"Las personas trans y travestis tenemos Derecho a ser felices”
Se cumplen diez años de la sanción de la Ley que permitió que las personas trans y travestis modifiquen el nombre de su DNI. Si bien es un avance y significa una ampliación de derechos, el programa Redacción Abierta analizó las desafíos pendientes.
El 9 de mayo de 2012, Argentina se convertía en el primer país en permitir que una persona puede inscribirse en el DNI de acuerdo a su autopercepción. Lo hizo a través la Ley 26.273, una normativa pionera en el mundo en cuanto a la ampliación de derechos para las personas tran y travestis.
Para analizar el tema, ahondar en sus alcances y reconocer lo que aún falta, el programa Redacción Abierta invitó a Ivanna Aguilera, coordinadora del Área Trans, Travesti y No Binarie de la Facultad de Filosofía y Humanidades; a Ikal Blatto, secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Sociales; y a Thiago Galván, activista en Devenir Diverse y vicepresidente de la Liga LGTBIQ+ de las Provincias. También se sumó a través de Zoom, la periodista Alejandra Malem.
Les invitades coincidieron que se trata de una legislación muy nueva, por lo que todavía quedan pendientes de resolver varias cuestiones, sobre todo relacionadas a su aplicación en instituciones públicas. Sin embargo, la celebran y aseguraron que la lucha continúa.
“Lo único que pretende la población trans y travesti es tener una carta de ciudadanía plena, poder gozar de los mismos derechos que tienen todos y todas, y con esos derechos poder construirnos como ciudadanes”, explicó Aguilera.
En ese sentido, Galván expresó: "La Ley de Identidad de Género implica ser reconocidos como sujetos de derechos. Es más que un plástico que dice nuestro nombre e identidad, es poder ser reconocidos por una institución, de poder acceder a un trabajo formal, a la educación. Tenemos el mismo derecho que cualquiera a disfrutar de una ciudadanía plena y poder desarrollar un proyecto de vida y disfrutarlo, tenemos derecho a ser felices".
Por eso, para Ikal una de las deudas pendientes es con las personas más grandes. “Las generaciones más jóvenes podemos reconocernos en estas identidades que hemos ido visibilizando, pero falta mucho en cuanto a la reparación histórica de las generaciones anteriores que ha transitado un montón de situaciones para que hoy tengamos este Derecho. La Ley es una plataforma que nos permite seguir luchando, pero que todavía falta para que el cumplimiento efectivo tenga un reflejo al cien por ciento en la vida de las personas trans”.
“Nosotros tuvimos el privilegio de transicionar con el respaldo de una Ley, pero Ivanna es una sobreviviente, porque pasar la barrera de los 40 es sobrevivir a una historia de hostilidad, marginalización y desidia que el Estado ha operado”, afirmó Galván.
En ese marco, anticiparon que se encuentran trabajando en un proyecto de Ley de Reparación para personas trans y travestis y que anhelan ponerlo en la agenda pública pronto.
DERECHO A VIVIR
A un década de su promulgación, el Registro Nacional de las Personas (Renaper) y la Dirección de Población del Ministerio del Interior, publicó el pasado viernes un estudio donde informaron que hasta el momento 12.655 personas rectificaron su DNI para que coincida con su identidad autopercibida.
Lamentablemente, en el mismo lapso de tiempo, de ese total fallecieron 335 personas, antes de los 53 años, cuando la expectativa de vida en la Argentina es de más de 76 años. Según el informe, la mayoría de quienes cambiaron su documento tienen alrededor de los 30 años.
En una pausa de su programa por Radio Del Plata, por videollamada Malem reveló que solamente sesenta personas de las que realizaron el cambio registral superan los 60 años. “Esto arroja una evidencia clara de que las personas trans no viven mas de 40 años y que tiene que haber protección social, provisional, de vivienda y salud para nuestras adultas mayores. Exigimos al Estado una Ley Integral trans”.
“En la medida en que no podamos acceder a trabajos registrados y sólo nos quedé la prostitución vamos a seguir teniendo estos niveles de expectativa de vida. La prostitución no es elegida por nosotras, es impuesta. Además de tristeza, trae mala alimentación y enfermedades, a la población trans femenina la prostitución nos mata”, sostuvo Ivanna desde el estudio de Canal 10.
Y continuó: “Y aquellas que superamos esa edad, tenemos vejeces patéticas porque no tenemos obra social ni jubilación, no tenemos a acceso a la salida ni a la vivienda".
De allí que el colectivo LGTBIQ+ también impulsó el proyecto del “Cupo laboral Trans”, una medida que se convirtió en la Ley 27.636 en 2021 y que implica que el Estado reserve al menos el 1% de sus puestos para ser ocupados por personas trans y travestis.
“No tenemos derecho al goce, al amor, a la felicidad, no tiene solo que ver con acceder a un trabajo formal y después volver a un mundo hostil, sino que se debe comprender que nosotros también poseemos esta humanidad merecedora de cariño”, agregó Galván.
FALTA EDUCACIÓN Y POLÍTICA
Tampoco el sistema educativo está preparado. “En todos los niveles, las infancias trans sufren mucho en la escuela. La ESI se queda corta no sólo en la aplicación sino en el contenido, porque no se habla de nuestras identidades y de cómo tener practicas saludables en la construcción de nuestra identidad, sexualidad y vínculos. Ademas no encontramos un lugar donde proyectarnos, no hay una maestra “trava”. Y la educación está muy normada por esas dos posibles identidades totalmente biologisista”, argumentó Galván quien fue el primer precandidato trans para un cargo legislativo.
“Otro punto es la formación de profesionales. Hay carreras que, en su ejercicio profesional tratan con la población trans y travesti, que no son formadas con perspectiva de género ni contemplando nuestras realidades y necesidades”, dijo Blatto.
Tanto Ikal como Thiago señalaron que en el propio Registro Civil, donde debe realizarse el trámite para modificar el DNI, no saben bien cómo proceder. “Son quienes reciben nuestra intención de hacer el cambio, y en vez de ser un momento de amor, se vuelve hostil. Por ejemplo, cuando fui a hacer mi cambio registral, en todas las pantalla pusieron mi nombre anterior. Eso es una operación violenta, me hace sentir invisibilizado”, contó Galván enfatizando que, una de las principales falencias es que “hay instituciones publicas en la que no se habla de la Ley de Identidad de Género”.
“Uno de nuestros objetivos es poder ocupar con nuestros cuerpos todos los ámbitos, incluido el político, donde hoy no tenemos representación. Necesitamos compañeres que presenten nuestros proyectos, defendidos desde sus vivencias.
Queremos que se puedan llevar adelante con nuestras voces, porque no queremos que nos hablen, tenemos nuestras voces, no queremos que nos interpretan, queremos que nos pregunten. Que mejor que una persona trans o travesti para explicar las problemáticas que nos atañen nuestra vida”, planteó Aguilera.
Para la periodista otro de los desafíos es “deconstruir los medios de comunicación, no sólo con las diversidades y otredades, sino con las mujeres mismas, que son muy pocas las que ocupan lugares de poder, como tener un programa prime time o hablar de política. La lucha de las personas trans y del femenismo van de la mano”.