La estrella del G7: el Papa Francisco es el primer pontífice en asistir a la reunión
Mantuvo 10 bilaterales, fue el orador principal de la jornada, bromeó con casi todos y se hizo tiempo para dejar mensajes en clave Argentina, criticando “las estrategias que buscan debilitar a la política y reemplazarla por la economía”
El papa Francisco fue la gran estrella de la segunda jornada de la cumbre del G7. El pontífice, es el primero en participar presencialmente en este exclusivo foro y su asistencia generó suficiente atención como para obligarlo a programar diez reuniones bilaterales.
Pero además fue el principal orador en la sesión especial sobre inteligencia artificial, que compartió con el pleno de asistentes, incluido el presidente Javier Mieli. El Papa resaltó los beneficios y las acechanzas de esa tecnología en un discurso en el que hizo espacio para la lectura política.
En un mensaje que podría leerse en conexión con el avance de los discursos de extrema derecha cuestionó a los que consideran que “la política hoy es una mala palabra” y desarrollan “las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología”.
Meloni exultante
La primera ministra italiana en tanto anfitriona, es la otra figura notable y se ocupó de mostrar su especial sintonía con Francisco: “Nunca podré agradecerle tanto” exlcamó sentada a su lado y frente a los mandatarios de las siete principales economías del planeta y el resto de los distinguidos participantes, destacando que era la primera vez que un pontífice participaba en una sesión de este exclusivo foro.
“Es un momento histórico”, destacó Meloni, quien, todos coinciden, se anotó un triunfo con la presencia del pontífice. Es que su autoridad moral tiene tal peso que, además de la propia Meloni, diez mandatarios pidieron reunirse en privado con el Santo Padre. Entre ellos, Joe Biden, Emmanuel Macron, Luiz Inacio Lula da Silva, Volodimir Zelemsky entre los de fé católica, pero también el Indio Nadendra Modi no quisieron desaprovechar la ocasión.
La expectativa generada por la especial visita se puso de manifiesto tan pronto Francisco ingresó a la Sala Arena del amurallado complejo Borgo Egnazia para inagurar la sesión extendida a los países invitados. Por fuera de cualquier protocolo, el grupo estable y todos los invitados, estallaron en un sonoro y sostenido aplauso.
Cuando el Papa avanzó sentado en su silla de ruedas a saludar a todos, uno por uno, más allá del nuevo saludo que tuvo con el presidente Milei, fue impactante ver la deferencia y amabilidad con la que lo saludaron todos líderes, desde Biden a el canadiense Justin Trudeau -que le dio dos besos, el primer ministro de la India, Narendra Modi, el rey de Jordania, Abdallah II, o el presidente de los Emiratos Arabes Unidos, Mohammed bin Zayed.
Francisco demostró sus preferencias al mostrarse especialmente efusivo con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Siva.
Inteligencia Artificial y Política
Después de la bienvenida el Papa anunció que optaría por la versión “corta” de su discurso y se metió de lleno en un discurso sobre la inteligencia artificial (IA) y política.
“Necesitamos garantizar y proteger un espacio de control significativo del ser humano sobre el proceso de elección utilizado por los programas de inteligencia artificial. Está en juego la misma dignidad humana”, dijo.
“Precisamente sobre este tema, permítanme insistir en que, en un drama como el de los conflictos armados, es urgente replantearse el desarrollo y la utilización de dispositivos como las llamadas ‘armas autónomas letales’ para prohibir su uso, empezando desde ya por un compromiso efectivo y concreto para introducir un control humano cada vez mayor y significativo”, agregó. “Ninguna máquina debería elegir jamás poner fin a la vida de un ser humano”, sentenció.
Otro tema sobre el que viene insistiendo Francisco ocupó parte de su exposición: las noticias falsas que pueden ser creadas por la IA. Recordó que en 2020 firmó la Rome Call for AI Ethics, iniciativa que respaldó la moderación ética de los algoritmos y de los programas de inteligencia artificial, que pasó a llamar “algorética”.
Reservó para el final el componente decididamente político de su discurso. Señaló que es urgente que haya una “sana política” para que puedan evitarse los riesgos implícitos en la IA. “Ciertamente para muchos la política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología. Pero, ¿puede funcionar el mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad universal y la paz social sin una buena política?”, preguntó.
“Nuestra respuesta a estas últimas preguntas es: ¡no! ¡La política sirve! Quiero reiterar en esta ocasión que ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política [...], la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación y más aún en un proyecto común para la humanidad presente y futura”, agregó, citando su encíclica Fratelli Tutti.
Aborto y minorías
Meloni también estaba exhultante porque la presidencia italiana del G-7 consiguió eliminar de la declaración conjunta de los líderes la referencia al aborto que estaba presente en el comunicado final de la cumbre anterior, la de Hiroshima de 2023, pese a las peticiones para mantenerlo de Francia y la Unión Europea.
En los borradores previos al documento definitivo sí figuraba esa mención. Pero las conclusiones publicadas en la tarde del viernes son más lavadas en materia de derechos: no incluyen de forma explícita el compromiso de garantizar el “acceso al aborto seguro y legal” que figuraba en el texto del año pasado, y se limita a expresar la voluntad de “promover la salud y los derechos reproductivos para todos, y avanzar en la salud maternal, de los recién nacidos, niños y adolescentes”.
En otro pasaje, la declaración conjunta de Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido y de la UE “reitera los compromisos del comunicado de Hiroshima con el acceso universal a sanidad de calidad, adecuada y accesible para las mujeres, incluida la salud sexual y reproductiva”. Se trata de una referencia indirecta que evita recoger explícitamente el aborto.