Chile recordó los 50 años desde el golpe de Pinochet
Antonia Urrejola, ministra de Relaciones Exteriores de Chile, recordó que el golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende dejó "gravísimas violaciones a los derechos humanos".
La ministra de Relaciones Exteriores de Chile, Antonia Urrejola, recordó este lunes ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas el medio siglo desde el golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende e “instaló un régimen dictatorial, oscuro período durante el cual se cometieron gravísimas violaciones a los derechos humanos”.
Urrejola se refirió en su discurso a las “profundas cicatrices” que el pinochetismo dejó en la historia del país trasandino. La canciller comenzó su intervención recordando que Chile tiene un asiento en el consejo por cuarta vez en la historia y remarcó su importancia, a raíz de que este año se cumplen 50 años del golpe de Estado (1973-1990) del que Augusto Pinochet fue la cara más visible.
“Chile asume la responsabilidad que implica ser parte de este organismo en un contexto sumamente relevante para nuestro país. Este 2023 conmemoramos los 50 años del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende e instaló un régimen dictatorial, oscuro período de nuestro pasado durante el cual se cometieron gravísimas violaciones a los derechos humanos, dejando profundas cicatrices en nuestra historia”, dijo Urrejola.
En otro tramo, dijo: “Más de tres décadas después, el gobierno del presidente Gabriel Boric erige la protección de derechos humanos como un eje central de su programa de Gobierno. Lo hacemos porque sabemos que la conquista por los derechos humanos y la democracia es permanente y requiere de constante supervisión y autocrítica. No podemos bajar la guardia".
La canciller aprovechó para recordar ante la ONU que Boric impulsa un plan de búsqueda de detenidos desaparecidos, como también medidas por el estallido social ocurrido el pasado 18 de octubre de 2019, donde hubo delitos contra los derechos humanos.
“Somos conscientes que no existe un Estado cuyo récord en derechos humanos sea perfecto”, afirmó la canciller, y agregó que “la diferencia está en reconocer las propias brechas y desafíos, destacar los avances y promover siempre y en todo lugar el respeto y protección de los derechos humanos”.