Ley nacional de Cupo Laboral Trans
Buscan que la norma obligue a los estados a incorporar trabajadores de la comunidad trans y travesti del país. Además que haya incentivos económicos en el sector privado que fomente la contratación de las distintas identidades de género.
Las organizaciones LGBTIQ+ se reunieron en el reclamo por el acceso al trabajo formal de las personas travestis y trans.
Al respecto, Thiago Galván -consiliario de La Bisagra en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- destacó el proyecto de ley que busca avanzar en la inclusión y reparación de la identidad y expresión de género.
El secretario nacional del área de identidades trans, travestis, no binaries e intersex de la Liga LGBTIQ+ de las Provincias indicó en Crónica Matinal, por Canal 10, que el proyecto de ley se inspira en los legados de Diana Sacayan y Lohana Berkins.
Con la Ley Nacional de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans buscan reparar la discriminación hacia el colectivo travesti trans.
La ley establecería un cupo laboral travesti-trans en el ámbito público con criterio transversal y federal, priorizando a quienes están en situación de vulnerabilidad social.
Por otro lado, la norma que sancionaría busca generar incentivos para la contratación de personas travestis y trans en el ámbito privado.
También promueve el apoyo financiero con créditos a tasa 0 del Banco Nación a proyectos productivos de travesti trans.
Datos contundentes
El proyecto se sustenta en la realidad reflejada por estadísticas que muestran la discriminación por identidad y expresión de género en el ámbito laboral.
Las distintas investigaciones elaboradas por la sociedad civil y los Estados reflejan respecto al ámbito laboral que solo un 9% de las personas travestis y trans en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la Provincia de Río Negro están insertas en el mercado formal de trabajo, mientras que en la Provincia de Jujuy esa proporción desciende al 1,3%.
Para el 70,4% de las travestis y mujeres trans en la C.A.B.A., el ejercicio de la prostitución sigue siendo la principal fuente de ingresos y, de ese universo, un 87,2% la abandonaría si tuvieran acceso a un empleo formal.