Ultimatum del clima: expertos advierten que quedan 3 años, empresas y países se resisten
El último reporte del IPCC dice que las inversiones climáticas deben ser de tres a seis veces mayores de lo que son hoy. Los límites para vencer el cambio climático no son científicos o tecnológicos sino políticos y económicos.
Treinta meses: ese es el tiempo muy corto que el mundo tiene ahora para que las emisiones globales de gases de efecto invernadero finalmente comiencen a disminuir. De lo contrario, perderemos la oportunidad de evitar los peores impactos de la crisis climática.
La conclusión de los científicos del mundo, recopilada por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus silgas en inglés) y aprobada por todos los gobiernos del mundo, dice que esta reversión requiere recortes “inmediatos y profundos” en las emisiones en todas partes.
El lenguaje de la tercera parte del informe del IPCC es menos dramático que los dos primeros, que demostraron “inequívocamente” que somos los seres humano los que ponemos en grave peligro un “futuro habitable”. Los dos reportes previos explicaron los fundamentos y la escala de la emergencia climática; la nueva evaluación explica en detalle lo que se debe hacer. Y por eso, su texto fue tensado furiosamente por aquellos estados que tenían mucho que perder, con la ominosa omnipresencia de lobistas empresarios.
Aún así, la conclusión es muy cruda: un siglo de aumento de las emisiones debe terminar antes de 2025 para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, más allá de lo cual los impactos severos aumentarán aún más y dañarán a miles de millones de personas.
“Es ahora o nunca, si queremos limitar el calentamiento global a 1,5 °C”, dijo el profesor Jim Skea, copresidente del informe. “Sin reducciones inmediatas y profundas de las emisiones en todos los sectores, será imposible”.
Eso si, crudo y todo, el informe adolece del mismo “colonialismo ambiental” que marca toda la agenda mundial del tema: la acusación como mayor culpable a los combustibles fósiles (cómo si objetos inanimados tuvieran poder de decisión) diluye la responsabilidad de los gobiernos, las empresas y las naciones que han sido las principales beneficiarias de los pasivos ambientales ya generados y los por venir.
El lenguaje de la ciencia es corroído por el del dinero. Así y todo, las conclusiones son lapidarias.
Quien quiere oír, que oiga.
El IPCC afirma que los proyectos de combustibles fósiles existentes y actualmente planificados ya son más de lo que el clima puede manejar. Más proyectos generarán emisiones aún mayores y nuestro viaje al infierno climático. El IPCC advierte a los inversionistas de combustibles fósiles que están en camino de perder billones de dólares si los gobiernos actúan como deben.
En respuesta al informe, el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo una evaluación descarnada de las promesas de acción políticas y corporativas actuales: “Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra. En pocas palabras, están mintiendo”.
“El aumento de la producción de combustibles fósiles solo empeorará las cosas”, dijo. “Es hora de dejar de quemar nuestro planeta y comenzar a invertir en la abundante energía renovable que nos rodea”.
Las buenas noticias
El IPCC detalla las enormes reducciones de costos en la última década en energía solar y eólica y dice que algunos países ya tienen redes eléctricas predominantemente alimentadas por energías renovables. También destaca fuertemente el gran impacto potencial de los hogares energéticamente eficientes, caminar y andar en bicicleta, dietas más ecológicas y menos desperdicio de alimentos. Todos estos son populares entre la gente, señala el IPCC.
“Contar con las políticas, la infraestructura y la tecnología adecuadas para permitir cambios en nuestro estilo de vida y comportamiento puede resultar en una reducción del 40 al 70 % en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, un potencial significativo sin explotar”, dijo el profesor Priyadarshi Shukla, otro copresidente del IPCC. “La evidencia también muestra que estos cambios en el estilo de vida pueden mejorar nuestra salud y bienestar”.
Proteger y restaurar la naturaleza puede generar reducciones a gran escala en las emisiones al poner fin a la tala de bosques y la eliminación a gran escala de CO2 de la atmósfera mediante el cultivo de árboles, dice el informe del IPCC. Pero advierte que esto no puede compensar ningún retraso en la reducción de la quema de combustibles fósiles y debe involucrar a los pueblos indígenas, que son los mejores guardianes de los lugares salvajes.
El costo de poner fin a la crisis climática es “pequeño”, concluye el IPCC. Se espera que el PIB mundial se duplique para 2050 y reducir las emisiones a la mitad para 2030, para mantener el rumbo de 1.5C, reduciría 1-2% de esa duplicación. Teniendo en cuenta los daños climáticos evitados y los ahorros en la adaptación al clima extremo, invertir en la reducción de emisiones ahorra dinero.
Otra vez, el mundo es un bolsillo único, en donde el dinero se dispone de modo uniforme, sin responder a intereses. Los científicos no se preguntan quién pagará cualquier reducción en las tasas de crecimiento. Mucho menos, cuestionar el paradigma del “crecimiento eterno”, en última instancia, verdadero causante de la ruina del planeta.
El “Colonialismo Ambiental” existe
El IPCC enfatiza la desigualdad del calentamiento global y la necesidad de justicia climática. Los Países Menos Adelantados (PMA), una agrupación de 46 naciones, han contribuido con menos del 0,4 % de las emisiones desde 1850. Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, 38 países que se enfrentan a la desaparición bajo el aumento del nivel del mar, contribuyeron con el 0,5 %.
En contraste, el IPCC establece que, a nivel mundial, el 10 % de los hogares con las emisiones per cápita más altas contribuyen con el 34-45 % de las emisiones globales basadas en el consumo. Los norteamericanos tienen una huella de CO2 de casi 20 toneladas al año; si se considera solamente a Estados Unidos, es aún mayor. Las personas en África y el sur de Asia están por debajo de las cinco toneladas, en algunos casos emitiendo apenas el CO2 que respiran.
Siempre, una cuestión de $
Se puede lograr un futuro de cero emisiones netas, dice el IPCC, al tiempo que se saca a millones de personas de la pobreza, pero falta la financiación necesaria: "Los flujos financieros no alcanzan los niveles necesarios para alcanzar los objetivos [de reducción de emisiones] en todos los sectores y regiones".
El tema del dinero seguirá siendo central en las negociaciones climáticas de la ONU, con la próxima cumbre en Egipto en noviembre. El IPCC dice que las inversiones climáticas deben ser de tres a seis veces mayores de lo que son hoy.
En una síntesis inobjetable, Nikki Reisch, del Centro de Derecho Ambiental Internacional, lo resumió de este modo: “Los límites [para vencer el cambio climático] no son científicos o tecnológicos sino políticos y económicos”.
“Este informe es un llamado rotundo a la acción para los gobiernos”, dijo Madeleine Diouf Sarr, presidenta del grupo LDC y jefa climática del gobierno de Senegal. “Es fundamental terminar con la adicción mortal a los combustibles fósiles y aprovechar todo el potencial de las energías renovables baratas y abundantes. Conocemos la escala del problema. Conocemos la solución. Este informe proporciona una hoja de ruta de cómo llegar allí. Pongámonos en marcha sin demora”.