El presidente de Brasil Jair Bolsonaro evitó nombrar a Luiz Inácio Lula da Silva en su reaparición pública después de la derrota del domingo pasado que frustró su proyecto de reelección.

Bolsonaro les habló a los 50 millones de brasileros que lo votaron y justificó las protestas que mantienen paralizadas 23 estados brasileros.

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"Los actuales movimientos son fruto de la indignación, resentimiento de injusticia de como ocurrió el proceso electoral", afirmó en el atril que se montó en el Palácio da Alvorada, en Brasilia. 

Acompañado de una comitiva de allegados, entre quienes se encontraba su hijo Eduardo, el excapitán del ejercito destacó la fuerza que logró su espacio en el Congreso. 

"Integramos distintos liderazgos en Brasil, nuestros sueños siguen más vivos que nunca, somos a favor del orden y del progreso", afirmó.

Sobre el respeto del resultado que catapultó a Lula a su tercer mandato presidencial, Bolsonaro no tuvo un pronunciamiento tajante y sólo remarcó su respeto a la constitución sin dar detalles sobre la transición. 

"Siempre fue rotulado como antidemocrático y al contrario de mis acusadores siempre jugué dentro de las cancha de la constitución", remarcó.