¿La humanidad se encamina a lograr que los bosques del mundo se expandan?
Los seres humanos destruimos los bosques durante miles de años pero la tendencia está revirtiéndose: si se persiste en los esfuerzos, está próxima la generación que logre un mundo en el que los bosques crezcan.
Durante miles de años, los humanos han destruido los bosques. Al final de la última gran edad de hielo (unos 10.000 años a.c.), aproximadamente el 57% de las tierras habitables del mundo estaban cubiertas de bosques. Desde entonces, personas de todas las regiones del mundo han quemado y talado bosques.
La superficie forestal se redujo de 6 a 4 mil millones de hectáreas. Eso significa que nuestros antepasados destruyeron un tercio de los antiguos bosques: el área forestal perdida tiene el doble de tamaño que los Estados Unidos.
Hoy en día, casi la mitad de las especies forestales del mundo están en peligro de extinción.
Un reciente informe firmado por Max Roser, director y fundador de la organización Our World in Data, analiza con todo detalle el fenómeno: la reducción histórica de los bosques, las causas y las perspectivas. Y llega a una conclusión que reaviva el optimismo: está cerca el momento en que se logre que los bosques del mundo crezcan más rápido de lo que desaparecen.
Hay dos grandes motivos por los que las personas hemos destruido los bosques (y continuamos haciéndolo): la necesidad de tierra y la necesidad de madera, que se utiliza con muchos propósitos: como material de construcción para casas o barcos, para convertirla en papel y, lo que es más importante, como fuente de energía.
La quema de madera es una fuente importante de energía en los lugares en que hay o hubo árboles pero no fuentes de energía disponibles. Todavía hoy, alrededor de la mitad de la madera extraída a nivel mundial se usa para producir energía, principalmente para cocinar y calentar en hogares pobres que carecen de alternativas.
Lo cierto es que el motor más importante de la destrucción de los bosques es la agricultura. La humanidad tala los bosques principalmente para hacer espacio para los campos de cultivo y pastos para criar ganado. También talamos bosques para hacer espacio para asentamientos o minería, pero estos son pequeños en comparación con la agricultura.
El uso de la tierra para la agricultura no solo se produjo a expensas de los bosques del mundo, sino que también condujo a la enorme disminución de otros espacios silvestres del mundo, los arbustos y los pastizales.
¿El fin de la deforestación?
Después de miles de años de deforestación, ¿hay alguna esperanza de que pueda ser diferente? Parece que sí.
De hecho, hay muchos países que pusieron fin a su historia de deforestación. Varios incluso le dieron la vuelta y sus bosques ahora se están expandiendo.
Esta reversión, de la deforestación a la reforestación, se llama Transición Forestal. En el gráfico se muestras los datos de algunos de los países que lo están logrando.
No puede dejar de señalarse que, si bien es cierto que varios países han logrado esta transición, también es cierto que los consumidores de muchos de estos países contribuyen a la deforestación en otros lugares a través del consumo de carne vacuna que se produce en criaderos de bosques destruidos.
Se puede lograr la transición forestal mundial
Los países de todo el mundo han hecho del fin de la deforestación su objetivo explícito: en la COP26 en Glasgow, los países con alrededor del 85 % de los bosques del mundo se comprometieron a poner fin a la deforestación para 2030.
¿Cómo se puede acabar con la deforestación? No hay una respuesta única pero unos pocos cambios importantes pueden hacer posible este gran objetivo.
Una agricultura más productiva que permita una mayor producción en un área de tierra más pequeña, un alejamiento de la carne vacuna, políticas de conservación efectivas y un cambio hacia fuentes de energía modernas: la reunión de todos estos factores es fundamental para alcanzar el objetivo. No solo se evitaría que los bosques existentes sean talados, sino que también podríamos liberar espacio para que los bosques vuelvan a crecer.
En nuestra vida tenemos la oportunidad sin precedentes de poner fin a nuestra larga historia de deforestación. Por primera vez en milenios podría lograrse un mundo en el que los bosques se expandan.