Las tropas rusas avanzan sobre Jersón, en el sur de Ucrania. El contingente ruso ha intensificado la ofensiva: desde varios frentes, el Ejército de Vladímir Putin avanza sobre los puntos de defensa. Desde Argentina, Cancillería, bajo el mando del ex Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, ha ordenado al cuerpo diplomático evacuar la embajada en Kiev.

La inteligencia de Reino Unido confirmó más temprano que la situación militar en Jersón “permanece poco clara”. Cercana a la península de Crimea, la ciudad es un punto estratégico a tiro del Mar Negro. En síntesis, es difusa la información que llega desde la zona de conflicto, convertida en un verdadero escenario bélico, tras una semana de enfrentamiento militar entre las tropas rusas y ucranianas. 

Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ha sido fuertemente atacada. Fotografía EFE.
Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ha sido fuertemente atacada. Fotografía EFE.

En otro punto del mapa, al noreste del país, Járkov amaneció entre escombros, cenizas, cascotes y bruma. El Kremlin endureció su ofensiva contra la segunda ciudad de Ucrania para hacerse con el control definitivo del sector este, origen del conflicto entre pro-rusos y pro-occidentales. 

La última novedad, en este teatro de operaciones que cambia minuto a minuto, es el anuncio de un “alto el fuego” temporal para evacuar civiles. Las negociaciones entre ambos países tienen lugar en la región de Brest, en la frontera con Polonia y Ucrania. Tras concluir la segunda reunión, el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podoliak, aseguró que ambos bandos acordaron establecer corredores humanitarios, lo que implica un cese temporal de combates.

Fuentes: Territorios ocupados (ISW), Rochan Consulting y agencias.
Fuentes: Territorios ocupados (ISW), Rochan Consulting y agencias.

Para poner en perspectiva el conflicto y vislumbrar las tensiones geopolíticas que alimentaron el choque, ahora decisivamente bélico, este medio conversó con Gabriel Merino, investigador del CONICET, docente en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), especializado en crisis de hegemonía y poderes emergentes, autor, entre otros textos, de "Geopolítica y economía mundial. El ascenso de China, la Era Trump y América Latina".

14.000 muertos desde 2014 en la zona en disputa entre pro-rusos y pro-occidentales. Da la impresión que podría haberse encontrado en todo este tiempo una solución política al conflicto que hoy escaló al ámbito bélico. ¿Cuáles crees que fueron los determinantes políticos o geoestratégicos para que los Acuerdos de Minsk hayan quedado en la nada?

Merino- No hubo acuerdo en relación a Ucrania. Los acuerdos de Minsk fueron celebrados entre Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. No estuvo EE.UU ni Gran Bretaña, quienes fueron fundamentales para las protestas del Euromaidán y el golpe contra Víktor Yanukóvich, hecho que disparó la crisis. Para muchos funcionarios que asumieron con la Administración Biden es una prioridad estratégica borrar la influencia rusa sobre Ucrania, por varias cuestiones: entre otras, porque la base de Sebastopol (Crimea) le da una proyección sobre el mar negro y el mediterráneo; porque Ucrania aporta el 11% del trigo mundial y porque en Donbas se encuentra gran parte de la riqueza minera de la región. Estas cuestiones materiales son fundamentales para entender el conflicto. Por otro lado, el apoyo de Moscú a los grupos separatistas de Lugansk y Donetsk mantuvo latente el conflicto civil y desencadenó finalmente esta convulsión mundial. 

La trama de lo que está aconteciendo en Ucrania excede ampliamente Europa del este. La pandemia quizá haya acelerado un proceso de nuevas referencias geopolíticas: el vínculo más cercano entre Rusia y Alemania (gasoducto Nord Stream 2), la intención de recuperar influencia en áreas del antiguo bloque soviético y el lazo de Putin con China (Ruta de la seda, el inmenso comercio de hidrocarburos) fueron contrarrestando la hegemonía unipolar de los EE.UU. ¿Cuál es el rol que pueden tener potencias como Alemania o Francia para una salida negociada del conflicto? ¿Hay intenciones de Estados centroeuropeos para terminar con el lastre de la OTAN y conformar un bloque militar europeo propio?

Merino- Sin dudas la pandemia aceleró las tendencias estructurales. Entre ellas, la emergencia de nuevos poderes: la conformación de grupos euroasiáticos con tendencia contra-hegemónica. Especialmente se da una situación de guerra híbrida desde 2014, algo que yo vengo estudiando. Esto es, un enfrentamiento entre potencias de manera no convencional. EE.UU y Gran Bretaña de un lado; del otro, Rusia, China y los emergentes. Esta guerra híbrida tiene algunos territorios clave. Ucrania es uno de ellos. Pero podemos sumar territorios en Taiwán y la China meridional. En el caso de Siria, fue Rusia quien frenó el avance de EE.UU. La Guerra Mundial Híbrida se da fuertemente en el plano económico: las sanciones y el veto en ciertos mercados.

