El sur de Madagascar está sufriendo su peor sequía en décadas, devastando cultivos y dejando a más de un millón de personas necesitando ayuda alimentaria urgente. Y durante meses, los funcionarios de las Naciones Unidas han advertido que la nación insular africana está al borde de la primera hambruna inducida por el cambio climático en el mundo.

Lo cierto es que, aunque la tentación de culpar de todo al calentamiento global es grande, no siempre termina siendo cierto. Una nueva investigación arroja dudas sobre cuál es la causa principal en esta situación, subrayando los peligros de ver las crisis alimentarias exclusivamente como resultado del impacto climático causado por los humanos.

Factores como la pobreza estructural, la variabilidad natural del clima y la pandemia de coronavirus han tenido un efecto mayor en la crisis alimentaria de Madagascar que el cambio climático, según un estudio publicado el miércoles por World Weather Attribution, un colectivo de investigación internacional.

Es muy probable que el cambio climático haya contribuido al aumento de las sequías en la región, dijeron los científicos, pero agregaron que "estas tendencias siguen siendo sobrepasadas por la variabilidad natural".

El grupo de científicos con sede en Asia-Pacífico, África, Europa y Estados Unidos utilizó métodos revisados por pares para evaluar hasta qué punto las acciones humanas fueron responsables de las precipitaciones por debajo del promedio en el sur de Madagascar.

"Cuando se le echa la culpa de todo al cambio climático, se le quita toda la responsabilidad a quienes toman decisiones para hacer frente a los desastres", dijo Friederike Otto, codirectora de los investigadores, a Reuters.

Los funcionarios del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU se han referido durante meses a la crisis en Madagascar como ejemplo de los alcances del calentamiento global. Un alto funcionario del PMA en el país dijo en noviembre que zonas del sur del país estaban experimentando "condiciones similares a las de una hambruna", que describió como "la primera hambruna por el cambio climático en la Tierra".

Sin duda, Madagascar se enfrenta a una grave amenaza climática, que muy probablemente solo empeorará a pesar de las promesas hechas por los líderes mundiales en la cumbre climática de la ONU en Glasgow el mes pasado.
Se proyecta que esta nación de poco menos de 30 millones experimentará un aumento de sequías y ciclones más severos, según un informe de agosto del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU.

La investigación de World Weather Attribution sugiere que si no se manejan los desafíos existentes como la pobreza, la infraestructura deficiente y la dependencia excesiva de la agricultura, incluso cambios menores en los patrones climáticos podrían ser "absolutamente catastróficos" para Madagascar, dijo Otto a Reuters.

Es claro: una cosa es decir que la responsabilidad de todo es el Calentamiento y otra, muy diferente, es señalar que la crisis climática impactará de modo mucho más grave en países que arrastran problemas estructurales que no se atienden.

Madagascar es uno de los países más pobres del mundo; en 2018, casi la mitad de sus niños sufrían desnutrición crónica. La pobreza es particularmente severa en el sur del país, lo que, según los investigadores, hace que sea aún más difícil para las personas de las comunidades locales, que dependen de los cultivos de secano, hacer frente a períodos prolongados de sequía.

En el pasado reciente hubo sequías del mismo alcance. Gráfico: Investigación citada
En el pasado reciente hubo sequías del mismo alcance. Gráfico: Investigación citada

Cómo puede verse en el gráfico presentado en esta investigación, en el bienio 1990/92 ya hubo una sequía aún mayor que la del último año en Madagascar. Ambas sequías, comparten una marca distintiva: el déficit principal se produce en la temporada lluviosa, que en aquel país transcurre entre los mese de diciembre a febrero.

Todo indica que no hay evidencia suficiente para adjudicar la responsabilidad por el hambre que acompaña a esta nueva sequía, exclusivamente al Calentamiento Global.

El patrón sirve para ilustrar que mientras no se opere sobre las causas estructurales del hambre, la crisis del clima no generará hambre que no existía; agravará el que no se atendió oportunamente.