¿Medio lleno o medio vacío?: en 2025 se alcanzará el pico de emisiones del sector energético
Ayer se publicaron dos informes sobre las emisiones de gases contaminantes y el calentamiento que pueden considerarse contradictorios o complementarios. Uno señala que, finalmente, las emisiones de la energía alcanzarán un techo en 2025; el otro dice que eso es insuficiente.
Ayer la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) publicó un informe señalando que las emisiones globales de gases de efecto invernadero vinculadas a la generación de energía deberían alcanzar su pico en 2025.
El informe analizó escenarios basados en las políticas actuales y muestra que el uso de carbón retrocederá en los próximos años, la demanda de gas natural se hará constante a fines de la década y el aumento de las ventas de vehículos eléctricos hará que la necesidad de petróleo se nivele para 2035, antes de disminuir ligeramente hacia 2050.
Por primera vez, todos los escenarios identifican un pico o meseta en el consumo de cada uno de los combustibles fósiles que provocan el calentamiento del planeta (carbón, gas, petróleo).
El reporte muestra que las restricciones al suministro de gas ruso obligaron a acelerar los planes de sustitución de energías contaminantes por energías renovables y esta sería la principal fuerza impulsora de estos cambios.
Hasta allí los hechos que describe el reporte, que es presentado como una noticia alentadora: por primera vez los escenarios mostrarían que los combustibles contaminantes y no renovables encontraron su techo.
Son inevitables algunas preguntas: ¿es suficiente?; ¿está ocurriendo a tiempo para evitar males mayores?; ¿ocurre suficientemente rápido?
Otro reporte
El mismo día, prácticamente en simultáneo, la agencia ambiental de la ONU dijo en otro reporte que “no existe un camino creíble hacia 1.5 °C”, haciendo referencia a los compromisos de la COP25 (2020) de adoptar medidas para que el calentamiento al final de este siglo no superase 1,5 °C de ascenso respecto a la temperatura promedio de la era preindustrial.
El informe ambiental de la ONU analizó la brecha entre los recortes de las emisiones de CO2 prometidos por los países y los recortes que efectivamente son necesarios. El progreso ha sido "lamentablemente inadecuado" es la conclusión.
En la COP26 (Glasgow 2021) uno de los principales acuerdos consistió en que todas las naciones revisarían sus Contribuciones Determinadas Nacionales (CDN) para 2030, para aumentar sus objetivos de reducción de emisiones, pero el progreso desde entonces ha sido lamentablemente insuficiente. A la fecha, 152 naciones ya emitieron sus correcciones sobre 166 que se comprometieron a hacerlo. ¿Otra Buena noticia?
No.
Es que las CDN presentadas prometen reducir las emisiones mundiales en 2030 en un 5% (revisiones incondicionales) y un 10% (revisiones condicionadas) cuando lo que se requeriría para limitar el calentamiento global es que los porcentajes de reducción de emisiones alcanzasen el 30% y el 45%, respectivamente. O sea, para que sea efectivo, el compromiso de reducción debería ser entre 4 y 6 veces mayor al propuesto.
En el actual escenario se estima que con las CDN en vigencia se lograría limitar el calentamiento a 2,4 °C, suponiendo que los países cumplan estrictamente sus compromisos, algo que no ha ocurrido hasta ahora.
En el informe se examinan las medidas necesarias en los sectores del suministro de electricidad, la industria, el transporte y la construcción, y los sistemas alimentarios y financieros. Y se señala que aún si las medidas de transformación no lograran cerrar completamente la brecha de emisiones de aquí a 2030, cada décima de temperatura que se logre reducir importa, especialmente para las poblaciones más vulnerables.
Medio lleno o medio vacío
Tal vez solo deba decirse: definitivamente insuficiente. Así eligió expresarlo la danesa Inger Andersen, desde 2019 Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente UNEP, en su carta de presentación del informe:
“No voy a hacerles perder el tiempo hablando de los impactos del cambio climático. Todos los conocemos. Todos los sentimos. Todos sabemos que van a empeorar. Y aún así, como muestra el Informe sobre la brecha de emisiones de 2022 del PNUMA , todavía, TODAVÍA, no estamos haciendo lo suficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.