato por ciento”, “Como en el teatro”, “Esa provincianita”, “Viva la risa”, “Desde adentro”, “Zona de riesgo” y “Gino”, su última actuación, en 1996.
Sobre su trayectoria en el cine
En la pantalla grande trabajó en películas como “Fotógrafo de señoras” (1978), con Jorge Porcel, “Mi mujer no es mi señora” (1978), con Alberto Olmedo, “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo” (1978), para ambos cómicos; la infantil “Los superagentes no se rompen” (1979), dirigida por Julio De Grazia; y “Te rompo el rating” (1981), otra vez con Porcel.
En 1985 figuró en la dramática “Bairoletto, la aventura de un rebelde”, de Atilio Polverini. También, en películas como: “Los gatos (Prostitución de alto nivel)” y “Las esclavas”, de Carlos Borcosque (h); y “Las lobas”, de Aníbal Di Salvo.
Además, la artista realizó programas de radio. Estuvo en pareja con el músico Julio "Chino" Fernández, un hombre que fue feliz y sufrió a su lado. En los últimos años, la pareja acudió a los medios públicos para dar a conocer las gravísimas carencias materiales que atravesaban y los problemas de salud de Camila.
La actriz argentina atravesó diferentes problemas de salud desde que fue diagnosticada con fibromialgia en 2018, por la que le recetaron una medicación que le dejó como secuela un grave daño cognitivo. Durante la pandemia fue internada en varias oportunidades por Covid-19, y desde entonces su estado de salud era muy frágil.
(Fuente Télam)