El Coliseo Romano, el lugar pago más visitado de Italia, reabrió este lunes sus puertas tras permanecer 84 días cerrado por la pandemia de coronavirus, con un sistema de venta de entradas que se realiza solo por Internet y con control de temperatura en los ingresos.

Una madre romana y su hijo de 11 años fueron los primeros que ingresaron al Coliseo, con barbijo, y luego de atravesar un sistema de control de temperatura que forma parte ya de la postal habitual en la mayoría de los lugares turísticos de la "ciudad eterna".

Con 300 reservas para este lunes, según explicó a Télam la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, el monumento romano por excelencia buscará de a poco acercarse al flujo de visitadores por el que en 2019 recibió a 7 millones 500 mil personas.

Además del Coliseo, este lunes reabrieron también al público los Museos Vaticanos, el segundo lugar pago más visitado del país, que también dispone el uso obligatorio de barbijos y controles de temperatura al ingreso.

Para los Museos Vaticanos, la reapertura fue con 1.600 personas, en un primer paso hacia la lenta compensación de las 27 mil visitas diarias previas a la pandemia, y de cara a un verano en el que buscarán hacer más hincapié en los visitantes italianos en general, especialmente de Roma y alrededores, según explicó a Télam su directora Barbara Jatta.

Este lunes, la Protección Civil informó que 60 personas murieron en las últimas 24 horas, llevando el total desde el inicio de la pandemia a 33.475 víctimas, a la vez que se registraron 180 nuevos casos en todo el país, el número más bajo en más de tres meses.

Mientras tanto, la confederación de comercio italiana reveló que más del 80 por ciento de los comercios del país ya reabrió sus puertas, en cumplimiento de las medidas de distanciamiento y de higiene decretadas por el gobierno.

Según un estudio de Concommercio, el 82 por ciento de los casi 800 mil comercios del país pudieron volver a funcionar luego de las medidas de restricción vigentes desde el 10 de marzo y flexibilizadas a partir del 4 de mayo.

De todos modos, la organización advirtió que la reapertura baja hasta el 75 por ciento para el sector gastronómico, especialmente en Roma y en las grandes ciudades del país, donde más se siente la baja del turismo.

En este marco de nueva normalidad, Italia permitirá desde el miércoles los desplazamientos internos del país, en un guiño al sector turístico que aporta cerca del 13 por ciento del Producto Bruto Interno.

La rehabilitación de los viajes dentro del territorio se dio luego de algunos cruces entre los gobernadores del sur, donde se sufrió menos el impacto del coronavirus, con los jefes regionales de las tres regiones del norte (Lombardía, Emilia-Romaña y Piamonte) que concentran el 70 por ciento de los 41.367 positivos actuales.

El gobernador de la Emilia-Romaña, Stefano Bonaccini, reconoció este lunes de todos modos "que algún grado de riesgo hay con las reaperturas, pero hay que aceptarlos, si no, no reabrimos más":

El gobernador de la isla de Cerdeña, Christian Solinas, uno de los más duros en el pedido de controles a los turistas del Norte, anunció en declaraciones televisivas que su gobierno planea un sistema de control propio para centralizar los datos de los visitantes que lleguen. 

En ese marco, el gobierno planteó la posibilidad de que las regiones que reciban turistas puedan guardar los datos de los visitantes durante 14 días para una eventual trazabilidad de casos positivos de coronavirus, informan este lunes los diarios Corriere Della Sera y La Stampa.

Este miércoles también se abrirán las fronteras italianas a los turistas de la Unión Europea, que podrán llegar al país sin necesidad de hacer cuarentena.

Con un marcado descenso en la curva de contagios, incluso desde la primera flexibilización de medidas iniciada el 4 de mayo, Italia terminará la primera fase de la salida de las políticas de restricción el 15 de junio, cuando vuelvan a funcionar teatros y cines.

En ese marco, causó polémica la declaración del director de terapia intensiva del Hospital San Rafael de Milán, Alberto Zangrillo, quien planteó que "clínicamente el virus no existe más" y fue criticado por la comunidad científica del resto del país.