Sri Lanka se enfrenta a una de las mayores crisis en décadas, producida principalmente por el aumento del precio de los combustibles.

Por esta razón, el gobierno ha decidido cerrar las escuelas en la ciudad de Colombo, y se ha solicitado a los funcionarios públicos que trabajen desde su casa para poder así reducir los costes que les está suponiendo tener que desplazarse a trabajar.

Así ha informado la agencia Reuters, y desde Save The Children han denunciado esta decisión.

Según denuncia la ONG, los padres de los escolares tienen que esperar "hasta dos días, o más de 50 horas en colas, para repostar sus automóviles". Mientras los padres hacen estas colas, los niños en muchos casos los acompañan, o tienen que quedarse en casa sin poder ir, en ninguno de los casos, a la escuela. 

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Tweet de Finity Fund

No hay combustible para los transportes privados, pero tampoco para los públicos. Por esta razón son muchísimos los niños y niñas que no tienen manera de llegar a sus colegios. Solamente el 20% de los servicios de autobuses públicos en todo el país están funcionando.

Sri Lanka se enfrenta a su peor crisis económica desde su independencia: el combustible, la seguridad alimentaria, la agricultura y los medios de subsistencia, así como el acceso a la salud están siendo dañados de manera muy severa.

El cierre de las escuelas que se produce ahora, se suma al que ya se produjo durante la pandemia del COVID-19.