Henry Boisrolin: “Haití no es el país más pobre de la región sino el más empobrecido”
Envueltos en un espiral de violencia, tras la crisis política que generó la renuncia del primer ministro, el pueblo haitiano pide una salida democrática. ¿Qué pasa en el país caribeño? El análisis en el programa Redacción Abierta.
Violencia, caos y sangre son los protagonistas de Haití en los últimos días. Puerto Príncipe, la capital del país caribeño, se encuentra asediada por bandas armadas contra las instituciones públicas. Así, tras la renuncia del primer ministro Ariel Henry, la crisis política se ha agravado.
Para profundizar en el tema, el programa Redacción Abierta invitó a Henry Boisrolin, miembro del Comité Democrático Haitiano en Argentina, y a Eddyson Damas, estudiante haitiano en Córdoba.
“Para entender este conflicto hay que comprender que Haití sigue siendo una neocolonia de Estados Unidos”, comenzó explicando Boisrolin y continuó: “Haití no es el país más pobre de la región sino el más empobrecido. Otra dimensión de la crisis es la posición geoestratégica, si uno traza un eje: Cuba, Haití y Venezuela, una zona de tráfico importantísima para Estados Unidos. Además, en el país las clases dominantes haitianas no pueden ganar elecciones de manera limpia, entonces para mantenerse, el sistema neocolonial ha recurrido a dictaduras, invasiones, manipulación de elecciones”.
“Esta situación se genera porque quieren apoderarse de los recursos naturales que posee la isla. Además, necesitan para poder vender arroz contaminado y para producir mano de obra barata”, agregó el estudiante por la pantalla de Canal 10.
Para Damas el pueblo está diciendo basta y el imperio no encuentra la forma para mantener la fuerza que tenían en años anteriores, le cuesta mantener el sistema neocolonial y, por eso, crean estas situación de crisis.
En ese sentido, el reclamo social se ve amenazado por el accionar de las bandas armadas que acechan con violencia extrema. “Hay pandillas, pero también grupos paramilitares que son instrumentos políticos al servicio de los intereses neocolonialistas con el objetivo de romper la espina dorsal del movimiento popular que comenzó a cobrar fuerza en 2018 proponiendo una salida haitiana a la crisis y al sistema neocolonial. Haití no fabrica armas, las armas en el país las provee Estados Unidos”, señaló Boisrolin.
Frente a una posible nueva intervención en el país, el miembro del Comité Democrático Haitiano sostuvo que la salida tiene que partir del mismo pueblo. “Tenemos que luchar para recuperar nuestra gran historia, -Haití fue la única revolución antiesclavista victoriosa que rompió el orden mundial-, y encontrar una una solución haitiana a la crisis, una transición de ruptura del sistema colonial, para recuperar la soberanía y la autodeterminación”, concluyó.