#8M: por qué el Día de la Mujer es una conmemoración y no un festejo
Cada 8 de marzo se conmemora la lucha de las mujeres por el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos. Ese día se recuerda a las 120 trabajadoras textiles que fueron asesinadas en Nueva York el 8 de marzo de 1857, mientras se manifestaban por la igualdad salarial.
El Día Internacional de la Mujer es una fecha para la reflexión, no para el festejo, ya que recuerda y conmemora la extensa historia de lucha de las mujeres a lo largo de los últimos siglos para exigir mejores condiciones laborales, un trato igualitario como trabajadoras, entre otros derechos, y también se rinde homenaje a las activistas que fueron asesinadas por reclamarlos.
No es una fiesta o celebración para que las mujeres se sientan “queridas” o “especiales”. Se trata de exigir mejores condiciones de equidad y libertad para ellas como personas.
En la actualidad, siguiendo con la lucha feminista, se organizan marchas y manifestaciones en casi todo el mundo y es feriado en algunos países, para denunciar que todavía queda mucho camino por recorrer hasta alcanzar esta deseada igualdad real entre hombres y mujeres. Lamentablemente aún en ciertos lugares del planeta nacer mujer es un castigo porque las sociedades ultrapatriarcales no les reconoce ningún derecho.
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Las protesta tiene que ver con el reclamo de la equiparación laboral y salarial, con una presencia igualitaria en puestos políticos y empresariales relevantes, el rechazo a la violencia de género, así como la exigencia de más políticas para detenerla.
Cuál es el origen de la conmemoración del Día de la Mujer
El 8 de marzo de 1857, en el marco de la Revolución industria, las mujeres trabajadoras de la fábrica “Textilera Cotton”, realizaron una gran manifestación por las calles cercanas al lugar donde realizaban sus tareas, para reclamar mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral.
En ese momento, la mayor precariedad era ejercida contra la parte femenina del sector, cuyos salarios podían llegar a ser menos de la mitad que los de los hombres, solo por el hecho de ser mujeres.
Las protestas terminaron con la violenta intervención de la policía contra las manifestantes. Durante esta huelga pacífica 129 mujeres murieron calcinadas en la fábrica Cotton Textile Factory, en un incendio provocado por sus dueños.
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Esa manifestación sentó el primer precedente mundial gracias a la gran repercusión que tuvo: en 1908 se realizaron masivas protestas de trabajadoras textiles nuevamente en Nueva York, y también en Chicago. Se estima participaron alrededor de 15.000 mujeres.
El año anterior, 1907, había tenido lugar la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania, liderada por Clara Zetkin, donde se fundó la Internacional Socialista de Mujeres. Uno de los primeros objetivos que perseguían era conseguir el sufragio femenino.
Fue en 1910, en el segundo encuentro de la Internacional Socialista de Mujeres, en Copenhague, Dinamarca, donde se conmemoró el primer Día Internacional de la Mujer el 19 de marzo en algunos países europeos como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza.
Los grandes conflictos durante el siglo XX ayudaron a afianzar el papel de la mujer, y a lo largo de las siguientes décadas muchas organizaciones de mujeres de otros países se fueron uniendo a las reivindicaciones que se llevaban a cabo durante el mes de marzo.
Finalmente, en 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció el día de manera oficial, fijando el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
La conmemoración se realiza para reivindicar la lucha conjunta, el esfuerzo y las víctimas que cayeron peleando por sus derechos a lo largo de los últimos dos siglos.
Con información de historia.nationalgeographic.com.es