En la cima del mundo también se acaba la nieve
La nieve alrededor de uno de los observatorios más altos del mundo se derritió por completo cuarenta y cinco días antes que en su registro más temprano, que era el 13 de agosto.
Antes de finales del siglo XIX, casi todos los observatorios astronómicos a lo largo de la historia estaban ubicados en elevaciones modestas, a menudo cerca de ciudades e instituciones educativas por una simple razón de conveniencia.
A medida que la contaminación del aire por industrialización y la contaminación lumínica por iluminación artificial aumentaron durante la revolución industrial, los astrónomos buscaron sitios de observatorios en lugares remotos con cielos claros y oscuros, y los fueron llevando hacia las montañas.
El primer observatorio astronómico permanente en la cima de una montaña fue el Observatorio Lick construido entre 1876 y 1887, a la modesta elevación de 1.283 metros sobre el monte Hamilton en California.
Hoy, el observatorio permanente más alto del mundo es el de la Universidad de Tokyo en el Desierto de Atacama a nada menos que 5640 metros de altura.
Sonnblick, uno de los observatorios más altos de Europa, fue construido en 1886 “apenas” a 3106 metros, y por eso una parte del año está cubierto de nieve. De hecho, en los años más fríos está cubierto de nieve durante todo el verano.
En su registro, lo más temprano que se había alcanzado el deshielo era un 13 de agosto, en los años 1963 y 2003. Desde este martes hay una nueva marca, como lo anticipó un tweet de la cuenta Extreme Temperatures Around The World.
En realidad, este temprano deshielo no tomó de sorpresa a los residentes del Observatorio porque ya venían observando niveles anormalmente escasos de nieve, en un año de calores extremos en todo el hemisferio norte.
En la nota que ayer publicó The Guardian sobre el tema, Alexander Orlik, climatólogo del Zentralanstalt für Meteorologie und Geodynamik, comentó: “El 30 de junio, la profundidad de la nieve en Sonnblick era de 39 cm. La profundidad de nieve más baja anterior en junio fue de 120 cm, en 1942 y en un junio promedio hay 307 cm de nieve al final del mes”.
Las temperaturas extremas de Europa tuvieron un emergente fatal hace pocos días en la Marmolada de Italia, donde al menos siete personas murieron luego de que un glaciar se derrumbara, provocando una avalancha.
Los científicos han advertido de distintas formas sobre las consecuencias del calentamiento climático y ahora, en episodios menores o con catástrofes los peores pronósticos comienzan a materializarse sin señales de que las medidas adoptadas sean eficaces para cambiar el curso.