Tras la confirmación del Poder Ejecutivo español, se exhuman este jueves los restos del dictador Francisco Franco.

Desde la Basílica del Valle de los Caídos, en el Escorial, donde reposan, son trasladados hacia el cementerio de Mingorrubio, en Madrid, donde se encuentran los restos de su esposa.

El operativo se lleva adelante por un equipo que traslada un nuevo ataúd ante la previsión de que el féretro no se encuentre en buen estado para el traslado en helicóptero para evitar cruces con posibles manifestaciones.

En este proceso, que dura unas tres horas, están presentes un forense, la familia de Franco y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor del reino, además de los operarios de la funeraria.

Desde temprana hora, el bisnieto Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú y el nieto de Franco, Jaime Martínez Bordiú, encabezan el acto.

Franco fue presidente de facto durante 35 años del Gobierno de España, entre 1938 y 1973.

Así, los restos mortales de Franco abandonarán el interior de la Basílica del Valle de los Caídos, un monumento que mandó construir el propio dictador y en cuyo levantamiento intervinieron presos políticos como mano de obra. En la actualidad se trata de la mayor fosa común del país, pues en el interior del templo católico, a ambos lados del altar se encuentran sendos columbarios que albergan más de 33.000 cadáveres de combatientes de la Guerra Civil española de ambos bandos y en contra de la voluntad de sus familias.