Crece la discusión sobre contradicciones de Nike con contratos a embarazadas
Estrellas del deporte femenino estadounidense denuncian la rebaja en sus contratos con la marca en casos de maternidad.
Poderoso, emotivo, inspirador. “Simplemente, hazlo”, como dice su lema principal. Pero la gloria puede ser efímera cuando el mensaje no es real y solo se busca aprovechar un movimiento imparable para vender algo tan simple -pero lucrativo- como zapatillas de deporte.
El último anuncio de Nike fue definido como una carta de amor visual para todas aquellas mujeres que se atreven a romper barreras. Lo narra Serena Williams y el hilo conductor es un concepto en sus diversas acepciones: “Loco, locura”. “Sueña lo imposible”. “Si mostramos emoción, nos llaman dramáticas”, relata Williams. “Si queremos competir contra los hombres, locas. Si pretendemos igualdad de oportunidades, es que deliramos. Si peleamos por lo que es justo, estamos desquiciadas. Si nos enfadamos, somos unas histéricas o estamos locas”.
La voz de Williams es enérgica, recia, valerosa. Y las imágenes aún más. Mujeres que sudan y dejan sangre y lágrimas en el camino por llegar donde desean en un mundo mayoritariamente masculino. Mujeres a las que Nike anima a no parar. Lo dice la propia Serena Williams en el anuncio: “Ganar 23 Grand Slams, tener un bebé y volver por más”. Loco.
Loco, loco, loco. Y ahí radica el problema. En la locura de querer desarrollarse en ambos mundos, el profesional y el personal. En querer ser madre cuando se está en la cima, cuando se baten récords y llegan los contratos publicitarios. Como los de Nike que contrata a destacadas altetas para vender su marca pero luego las penaliza si deciden ser madres. Ahí está la línea roja del just do it (simplemente, hazlo). Esa es la línea invisible que Nike tiene trazada y que acaba de ser expuesta por distintas atletas con contratos publicitarios de la empresa.
La primera en denunciar lo que ella consideraba hipocresía fue Alysia Montaño, atleta olímpica y tres veces campeona nacional en EE UU. Con ocho meses de embarazo se ganó el apelativo de “la corredora embarazada”. Pero descubrió que su deseo de ser madre le dejó con una considerable reducción de sueldo por parte de la empresa que la patrocinaba y sin licencia por maternidad. Su reacción fue explosiva y pública a través del diario The New York Times. El titular no podía ser más explícito: “Nike me dijo que tuviera sueños locos hasta que quise un bebé”. A Montaño se sumó la también corredora olímpica Kara Goucher y una docena de atletas y agentes denunciando que la compañía en público alaba a las mujeres por querer formar una familia pero que en los contratos privados no les garantiza un salario durante su maternidad y los meses posteriores al parto. El mismo medio editorial ha utilizado la estrella del atletismo estadounidense Allyson Felix. La única mujer en ganar seis oros olímpicos en atletismo, escribió este miércoles una tribuna en The New York Times en la que afirmaba que Nike le ofreció un contrato con rebajas sustanciales tras decidir ser madre en 2018.
“Las atletas tenemos demasiado miedo de decir públicamente que si tenemos hijos, corremos el riesgo de que nuestros patrocinadores nos recorten el salario durante nuestro embarazo y después", escribió Felix en el Times. "Es un claro ejemplo de una industria deportiva donde las reglas están hechas mayoritariamente por hombres", agrega en su artículo de opinión. Felix asegura que Nike le ofreció un nuevo acuerdo 70% inferior al anterior después de conocer su embarazo. "Si ellos piensan que eso es lo que valgo ahora, lo acepto", dijo, aunque puso una condición. Felix advertía a Nike y le pedía garantías de que no sería penalizada si rendía por debajo de su nivel en los meses que rodeaban el parto y posteriores. La respuesta de la empresa deportiva fue negativa y Felix no puede más que preguntarse: “Si yo, una de las atletas más comercializadas de Nike, no podía conseguir esas protecciones, ¿quién podría? Nike lo rechazó. Las negociaciones se estancaron desde entonces", finaliza.
Nike respondió la semana pasada a las críticas asegurando que pondría en marcha una nueva política que establecería salarios estándar para las atletas durante sus embarazos y reconoció que la compañía podía “ir más allá". La empresa no contesta solicitudes de entrevistas. El asunto ha llegado al Congreso de Estados Unidos, donde dos legisladores han pedido al director ejecutivo de Nike, Mark Parker, que clarifique la postura discriminatoria de la empresa. Recuerden, Serena Williams -a quien Nike no tocó una palabra de su contrato durante su embarazo- lo deja muy claro en el vídeo publicitario al advertir: “¿Quieren locura? Pues bien, les vamos a enseñar lo que mujeres con sueños locos somos capaces de hacer”.