Cambios en el gabinete: un remedio de emergencia
Finalmente, y mucho después de lo que los operadores políticos oficialistas y opositores esperaban, el gobernador Juan Schiaretti despidió a su ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera quien, sin embargo, tendrá un exilio de lujo: asumirá como legislador provincial, ya que se encontraba de licencia.
El nombramiento de Julián López en el Ministerio de Gobierno y Seguridad es un guiño a las nuevas camadas dirigenciales del peronismo, aunque fuentes oficiales ya anticiparon que el nuevo funcionario del área tendrá un secretario de Seguridad, que oficiará virtualmente de conductor de la Policía de la Provincia, uno de los talones de Aquiles de la administración de Juan Schiaretti.
Allegados al mandatario provincial deslizaron que a la hora de elegir al nuevo funcionario, Schiaretti tuvo en cuenta los muy buenos contactos de Julián López con la Justicia, “especialmente con los jueces y especialmente con el Ministerio Público, cosa que con el saliente no pasaba”.
Como secretario de Seguridad, fue designado Claudio Stampalija. Schiaretti es consciente de su demora en reformular la política de seguridad y por eso sale a quemar las naves y tratar de recuperar lo perdido, especialmente después de la catastrófica derrota que sufrió en Marcos Juárez, por la que tuvo que postergar (¿o clausurar?) sus aspiraciones de convertirse en dirigente nacional del justicialismo y posible candidato presidencial.
Schiaretti quiere relanzar su gobierno con algunas caras nuevas y otras con otras funciones, como son los casos de Facundo Torres Lima y Laura Jure, entre otros.
Los cambios –aunque por otras razones– se iniciaron horas antes, con la salida de Nora Bedano de la Agencia Córdoba Cultura. En realidad, la movida empezó con la salida de Diego Cardozo del ministerio de Salud.
La dirigente de Villa María también irá al exilio a la Legislatura de Córdoba, según ella misma confirmó en sus redes sociales cuando presentó la carta de renuncia a Turismo.
Mosquerita tambaleaba
De todas maneras, la situación de Mosquera es bien diferente porque viene a los tumbos desde hace tiempo. Por eso, la especulación se enfilaba a pensar que saldría antes del inicio del juicio a Blas Correa. Fuentes oficiales lo deslizaron en su momento y después hablaron de “un marcha atrás”.
Schiaretti siempre defendió la idea de no reemplazar ministros en medio de conflictos, aunque Mosquera estaba en capilla desde hace tiempo, al igual que Bedano y Diego Cardoso, ahora imputado luego de la tragedia del Neonatal.
De la salida de Mosquera se habla desde hace tiempo, y el gobernador decidió no dar brazo a torcer. Pero después de Marcos Juárez todo cambió y quedó en un callejón sin salida. Por eso los cambios.
Sin embargo, ya venía pensando “en bajarle el precio y convertirla en Secretaría”, según contaron voceros oficiales.
Los cambios no se agotarían en lo anunciado en las últimas horas. Aunque podría pasar algún tiempo, se vendrían toques importantes en una institución del gobierno, cuyas mujeres y hombres habitualmente visten de azul.
Esta vez, al caudillo peronista lo estaba tapando el agua.