Un mundo dividido por la suspensión de patentes
Distintas interpretaciones relativizan el apoyo de los EE.UU para liberar la propiedad intelectual. La transferencia de tecnología y los plazos para nuevas instalaciones, los obstáculos. ¿Existe estructura, en los países en vías de desarrollo, para producir las fórmulas en el corto plazo?
¿Está lista la periferia para comenzar la fabricación de vacunas si las patentes finalmente son liberadas? La transferencia de tecnología, y la instalación y capacitación general de los proyectos, posiblemente requiera una paciencia mayor que la que se tiene sobre el actual flujo de producción y envíos desde los países y laboratorios centrales. Estos puntos, relativos a la tecnología y a los plazos del complejo proceso, son los argumentos de Europa, sostenidos por la Comisión Europea y sus principales miembros, entre ellos, la Alemania de Angela Merkel.
Afirman que la capacidad productiva se encuentra al límite, con un cuello de botella en relación a las materias primas. No hay producción que satisfaga la urgente demanda global de dosis, en tiempos donde la incertidumbre sobre mutaciones abre nuevos interrogantes. El sector farmacológico ha firmado más de 260 acuerdos entre empresas para incrementar el ritmo de producción.
Los partidarios de la iniciativa de suspender las patentes de manera temporal, propuesta inicialmente en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por Sudáfrica e India en octubre de 2020, responden que sí: la liberalización permitirá que los países en vías de desarrollo puedan empezar a producir dosis y ser autosuficientes.
El laboratorio alemán BioNTEch, que produce la vacuna con Pfizer, ha manifestado que "las patentes no son el factor limitante" en la producción y suministro de nuestra vacuna. "La producción y oferta mundial no aumentaría a corto y mediano plazo". Las acciones de la empresa pegaron un salto tras el anuncio de gobierno de Merkel. Alemania se opone a la nueva posición de la Administración Biden con respecto a la suspensión de la propiedad intelectual.
"El Gobierno cree firmemente en las protecciones de la propiedad intelectual, pero en aras de poner fin a esta pandemia, apoya la exención de esas protecciones para las vacunas COVID-19", reza el comunicado compartido por Katherine Tai, representante de Comercio de los EE.UU, el miércoles pasado.
El discurso brindado por Tai reconoce que las negociaciones que ahora empezarán “necesitarán tiempo”.
El tablero mundial: vacunas, negocios y geopolítica
La jugada política de India y Sudáfrica, que incluía medicamentos y productos sanitarios relacionados con el diagnóstico y tratamiento del Covid-19, logró el incipiente apoyo de un centenar de gobiernos, entre ellos el de Alberto Fernández. Pero se chocó de pleno con el rechazo de los países centrales (EE.UU, la Unión Europea, Suiza, Japón), sedes de las grandes empresas farmacéuticas.
El anuncio de Biden generó un reacomodamiento de las posiciones nacionales sobre el tema. Francia, que se oponía a suprimir la propiedad intelectual, ha cambiado su parecer y se suma ahora a la nueva posición de los EE.UU.
El número de dosis administradas, a nivel global, supera por poco los 1.000 millones. Si se contemplan dos dosis para la población mundial serían necesarias más de 12.000 millones antes de fin de año. Esto ha hecho que las patentes sean vistas como un obstáculo que impide aumentar la producción y su eventual distribución. Desde octubre pasado, ha crecido el número de voces a favor dentro de la OMC.
Las medidas en esta organización internacional se adoptan por consenso de todos los miembros, por lo que, aunque un cambio en Washington –la principal potencia económica del mundo– es importante, la iniciativa requiere también el apoyo del resto.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha manifestado estar segura "de alcanzar nuestro objetivo: administrar las dosis suficientes para que el 70% de los adultos europeos estén vacunados ya en julio. Estados Unidos tiene un objetivo similar. Y esto muestra cuánto están alineadas nuestras campañas de vacunación a estas alturas".
"Mientras otros se quedan con la producción de vacunas, Europa es el principal exportador en todo el mundo. Hasta ahora, se han enviado al resto del mundo más de 200 millones de dosis de vacunas producidas en Europa. Europa exporta tantas vacunas como entrega a sus propios ciudadanos. Y para ser claros, Europa es la única región democrática del mundo que exporta vacunas a gran escala".
“Estamos listos para discutir la propuesta de EE.UU. A corto plazo, sin embargo, hacemos una llamada a todos los países productores de vacunas para que permitan la exportación y eviten medidas que interrumpan las cadenas de suministro".
Esta última apelación de von der Leyen a las exportaciones es un mensaje directo a la Casa Blanca.
"La liberación de patentes no será una solución a corto plazo"
Gabriel Morón, especialista en vacunas de la UNC, aclaró que liberar licencias garantizará el abastecimiento mundial recién en el mediano o largo plazo ya que la transferencia tecnológica no es sencilla. Para Morón, la potencia de la iniciativa es de índole "político y moral".
La transferencia de tecnología para la aplicación de los procesos necesarios de desarrollo de cada vacuna no es nada sencilla y es el principal escollo en la carrera por la inmunidad: "Si sale la liberación de patentes podrá generar un ambiente más propicio para que otras empresas puedan empezar a fabricarlas. Pero hay que saber que dicha liberación no significa que haya transferencia tecnológica. No cualquier empresa puede empezar a fabricarlas desde cero sin una transferencia tecnológica adecuada".
Vacunas, una por una
Características de las vacunas que están en la Argentina y las que podrían llegar. ¿Cuántas dosis necesita cada fórmula? ¿Cuál es el porcentaje de eficacia? La tecnología que usan y, un dato no menor vinculado a la infraestructura de los países y la logística, ¿Cuál es el rango de conservación que requieren?