“Deja un gran legado para aquellos que luchen por construir una sociedad mejor”

Con mucho pesar, el pasado 6 de mayo, Córdoba despidió a una de las principales referentes de la lucha por los Derechos Humanos. Silvia Di Toffino, fundadora de la organización H.I.J.O.S, falleció a los 53 años, dejó un gran dolor en quienes la conocieron y se extrañará su presencia en el camino de la memoria, la verdad y la justicia.

Para rendirle a homenaje, el programa Redacción Abierta invitó a Agustín Di Toffino, hermano de Silvia e integrante de H.I.J.O.S; Martín Fresneda, Abogado H.I.J.O.S; Liliana Córdoba, H.I.J.O.S  y amiga de Silvia Di Toffino; Graciela López de Filoñuk, exfiscal; y Carolina Scotto, docente y exrectora UNC.

Todos coincidieron al describirla como una mujer amorosa, sensible, lucida, generosa, íntegra fuerte y con mucho coraje.

Comenzó su hermano: "Silvia fue una referente de los DD.HH de Córdoba y un persona con una gran calidad humana que nos deja a todos con un vacío afectivo muy grande. Era muy solidaria y estaba siempre presente para ayudar a resolver los problemas de las demás".

“Era una persona enorme. En los momentos más difíciles, cuando enfrentábamos los juicios, ella tenía una fortaleza increíble, nos decía no tengan miedo, aunque ella también lo sentía, tenía mucho coraje. Era imprescindible, era necesaria”, sostuvo Fresneda. 

“Fue un gran pilar afectivo. Silvia nunca se callaba, era muy condescendiente con lo que había que decir pero siempre muy amorosa y tenía una capacidad de escucha importante. Siempre veía un poquito más. En el inicio de H.I.J.O.S no sabíamos muy bien qué hacíamos, pero ella sabía que estar ahí juntos era un montón y lo tenía mucho más claro que nosotros”, recordó Córdoba.

Por su parte, Scotto expresó: “Tenía una combinación entre lucidez, sensibilidad y valentía. Siempre me ha provocado admiración, porque encarna actitudes y un estilo de vida que sería fabuloso que todos tuviéramos. Una persona así ha sido muy importante, fue imprescindible para construir, para cuidar, para dejar un legado. Todo eso es lo que nos hace insoportable su prematura muerte, pero tenemos que estar llenos de gratitud”.

H.I.J.O.S Y HERMANOS

Agustín, Martín y Liliana compartieron con Silvia la fundación de H.I.J.O.S en Córdoba en 1995, la organización integrada por hijos e hijas de desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado.

“La última vez que la vi me dijo: " No te olvides que sos mi hermano". Y es verdad nos hemos criado juntado, y tenía 19 años, Agustín 16 y Silvia 25”, se emocionó el abogado.

Incluso, la exrectora de la UNC compartió que, durante el velorio de Di Toffino, esa era la imagen que se observaba, la de un grupo de hermanos.

El 24 de marzo de 2007, cuando Néstor Kirchner entregó el predio del campo de concentración La Perla a  la Comisión Provincial de la Memoria, Silvia fue oradora en aquel histórico acto. Además del entonces presidente, estaban Emilia Villares de D´Ambra, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba y Sonia Torres de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba.

“Aquel día fue un punto de inflexión para la lucha por la memoria, la verdad y la justicia”, señaló Agustín y contó que su hermana estaba muy orgullosa de representar a los organismos de DD.HH leyendo el discurso.

“Recuerdo cuando definimos que sea ella quien lo diga”, evocó Fresneda conmovido y continuó: Cuando dice “quédense tranquilos padres, la lucha ya está en nuestra manos”, eso es asumir la responsabilidad generacional que tuvimos, no íbamos a cesar nunca en la lucha hasta lograr que logramos”.

LOS JUICIOS

Silvia fue querellante en el Megajuicio La Perla, la Ribera y D2 por el secuestro y desaparición de su padre, el dirigente sindical Tomás Di Toffino. Su participación fue activa y aportó documentación histórica sobre el rol y responsabilidad de funcionarios civiles durante la dictadura cívica militar. Además, quienes la conocieron aseguraron que su memoria era impresionante, recordaba detalles de todas las historias.

“H.I.J.O.S fue el que más interactuó con la fiscalía, con un rol muy importante motorizando el proceso. Había un intercambio permanente y ella siempre al frente. Una militante extraordinaria, muy objetiva en sus apreciaciones, nunca advertí fanatismo en ella, era muy serena y contestaría pero con fundamentos”, comentó López de Filoñuk, quien se encargó de instruir causas por delitos de lesa humanidad, entre ellas la Megacausa La Perla.

“Silvia no era abogada, había estudiado arquitectura, pero los juicios tuvieron ese desarrollo e H.I.J.O.S logró el protagonismo que alcanzó, porque ella tuvo que ver. Tejió un vínculo con los sobrevivientes, que no era fácil al principio y se fue conectando a tal punto con la lectura de las causas, que nos fue transmitiendo esas historias, porque para el resto, si la teníamos que leer de manera directa, era imposible. Era una traductora del horror, una labor muy dura”, dijo su amiga.

En ese sentido, la exfiscal agregó: “Tenía una lucidez, una claridad y una memoria extraordinaria respecto a las víctimas y a los sobrevivientes de La Perla, recordaba perfectamente los acontecimientos de cada uno”.

Scotto señaló que universidad ha acompañado la lucha por los DD.HH y que aun así existe una deuda con los organismos que la llevan a cabo. “No puede ser menos por los valores que reivindican y por el proceso de construcción de derechos y fortalecimiento de democracia que han ayudado a revitalizar en el país. La lucha la han llevado ellos con valentía y riesgo, con sus propios cuerpos, con su salud”.

“Hicimos todo lo posible, incluso hasta lo imposible, por lograr una Argentina mejor y Silvia se nos va en el mejor momento. Teníamos derecho a empezar a vivir la vida y disfrutar de la felicidad, porque hemos luchado mucho, por nuestros padres que están desparecidos y muertos, ahora que nos toca luchar por los vivos, se nos va la Silvia. Da mucha bronca, mucha impotencia”, dijo el ex secretario de Derechos Humanos de la Nación.

Sobran y faltan las palabras en una noche emotiva en la pantalla del “10”, entonces su hermano tomó las finales. “Silvia nos enseñó a construir con amor. A pesar de todo lo que pasamos y significó el terrorismo de Estado en Argentina, en nosotros no nace el resentimiento de revancha. Además, logró construir la herencia de las grandes luchadoras como las Abuelas, Madres y Familiares, que sufrieron mucho pero superaron el dolor construyendo verdad, memoria y justicia. Silvia se inscribe en esa lucha y deja un legado muy importante para jóvenes, mujeres y hombres que en el futuro agarren esa lucha en sus manos, la de construir una sociedad mejor, la lucha de los treinta mil”.