En el Ártico las lluvias comenzarán a ser más frecuente que las nevadas
Un nuevo estudio refleja que estos cambios se producirán mucho antes de lo previsto luego que se registrase este año la primera lluvia de otoño de la historia en aquel continente.
Mientras la crisis climática continúe calentando cada vez más el planeta, la lluvia reemplazará a la nieve como la precipitación más común en el Ártico, según una investigación que acaba de publicarse.
Hasta hoy, en el Ártico cae más nieve que lluvia. Pero esto se revertirá ya que toda la tierra de la región y casi todos sus mares recibirán más lluvia que nieve antes de fin de siglo si el mundo se calienta en 3 ° C, como indican algunas de las proyecciones actuales.
Las promesas hechas por las naciones en la reciente cumbre de la Cop26 podrían mantener el aumento de la temperatura en “solo” 2,4 °C, pero solo si se cumplen todas y cada una de los compromisos adoptados y asumiendo que no aparezcan nuevas perturbaciones que no hayan sido aún consideradas.
Incluso si el aumento de la temperatura global se mantiene en los mundialmente aceptados como seguros 1,5 °C, las áreas de Groenlandia y el Mar de Noruega seguirán dominadas por la lluvia. Los científicos se sorprendieron en agosto cuando por primera vez en la historia hubo que registrar la lluvia que cayó sobre la cima de la enorme capa de hielo de Groenlandia.
La investigación utilizó los últimos modelos climáticos, que mostraron que el cambio de la nieve a la lluvia ocurrirá décadas más rápido de lo estimado anteriormente, y el otoño mostrará los cambios estacionales más dramáticos.
Puntualiza, por ejemplo, que el Ártico central estará dominado por la lluvia en los otoños en algún momento entre 2060 o 2070 si no se reducen las emisiones de carbono, cuando hasta ahora los modelos pronosticaban que esto no ocurriría hasta 2090.
Las implicaciones de estos cambios son "profundas". Según los investigadores, los fenómenos esperables van desde la aceleración del calentamiento global y el aumento del nivel del mar hasta el derretimiento del permafrost, el hundimiento de carreteras y la hambruna masiva de renos y caribúes en la región.
Los científicos creen que el rápido calentamiento en el Ártico también puede estar aumentando los eventos climáticos extremos como inundaciones y olas de calor en Europa, Asia y América del Norte al cambiar las corrientes en chorro, características de capas altas de la atmósfera.
"Lo que sucede en el Ártico no se queda allí", dijo Michelle McCrystall de la Universidad de Manitoba en Canadá, quien dirigió la nueva investigación. “La gente puede creer que el Ártico está muy lejos de su vida cotidiana, pero de hecho las temperaturas allí se han calentado tanto que [tendrá] impacto mucho más al sur.
“En el Ártico central, donde se podría imaginar que debería haber nevadas durante todo el período otoñal, en realidad estamos viendo una transición más temprana a las lluvias. Eso tendrá enormes implicaciones. El Ártico, que tiene nevadas muy fuertes, es realmente importante para el clima global, entre otras cosas, porque refleja mucha luz solar”.
Consecuencias de amplio alcance
Los científicos ya estaban de acuerdo en que las precipitaciones aumentarían significativamente en el Ártico en el futuro, a medida que continúe evaporándose más agua de mares cada vez más cálidos y sin hielo.
Pero la investigación, publicada en la revista Nature Communications, encuentra que las lluvias otoñales se triplicarán para 2100, si no se reducen las emisiones.
La nieve es importante en la producción de hielo marino cada invierno, por lo que menos nieve significa menos hielo y más calor absorbido por los océanos abiertos.
La investigación muestra que las lluvias aumentan en la costa sur de Groenlandia. Esto podría acelerar aún más el deslizamiento de los glaciares hacia el océano y el consiguiente aumento del nivel del mar que amenaza muchas áreas costeras.
Gran parte de la tierra en el Ártico es tundra, donde el suelo es lo que se conoce como “permafrost”, suelo congelado permanentemente, pero el aumento en la proporción de lluvias cambiaría también eso. “Estamos poniendo agua tibia en el suelo que derretirá el permafrost y eso tendrá implicancias globales porque el permafrost es un gran sumidero de carbono y metano”, dijo McCrystall, advirtiendo sobre la retroalimentación que esos gases de efecto invernadero implicarán para el calentamiento global.
Los impactos en la región incluyen el derretimiento de áreas de hielo vitales, más inundaciones y hambruna para los rebaños de animales. Cuando la lluvia cae sobre la nieve y luego se congela, detiene la alimentación de los animales. “Los renos, caribúes y bueyes almizcleros no pueden romper la capa de hielo, lo que les impide llegar a la hierba que necesitan para sobrevivir”, dijo.