El Canal de Panamá corre peligro de quedarse sin agua
Es un trayecto interoceánico imprescindible y estratégico para el tránsito marítimo mundial. Las autoridades de ese país preocupadas por la situación. El pronóstico es incierto.
Montado en la geografía de uno de los países con más porcentaje de superficie ocupada por agua en el mundo (en relación a su propia superficie de tierra y agua) y siendo una de las obras de ingeniería que más atracción genera a la economía y al turismo en el mundo, hoy ofrece un panorama que preocupa y mucho: la falta de agua pone en peligro la operatividad de esta ruta interoceánica.
Tiene algo más de 100 años y por año lo cruzan unos 12 mil barcos para el traslado de bienes o pasajeros, uniendo por 140 rutas a 160 países. Por ello, la situación inquieta.
El motivo es que desde 2019 sufre una de sus peores crisis naturales, asociada a una merma en las precipitaciones en la región, con una caída en las reservas hídricas que pone en riesgo su operación.
Durante 2019 el área registró una reducción del 20% de lluvias en comparación al promedio histórico, lo que lo convirtió en el quinto año más seco en las últimas siete décadas.
Esto hizo que a comienzo de 2020 la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), el ente que lo administra, debiera oficializar esta situación, reconociendo entonces que esto ya los obligaba a revisar la actividad de esas instalaciones.
En ese marco, resolvieron en primera instancia recortar la cuota de barcos que lo transitaban a diario como medida para ahorrar agua y redujeron también el calado de los buques que podían cruzarlo. Hay que recordar que esas instalaciones se proveen de agua desde diques y reservas artificiales que permiten nivelarlo (cambiar la altura de la nave que lo cruza) para ir conectando las aguas de un océano con otro.
Incluso se interpusieron costos adicionales por el uso de agua que implica el paso de cada embarcación, con una tarifa fija que asciende hasta los 10.000 dólares (y dependiendo del tamaño del barco), junto con otro cargo asociado al nivel que dispone el lago que lo abastece el día del cruce.
Esta estrategia, explicaron, dio positivos resultados hasta comienzos de este mes, pero al no haber un pronóstico claro del volumen de precipitaciones cuando está comenzando el período de lluvias, encendió las alarmas. Un panorama igual o m{as grave al de 2019 podría reducir gravemente la viabilidad de la obra y de sostenerse en el tiempo generar un grave impacto para esa instalación, ese país y el tránsito marítimo internacional.