La capa de hielo marino de la Antártida nunca fue tan pequeña al final del invierno austral, cuando registra su superficie máxima del año, desde que comenzaron los relevamientos científicos, hace 44 años. Lo anunció este martes el principal observatorio estadounidense.

La "banquisa" o hielo marino de la región antártica -nombre con el que se define a la "capa de hielo flotante" que se forma en las regiones oceánicas polares- sufre un deshielo y se derrite durante el verano y se vuelve a formar en el invierno, estación que está actualmente terminando en el hemisferio sur.

El último 10 de septiembre, "el hielo marino de la Antártida alcanzó una extensión máxima anual de 16,96 millones de km2", sostuvo en un comunicado el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC por sus siglas en inglés), según informó la agencia de noticias AFP.

“Este es, con diferencias, el máximo más bajo de hielo marino registrado entre los años 1979 y 2023”, indicó el organismo, y agregó: “La extensión máxima alcanzada este año es 1,03 millones de kilómetros cuadrados menos que el récord anterior, equivalente a casi el doble de la superficie de Francia”.

En febrero, en pleno verano austral, el hielo marino de la Antártida alcanzó su punto más bajo, con una extensión mínima de 1,79 millones de kilómetros cuadrados, un récord de derretimiento, según el NSIDC.

Icebergs flotan en el océano Antártico. Foto: Science

De acuerdo a lo explicado, "en el Ártico, donde ahora termina el verano, el hielo marino alcanzó su extensión más baja del año, con 4,23 millones de kilómetros cuadrados. Es el sexto registro más bajo en 45 años de datos. La banquisa se volvió a formar a un ritmo inusualmente lento, a pesar de la llegada del invierno. Durante décadas, el hielo marino se mantuvo estable o incluso se expandió ligeramente", sostuvieron desde el centro de monitoreo.

"Desde agosto de 2016, la tendencia relativa a la extensión del hielo marino antártico ha experimentado un fuerte descenso, durante casi todos los meses" del año, pero esta tendencia desde 2016 parece ya "vinculada al calentamiento de la capa superior del océano", indicaron desde el observatorio estadounidense.

La noticia causa muchísima preocupación debido a las consecuencias y el impacto que habrá mundialmente en el calentamiento global.

"Existe preocupación por la disminución del hielo marino antártico, a medida que se van calentando los océanos, a escala mundial. El derretimiento del hielo marino no tiene impacto inmediato al nivel del mar, porque se forma al congelarse el agua salada ya presente en el océano. El hielo blanco refleja los rayos del Sol más que el océano más oscuro, y su pérdida agudiza el calentamiento global", afirmó el NSIDC.

Por último, los expertos del observatorio norteamericano sostuvieron que "la pérdida de hielo marino también expone aún más las costas de la Antártida a las olas, que podrían desestabilizar los cascos polares, que están formados por agua dulce. Su derretimiento provocaría un catastrófico aumento del nivel de los océanos", concluyeron desde el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve.

Fuente: Télam