En ese contexto, el eje franco-alemán se presenta desde algunos años con la intención de construir una posición no dependiente de Washington ni de Londres. Se comenzó a hablar, hace algunos años, de conformar unas fuerzas armadas europeas, un complejo militar autónomo continental.

Merino- Desde 2014 que el tema Ucrania tiene en Europa interpretaciones diversas. También es cierto que, ahora, los ataques de Rusia han abroquelado a Occidente: Francia y Alemania se han acercado a la posición de Washington. Estas divergencias internas se vieron especialmente con la cuestión del gasoducto Nord Stream 2, algo que EE.UU siempre ha visto como algo negativo porque profundiza la dependencia de Europa del gas de Rusia. Justo antes de que el gasoducto sea certificado, empieza a hablarse, desde Occidente, de una invasión rusa a Ucrania. En ese momento se intensifican los discursos y comienza la provisión de armamentos.

Este es el dilema europeo: o conforma su propio bloque militar o queda bajo la conducción del polo anglo-estadounidense. 

Putin es el primer líder extranjero que se reunió con el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, desde el inicio de la pandemia en 2020. Fotografía EFE.
Putin es el primer líder extranjero que se reunió con el presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, desde el inicio de la pandemia en 2020. Fotografía EFE.

Toda guerra representa un quiebre para la humanidad, pero podría leerse lo que ocurre en Ucrania como un acontecimiento bisagra, un hito sobresaliente. Sin influencia fuera de sus propias fronteras, Rusia es un Estado-nación potente, económica y militarmente. Pero con un pie en el este de Ucrania y Crimea (donde las poblaciones son mayoritariamente rusas) Rusia establece un polo de poder euroasiático, que cuestiona, en alianza con China, India, Irán, el globalismo con que los Estados Unidos se beneficia desde el fin de la Guerra Fría. Si es que habrá alguno, ¿Cuál es el equilibrio mundial que podrías proyectar en el corto, medio plazo?

Merino- Desde 2008 Rusia viene demostrando capacidad para frenar el avance sobre Oriente y ha potenciado su capacidad para ser una potencia euroasiática, su capacidad de enfrentar sanciones de Occidente sin que su economía se desplome. Rusia es el primer exportador de gas, el segundo de petróleo, el mayor exportador de trigo. Es también el segundo vendedor de armas en todo el mundo. En el corto plazo es difícil proyectar. Lo cierto es que se observa una capacidad importante de Rusia para avanzar sobre el este de Ucrania. La tendencia a la crisis del orden mundial va a profundizarse.  

Edificio residencial destruido en por un ataque ruso en Borodyanka, en la región de Kiev. Fotografía Reuters.
Edificio residencial destruido en por un ataque ruso en Borodyanka, en la región de Kiev. Fotografía Reuters.

Rusia ha advertido hoy, a través de su ministro de Exteriores, Sergey Lavrov, que seguirá la ofensiva militar aunque se alcance un acuerdo. Para Putin, la piedra en el zapato es "la infraestructura militar de Ucrania" y la amenaza que eso representa tan cerca de Moscú. ¿Cuáles son las responsabilidades históricas de la OTAN en la guerra desatada en Ucrania?

Merino- Desde 1997 la OTAN intenta avanzar sobre el este, lo más cerca posible de Rusia. En 1999 se dio la primera ola de adhesión a los  mandatos de Washington por parte de países que conformaron el bloque soviético. En 2004 se sumaron otros. Pero cuando se intentó sumar a Georgia y Ucrania en 2008, empezaron los problemas. El rol de los EE.UU fue clave en el golpe a Víktor Yanukóvich (expresidente de Ucrania). Desde 2014 comienzan a fortalecerse grupos anti-rusos, nacionalistas e incluso grupos neonazis.

Desde que asumió Biden comenzó una intervención más fuerte sobre Ucrania. En agosto de 2021, en una reunión llevada a cabo en Kiev, la OTAN llamó a Rusia a devolver Crimea. Se empezó a profundizar la avanzada de las fuerzas pro-occidentales sobre la región del Donbas. 

Se ha disparado el precio del petróleo y las materias primas. Algo que podría beneficiar a Rusia, a pesar de las sanciones económicas de Occidente (cancelación del sistema SWIFT, por ejemplo). ¿Bastará la alianza con China para sostener el comercio y la economía de la Federación de Rusia? ¿Se abren oportunidades económicas para la periferia y los emergentes?

Merino- Lo cierto es que en el corto plazo es muy difícil que Europa pueda sustituir el gas ruso. Incluso sería caro: comprar el gas a los EE.UU no es la mejor opción. El golpe económico va a sentirse en Rusia, la pregunta es cuánto. El comercio de Putin con China, especialmente los hidrocarburos, es un gran colchón para la economía rusa. Tanto desde el plano financiero como político. Por otro lado, el alza del precio de los commodities puede beneficiar a los países emergentes. Pero eso no quiere decir que luego se traduzca en industrialización y fortalecimiento tecnológico en el largo plazo. Hay que ver cuál es el desarrollo que puede potenciar la periferia en esta coyuntura. Lo que yo no veo, al momento, es un colapso de la economía rusa.