Murió Sidney Poitier, el primer actor afroamericano que ganó un Oscar
El artista tenía 94 años y protagonizó films como "Los Lirios del Valle" o "En el calor de la noche".
Sidney Poitier falleció hoy a los 94 años y su nombre deja una huella en la historia de las artes escénicas, pero además significó un antes y un después en la industria.
Abrió camino para que se reconociera el trabajo y talento de los actores afroamericanos, y se lleva consigo el reconocimiento a haber sido el primer actor afroamericano en ganar un premio Oscar.
El premio llegó tras su segunda nominación y la consagración como mejor actor fue por su interpretación en “Los lirios del valle” (película de Ralph Nelson, en 1963). En esa terna competían Paul Newman, Albert Finney, Richard Harris y Rex Harrison.
Sidney nació el 20 de febrero de 1924 en Bahamas. De familia humilde, a los 15 años se mudó con su hermano a Miami y años después desembarcó en Nueva York. Hizo trabajos menores en diferentes restaurantes hasta que se alistó en el Ejército y mostró su vocación artística cuando se unió al American Negro Theatre.
Su debut cinematográfico fue en 1950 con “No way out”, cuando Poitier interpretó a un médico que sufría discriminación por ser de raza negra.
“Fugitivos”, “Semillas de maldad”, “Sangre sobre tierra”, “La esclava libre” y “Un día volveré”, son algunas de las películas en las que incursionó. “Al maestro con cariño” fue quizás el título que lo consagró como destacado. Desde fines de los 60 se interesó además por la dirección y producción cinematográfica.
"Mandela y De Klerk", en 1997 fue el título por el que interpretó a Nelson Mandela, rol que sintetizaba bien sus intereses, porque además de actor, siempre fue un activista por la igualdad.
El hombre que además tuvo seis hijas, fue reconocido con múltiples premios: el Oscar Honorífico en 2002, el Príncipe de Asturias a las Artes (1987), un BAFTA honorario en Gran Bretaña. Bahamas lo nombró embajador en Japón y en la Unesco, a fines de los 90. EL presidente Barack Obama le concedió en 2009 la Medalla Presidencial de la Libertad y tiempo antes, la corona británica lo había designado Comandante-Caballero de la Orden del Imperio por sus contribuciones artísticas.