Se producen casi medio millón de muertes prematuras al año por falta de polinizadores
Los datos corresponden a un estudio que acaba de publicarse en el que se analiza como la disminución de insectos se traduce en una reducción de la producción de alimentos saludables y el concomitante aumento de las enfermedades por deficiencias en la nutrición.
Todo tiene que ver con todo. Frase de usos múltiples, impuesta con el nuevo siglo. Pero, ¿tan así?
El viejo axioma de la Teoría del Caos, sobre el aleteo de la mariposa provocando tifones a miles de kilómetros de distancia, también sería de aplicación: ¿efectos tan “indetectables” como la disminución en las poblaciones de especies polinizadoras y la propia desaparición de algunas de esas especies, pueden traducirse en muertes de personas? y, por añadidura, ¿pueden estimarse cuántas muertes se producen por estos efectos?
Un informe científico que acaba de publicarse, contesta que sí. Claro, es que habría que precisar que se quiere decir con “efectos indetectables”. Si lo que queremos decir es que para una parte importante de la población mundial pasa desapercibido que el 16,5% de los polinizadores están en peligro de extinción global, entonces vale la expresión como muestra de la sordera internacional a las advertencias que se hacen insistentemente desde hace décadas.
Aunque los datos son incompletos, las evaluaciones regionales y nacionales indican altos niveles de amenaza para algunas abejas y mariposas. En Europa, por ejemplo, el 9 por ciento de las especies de abejas y mariposas están amenazadas y las poblaciones de abejas y mariposas están disminuyendo un 37 % y un 31 % respectivamente. La consulta de datos más generales muestra que a menudo más del 40 por ciento de las especies de abejas están amenazadas.
Un problema de peso
La polinización animal respalda la producción agrícola de muchos alimentos saludables, como frutas, verduras, nueces y legumbres, que brindan nutrientes clave y protegen contra enfermedades no transmisibles.
A pesar de los grandes aumentos en la producción mundial de alimentos durante el último medio siglo, proporcionar una nutrición adecuada a escala mundial sigue siendo difícil para muchas poblaciones.
Para poner contexto, el trabajo citado indica que aproximadamente 768 millones de personas están desnutridas en todo el mundo, y ese número ha estado creciendo de manera constante desde 2015, luego de una década de disminución. Además de los que padecen hambre, se estima que dos mil millones experimentan deficiencias de micronutrientes, aunque los datos de monitoreo global se recopilan con poca frecuencia.
En contrapartida, las poblaciones de muchos países se enfrentan a una pandemia de obesidad y enfermedades metabólicas por el excesivo consumo de calorías. Se estima que hay unos dos mil millones de personas adultas en todo el mundo con sobrepeso y obesidad.
La ingesta inadecuada de alimentos saludables, como frutas, verduras y frutos secos, también genera una gran carga de enfermedades. Teniendo en cuenta estos desafíos persistentes, las estrategias para la seguridad alimentaria y nutricional mundial han comenzado a cambiar el paradigma de producir calorías suficientes a proporcionar dietas más nutritivas.
Los polinizadores son clave para los alimentos saludables
Hoy en día, la mayoría de los cultivos reciben una polinización deficiente debido a la limitada abundancia y diversidad de insectos polinizadores.
Asegurar la abundancia y diversidad de polinizadores resultaría un enfoque eficaz para abordar los desafíos nutricionales y ambientales que enfrentan los sistemas alimentarios mundiales.
La polinización animal aumenta la producción de los cultivos agrícolas por varias razones. Los polinizadores son más eficientes en la entrega de polen que el viento o la autopolinización, lo que aumenta la fertilización exitosa y mejora la producción de semillas y frutos, lo que resulta en mayores rendimientos.
Las plantas que dependen de la polinización animal incluyen cultivos comerciales (café, cacao, especias) y muchos grupos de alimentos importantes para la salud mundial (frutas, vegetales, frutos secos y legumbres) que, consumidas en cantidad protegen contra una variedad de enfermedades crónicas no transmisibles, que incluyen enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, muchos tipos de cáncer y diabetes.
