La ola de calor sigue causando muertes en Estados Unidos y Canadá
Lytton, un pueblo de la Columbia Británica canadiense, alcanzó su récord histórico de 49,5 grados Celsius por tercer día consecutivo.
Millones de personas continuaban bajo alerta de calor en el oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos, donde los termómetros marcaron máximos históricos, mientras la policía reportó decenas de muertes probablemente relacionadas con las altas temperaturas.
"Las temperaturas registradas esta semana no tienen precedentes, se han perdido vidas y el riesgo de incendios forestales está en un nivel peligrosamente alto", dijo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
La ola de calor desbordó a los servicios de emergencia: desde el viernes al menos 134 personas murieron repentinamente en el área de Vancouver y cientos más en la provincia de Columbia Británica, según la policía canadiense y el servicio forense local, informó la agencia AFP.
Columbia Británica registró 62 incendios en 24 horas y unas mil personas debieron ser evacuadas, dijo el primer ministro de la provincia, John Horgan.
"Sólo puedo enfatizar que el riesgo de incendio es actualmente extremo en casi toda la Columbia Británica", indicó Horgan, quien instó "a escuchar atentamente a las autoridades y seguir las instrucciones".
En tanto, el estado de Washington, noroeste de Estados Unidos, registró al menos 16 muertes relacionadas con la ola de calor, incluidas dos personas que murieron de hipertermia, dijeron funcionarios de salud locales.
Las altas temperaturas en el valle, las montañas y las áreas desérticas de California dispararon los temores de incendios forestales ante condiciones meteorológicas secas y ventosas, con tormentas eléctricas que podrían provocar fuegos en varias zonas del oeste de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden dijo en una reunión virtual con gobernadores de varios estados occidentales que la amenaza de incendios forestales en esa región era este año "más grande que nunca".
Biden recordó que los incendios forestales del año pasado arrasaron más de 4 millones de hectáreas en todo el país -una cifra récord- y causaron "cielos anaranjados que parecían el fin de los días", pero advirtió que este año "podría ser aún más difícil".
Fuente: Télam.