Una lágrima en el humor: se nos fue El Gordo Oviedo
Estaba a punto de cumplir 93 años, fue uno de los protagonistas de la revista Hortensia, escribió doce libros y era un mimado por todos por su bondad.
Edgardo “El Gordo” Oviedo cultor y autor del típico humor cordobés, costumbrista y absurdo, falleció en esta jornada a la edad de 92 años.
Oviedo escribió en Revista Hortensia, editó doce libros, colmó los escenarios de la provincia y del país y también trabajó en revistas, radios y canales de Buenos Aires.
Oviedo, el humorista más antiguo de nuestra ciudad ligado a la mítica revista Hortensia siempre sostuvo que "el humor no es de nadie, es de la calle".
El Gordo Oviedo tenía 92 años, una verdadera leyenda de la carcajada con sello cordobés solía decir que “El humor es una estratagema contra la tristeza, contra la muerte. Por eso, la sonrisa es el signo más bello que puede verse en el rostro de una persona, tenga la edad que tenga”.
Cuando era adolescente, se inclinó a ver el lado dolido de las cosas, o al menos con un trazo de melancolía. “No tenés que hacer llorar a la gente”, le dijo alguna vez su mamá María Eva, cuando Edgardo terminó de leer una de sus redacciones en un acto escolar.
Desde entonces, Edgardo eligió hacer reír. Primero, contando cuentos e historias en la sobremesa de los asados, en las reuniones, en las peñas; después, ya convertido en el Gordo Oviedo, escribiendo en las páginas de la revista Hortensia, narrando en los escenarios y a través de la radio y la televisión.
El Gordo Oviedo: una leyenda de ese humor que identificó a Córdoba en las risas del resto del país.
Tantos son los cuentos, las historias que ha recogido, adornado, vivido e inventado, que a veces tiene la tentación que “el 90 por ciento” de las cosas graciosas que escucha decir ya han pasado por su boca.
El Gordo Oviedo no siempre fue humorista, durante muchos años trabajó de empleado en Epec, hasta que se decidió a dedicarse a ser humorista de profesión, ya con 50 años.
El contaba que "No fue sencillo tomar junto a mi esposa la decisión de recurrir a una jubilación anticipada en Epec, pero la vena humorística ya estaba en mí, y conté con los consejos y apoyo de Alberto Cognigni quien me animó a tomar la decisión."
“Fue Pipo Viale, papá de Chichilo, el que le preguntó a Alberto: ‘¿Vos no lo has sentido contar cuentos al Gordo Oviedo?’. Y me lo trajo", relataba en una nota que le hicieron en La Voz el año pasado.
Yo me empeñé en jugar para que me vieran, y en un momento Alberto se levantó y se agarró de un árbol, retorcido de risa. ‘Pare, que le va a hacer mal’, me dijo su esposa Sara”.
Después, la relación siguió por teléfono: el Gordo le contaba casi a diario un cuento nuevo y terminó escribiéndolos con su particular estilo narrativo.
“El mejor narrador del país”, decía una recomendación firmada por Cognigni que Oviedo no se atrevió a mostrar en Buenos Aires porque le pareció desmedida.
Esas recomendaciones lo llevaron a vivir cinco años en Capital Federal, a trabajar al mismo tiempo en radio Mitre, con Juan Alberto Badía; en televisión y escribiendo en la revista Radiolandia. Fue durante mucho tiempo un referente de la risa con tonada cordobesa.
“Eso, el hecho de ser cordobés y de tener esta tonada que según Luis Landriscina –el más grande– es irrepetible, más el apoyo de la popularidad de Hortensia, fueron las cosas que me abrieron puertas”, sostiene.
Recientemente, El Gordo Oviedo presentó su libro en el marco del IX Festival Pensar con Humor, en el patio “Evita” del palacio legislativo, titulado “El absurdo, cuna del humor”, que coronó la trayectoria de este autor de típico humor cordobés, costumbrista y absurdo.
En la oportunidad, el humorista contó algunas anécdotas de su vida y firmó dedicatorias en su libro entre quienes asistieron al homenaje. Desde la organización del festival se le entregó una plaqueta recordatoria por su trayectoria en este género.
Cabe destacar que “El absurdo, cuna del humor” es el libro número doce de Oviedo, que incluye una selección de cuentos cordobeses reunidos, creados y recreados por Oviedo, el humorista más antiguo de nuestra ciudad ligado a la mítica revista Hortensia. Este libro lleva el prólogo de Mariano Cognigni, hijo del célebre director de la revista y ha sido ilustrado por Tomás Gulle, colaborador de la publicación, gran dibujante actualmente residente en Monza, Italia.
“El mejor narrador del país”, decía una recomendación firmada por Cognigni
En diálogo con Susana Curto y Tincho Siboldi, Antonio Granero creador de la Peña de Cascote, le contó a Radio Universidad que se veían frecuentemente con el Gordo Oviedo que este mes de Octubre iba a cumplir 93 años, porque "teníamos una amistad muy cercana, desde allá por la década del 70 cuando apareció Hortensia hacíamos un espectáculo que se llamaba "Humor "de"generaciones" que significaba que el era de una generación y yo de otra."
Granero también recordó que "era una persona muy activa, no se notaba su edad, nos juntábamos los fines de semana en el quincho de su casa junto al Negro Alvarez y simpre me llama para decirme que estaba necesitando una visita terapéutica... "
El creador de la peña Cascote destacó que "El Gordo Oviedo ha sido una de las figuras del humor más destacadas, en la revista era un ser muy mimado por todos por su bondad."
Asimismo Granero comentó que "él siempre decía que la vida lo había golpeado bastante porque un mismo año murió un hermano, su esposa y un hijo varón y el año pasado su hermano menor, el Malevo Oviedo, abogado pero también humorista."
"Siempre estaba rodeado de amigos y le quedaba una hija, Susana, que por suerte pudo venir de España a acompañar a su padre en estos últimos días", señaló Granero quien finalizó diciendo que "el Gordo ya era humorista antes que naciera la revista Hortencia y el fue su descubridor Alberto Cognini por lo que ambos se potenciaron."
El humor está de luto y en el día de la sonrisa, talvez sea esa la mejor muestra de afecto que podamos esbozar para despedir a querido Gordo Oviedo que tantas alegrías nos supo regalar.