Todo esto, sin contar que los polinizadores silvestres aumentan los rendimientos sin requerir costos adicionales en los cultivos, con la consiguiente mejora en los ingresos de los agricultores.
Estos beneficios se realizan sin ningún impacto ambiental negativo asociado. Múltiples estudios han estimado la contribución de la polinización animal al valor anual de la producción agrícola mundial en aproximadamente 500 mil millones de dólares al año.
Los polinizadores están bajo presión por la degradación ambiental
Sin embargo, los polinizadores globales están cada vez más amenazados, principalmente por la alteración que introducimos los seres humanos en su entorno, nutrición y redes biológicas.
Los cambios generalizados en el uso de la tierra están fracturando, reduciendo y degradando los hábitats adecuados para los polinizadores en todo el mundo, no solo reduciendo las áreas disponibles para anidar, sino también limitando la capacidad de los polinizadores para migrar como estrategia de adaptación en un paisaje cada vez más inconexo.
Además, la reducción de las tierras silvestres y el predominio de los monocultivos reducen la diversidad de las plantas con flores y la duración de la floración, lo que provoca estrés nutricional en los insectos.
El uso continuo de pesticidas provoca daños a las abejas y otros polinizadores tanto en las granjas tratadas como en las áreas cercanas. Además, el impacto general del cambio climático está provocando una serie de efectos nocivos. Al tiempo que expulsa a los polinizadores de sus nichos habituales para bsucar condiciones ambientales adecuadas, hace que nuevos depredadores, competidores y patógenos invadan los entornos habitables.
Las abejas melíferas gestionadas no logran compensar las pérdidas de polinizadores silvestres ni seguir el ritmo del crecimiento de los cultivos dependientes de polinizadores, lo que la transforma en una solución cada vez más arriesgada para compensar las pérdidas de polinizadores salvajes.
Además, los polinizadores administrados no son completamente intercambiables con los polinizadores silvestres, y los sistemas de cultivo con grandes industrias de abejas melíferas administradas (p. ej., arándanos, cerezas, manzanas) podrían obtener un beneficio adicional en el rendimiento de una polinización animal aún mayor.
El impacto concreto
La falta de polinizadores reduce la producción de alimentos. Un estudio de 2016, desarrollado sobre una muestra global de 344 campos en 33 diferentes sistemas agrícolas dependientes de polinizadores en África, Asia, América Latina y Europa, concluyó que una cuarta parte de la brecha de rendimiento entre los campos de baja y alta producción en todos los sistemas de cultivo, podría explicarse por poblaciones de polinizadores insuficientemente abundantes y diversas.
Lo que el nuevo trabajo viene a completar es cómo impacta esa disminución en la producción sobre la nutrición, los ingresos y la salud global.
Los resultados
El estudio concluye que, a nivel mundial, entre el 3 % y el 5 % de la producción de frutas, verduras y frutos secos se pierde debido a una polinización inadecuada, lo que se traduce en un exceso de muertes anuales estimadas en 427 mil por la pérdida del consumo de alimentos saludables.
Los impactos se distribuyen de manera desigual: la pérdida de producción de alimentos se concentró en los países de ingresos más bajos, mientras que los impactos en el consumo de alimentos y la mortalidad atribuibles a la polinización insuficiente fueron mayores en los países de ingresos medios y altos con tasas más altas de enfermedades no transmisibles.
El estudio también analiza específicamente el caso de tres países (Honduras, Nepal y Nigeria), calculando que el valor económico de la producción de cultivos es entre un 12 % y un 31 % más bajo que si los polinizadores fueran abundantes.
Todo tiene que ver con todo: el modelo agrícola que privilegia el lucro por sobre la nutrición, pierde dinero y mata prematuramente a cientos de miles de personas al año, por el “indetectable efecto” de matar polinizadores.
No es el sutil aleteo de la mariposa, es el monumental impacto de un modelo agrícola que no soluciona el hambre del mundo y contribuye a la destrucción del planeta.