El Gobierno de Suecia ha ordenado a sus Fuerzas Armadas que se unan a la policía en la lucha que libran las autoridades contra la ola de asesinatos y violencia que está generando la lucha entre las bandas criminales asentadas en el país.

En el último mes han muerto en circunstancias violentas más de una decena de ciudadanos, siendo la última víctima una mujer que perdió la vida como consecuencia de una explosión registrada el jueves.

El propio primer ministro, Alf Kristersson, ha prometido a los suecos que esta decisión supone la puesta en marcha de "todos los recursos necesarios" con el claro fin de "derrotar a las pandillas". En su última rueda de prensa, celebrada el pasado jueves, trato de tranquilizar la creciente preocupación ciudadana por la escalada de sucesos violentos asegurando que han puesto "todo sobre la mesa". No se registraban en el país nórdico tantas muertes desde diciembre de 2019.

Ahora, el ejército se desplegara en las calles para colaborar con las autoridades policiales en labores de vigilancia, logística o análisis de la "extremadamente excepcional" situación que atraviesan. No descartan, además, emprender una reforma legal ya que, lamentó el primer ministro, las legislación actual no está "diseñada para guerras de pandillas y niños soldado", iniciativa que ya ha dicho que esperaría que respaldasen el resto de partidos políticos que forman el Parlamento sueco. Los cambios se centrarían en un endurecimiento de penas en los actos delictivos violentos y reformas en materia de inmigración.

El jefe de Policía, por su parte, ha reconocido que los datos que manejan no parece indicar que la ola de ataques vaya a perder fuerza a corto plazo porque se siguen observando niveles nunca antes vistos de "violencia de tipo terrorista" en el país.

Fuente: La Razón (España).