El primer impacto fue un terremoto de 7,6 grados en la escala de Richter en cercanías a la localidad de Noto. Y después llegaron las réplicas.

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En Japón la situación fue de desesperación, ya que muchas personas quedaron atrapadas en casas derrumbadas, y rápidamente se disparó un alerta ante la posibilidad de tsunamis.

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Se informó que hubo 21 sismos en el lapso de noventa minutos en la región de Ishikawa.

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 La situación provocó incendios, interrupciones en los servicios públicos y cortes de energía en la tarde japonesa.

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Olas de más de un metro de altura se produjeron también, dañando viviendas y demandando el cierre de rutas por precaución. A buena parte de la población se la convocó a que se refugie en lugares más altos.

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Las imágenes de esos momentos se fueron reproduciendo en el mundo.

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