Equidad digital para todas las edades ¿será posible?
Un nuevo 1 de octubre conmemoramos el Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha que nació el 14 de diciembre de 1990 a través de la Resolución 45/106 de la Asamblea General de Naciones Unidas para reivindicar los derechos de este grupo etario y favorecer la toma de conciencia sobre la prolongación de la vida y el valor que esto tiene.
Cada año se elige un lema para trabajar desde los distintos sectores que componen la sociedad y están involucrados con el envejecimiento. Para este 2021 el lema elegido es “Equidad digital para todas las edades", haciendo hincapié en la necesidad de que las personas mayores tengan acceso y una participación significativa en el mundo digital.
Naciones Unidas, en su sitio web, publica al respecto: “Los avances tecnológicos ofrecen grandes esperanzas para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, la mitad de la población mundial vive sin conexión a Internet. Las diferencias más evidentes se reflejan entre los países más desarrollados y los menos desarrollados, con un 87 % y 19 % respectivamente; según muestran datos de 2020 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Asimismo, informes recientes de la UIT indican que las mujeres y las personas de edad experimentan una desigualdad digital en mayor medida que otros grupos de la sociedad. Carecen de acceso a las tecnologías o a menudo no se benefician plenamente de las oportunidades que ofrece el progreso tecnológico”.
Tras un año y medio de pandemia en el que las personas mayores del mundo entero estuvieron dentro de los principales grupos de riesgo, en Córdoba tuvimos dos situaciones en las que pudimos notar el camino que falta recorrer para que estas personas tengan acceso real al mundo digital. Una de ellas fue aquel 3 de abril de 2020 cuando se habilitaron los pagos de jubilaciones y pensiones, podían cobrarse en el banco, con cajero humano, pero no era recomendado ya que era el momento en el que estábamos en cuarentena estricta y nadie debía exponerse a estar en lugares con mucha gente. La otra forma para cobrar era en los cajeros automáticos, con tarjeta. La foto que recorrió los medios de comunicación fue el aglomeramiento generado con personas mayores, con bastones, andadores, haciendo cola para poder cobrar por ventanilla ya que no usaban el sistema virtual.
La otra situación que dejó al descubierto esta brecha digital, sobre todo con las personas mayores en situación de pobreza o sin vínculos cercanos, fue en el inicio de la vacunación contra el covid 19. El requisito para acceder a la vacuna era inscribirse a través del Ciudadano Digital (CIDI), lo que implicaba tener una cuenta, una contraseña y un correo electrónico. Un trámite que dificultó la inscripción para quienes que no contaban con alguna asistencia para poder realizarlo. El resultado fue, instituciones que decidieron colaborar para inscribir en estos casos y, finalmente, la eliminación del requisito para este grupo.
Dos casos: el cobro de haberes a través del cajero automático y la inscripción para la vacuna a través del Ciudadano Digital, sirven como muestra, entre tantas otras que existen, de una realidad con la convivimos cotidianamente y que, en la pandemia, situación extraordinaria, quedó visibilizada de forma masiva.
Hay intentos para conectar a más personas y acortar distancias tecnológicas, pero paralelamente surgen nuevos riesgos. Entre ellos los delitos cibernéticos y la desinformación que, reconocen desde Naciones Unidas, amenazan los derechos humanos, la privacidad y la seguridad de las personas mayores. En este sentido, la recomendación es definir acciones concretas para aprovechar lo mejor de estas tecnologías y mitigar al mismo tiempo sus riesgos.
El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, a través del mensaje con motivo de esta nueva conmemoración, pidió que se pongan en marcha políticas, estrategias y medidas más inclusivas con el fin de lograr la igualdad digital para las personas de todas las edades.
Tenemos un año por delante, hasta el próximo 1 de octubre que llegará con un nuevo lema. El desafío es trabajar, avanzar e intentar mejorar esta realidad que hoy evidenciamos. Hacerlo, pero, más allá de las opiniones de expertos y profesionales dedicados a la vejez, prestando especial atención a lo que expresan, manifiestan o incluso lo que no dicen, las personas mayores, quienes están necesitando este cambio, como tantos otros, para que la vejez sea una etapa de la vida digna, segura y feliz. Tal como lo expresé en mi columna sobre esta fecha en el 2020, reitero lo dicho en aquella oportunidad: “Ahora más que nunca, debemos escuchar sus voces, sugerencias e ideas para construir sociedades más inclusivas y adaptadas a sus necesidades.”