Confiar en la integridad académica de estudiantes y docentes
Genéricamente lo que se denomina un "supervisor electrónico de exámenes", constan de 2 partes:
a) Un inhabilitador de computadora, generosamente denominado “Navegador Seguro” (Lock Down Browser)
b) Un monitor de cámara que detecta movimientos sospechosos y graba todo en la nube.
Estas dos características, por sí solas, ya generan pánico entre quienes entienden de tecnología informática. Pero es justo abundar en un análisis mayor, para lo cual expongo algunos de los argumentos elaborados por especialistas en tecnología informática, egresados de nuestra facultad, para recomendar la no implementación de estos tipos de sistemas:
Primero de todo debemos entender que un “supervisor electrónico de exámenes”. No debe confundirse el sistema con un software para la toma de exámenes. De hecho es un sistema que toma el control del aula virtual Moodle, a través de la cual se hace el examen, y de la computadora personal del/la estudiante. Es decir un mero servicio de vigilancia sobre el cual tanto el/la docente como la/el alumna/o no tienen control alguno. De ninguna manera se trata de un sistema que facilite la elaboración de un examen virtual. Esta tarea en el caso de la UNC queda reservado al aula virtual Moodle.
Problemas:
Estos sistemas son un mecanismos que se interpone entre el o la docente y estudiantes para seleccionar actividades sospechosas por parte de los/las estudiantes (monitoreo). Este mecanismo utiliza herramientas de "de inteligencia artificial" (proctoring, prohibido por ejemplo en Universidades Españolas, Extremadura por citar una). Estos mecanismos sirve para indicar a la o el docente sobre eventos inusuales y así poder tener una ayuda a la hora de determinar si el alumno/a ha cometido fraude en la resolución del examen. Esto implica grabación y revisión a posteriori del material. Quien decide qué actividad sospechosa reportar: el soft del monitor. Y acá la primera gran discusión del uso de inteligencia artificial para el control de las personas.
El material con horas de video de alumnas y alumnos de la UNC, en algunos casos menores de edad, queda almacenado por un algún periodo en servidores donde la ley Argentina podría no tiene injerencia.
Nada garantiza que la propietaria del software no retenga todo o parte del material sobre el comportamiento ante la cámara de los exámenes por parte de una universidad específica, luego lo más preciado del producto es la cantidad de horas de video curados, específicos y localizados sobre su área de experiencia.
No hay verdadero control sobre los datos personales (horas de grabación de videos) de los alumnos, ya que se trata de un software propietario. Además con respecto a este punto Los datos son tan definidos (grupo etario, localización, nivel educativo, etc.) que es un botín interesante para que delincuentes informáticos intenten obtener ese material. Es muy común que empresas medianas y pequeñas tengan filtraciones completas de datos que comprometerían la privacidad de las y los estudiantes de la UNC.
Resulta discriminador respecto a estudiantes que no puedan instalar esta plataforma en sus entornos de software libre, ya que solo corre en Sistemas Operativos Microsoft Windows y Apple OSX. Sistemas Operativos como Linux y el mayor parque de celulares en Argentina, los teléfonos Android, no son compatibles. Se ha hecho un esfuerzo desde la UNC para mejorar la conectividad de los estudiantes, pero ha sido direccionado a la provisión de datos por medio de telefonía móvil, la gran mayoría en Argentina con sistema Android que como dijimos no soporta el sistema seleccionado.
El software monitor corre como Administrador, con lo cual tiene acceso irrestricto a todo lo que está almacenado y suceda en la máquina de los estudiantes.
En países con avanzada legislación sobre derechos humanos como los Países Bajos, se prohíbe terminantemente la invasión de la privacidad por medios tecnológicos de manera expresa, por lo cual estos sistemas de toma de exámenes en las Universidades no están permitidos. Lamentablemente en los cuatro años pasados la política de derechos humanos en Argentina sufrió un lamentable “desatención” por parte del estado. De otra forma probablemente hoy tendríamos una legislación similar a la mencionada y no estaríamos discutiendo la utilización de estos sistemas invasivos de evaluación.
Para concluir.
En una entrevista periodística me preguntaron “¿cuál es entonces la alternativa? Quizás la respuesta está en lo expresado por el Consejo Académico de la Universidad de Berkeley (donde precisamente el sistema seleccionado por la UNC fue prohibido):
Un examen es un pacto bidireccional entre estudiantes y profesor. Realizar exámenes, particularmente en las circunstancias sin precedentes que nos encontramos, en última instancia, depende de la confianza: los profesores deben poder confiar en que los estudiantes van a actuar con integridad académica y los estudiantes deben poder confiar en que sus profesores y compañeros van a hacer lo mismo.