Noticias desde España
(Desde Santander)
Cumpliendo con la tradición de intercalar doce uvas entre las pertinentes campanadas, España comienza el año con una particularidad: podría ser el primero en la gestión de Pedro Sánchez sin elecciones programadas, sean comunitarias, nacionales, autonómicas o municipales.
Sin embargo, esta tregua electoral no ofrece calma. La agenda política y el pulso social tensan la narrativa entre la "normalidad" promovida por el oficialismo y la "excepción" denunciada por la oposición, particularmente el Partido Popular (PP) que conduce Alberto Núñez Feijóo.
Memoria e identidad política
Sánchez anunció la realización de un centenar de actos bajo el nombre de “España, 50 años en Libertad”, para conmemorar la transformación del país desde el inicio de la transición, en 1975. El primero será el 8 de enero, en el Museo Reina Sofía. El 20 de noviembre de este año marcará el 50.º aniversario de la muerte de Francisco Franco.
Mientras que sectores conservadores, especialmente PP y Vox, insisten en rechazar una “lectura maniquea” del franquismo o “jugar a la división y la fractura”, reivindicando aspectos del pasado como la unidad territorial y el orden social. El PSOE busca reforzar su narrativa basada en la Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, de amplia condena al régimen dictatorial.
La DANA en Valencia: Crisis social y política
La Depresión Aislada en Niveles Altos (dana, término incorporado al diccionario de la RAE a puro impacto), sufrida en Valencia, dejó un saldo devastador. Con 224 muertos y 3 desaparecidos, más de 40 municipios fueron declarados zonas catastróficas, y las críticas hacia la gestión gubernamental no se hicieron esperar.
En tres multitudinarias marchas, el pueblo valenciano viene reclamando la renuncia del Presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), discutiéndose su actuación en las horas de mayor crisis, comprobado que compartía entonces un almuerzo con una reconocida periodista en un “reservado” de un restaurante de cinco tenedores, que se extendió por tres horas. Aunque el lodo de la dana salpicó también a Sánchez y al mismísimo rey Felipe VI, señalándose falta de reflejos (imprevisión como Estado frente al cambio climático, ineficientes protocolos de gestión de catástrofes, defectuosa coordinación interjurisdiccional, lentitud para emitir las emergencias nacionales).
La Cámara de Comercio de Valencia estimó: 129.000 vehículos destrozados, 69.000 viviendas dañadas, 57 parques industriales afectados (36% del total de empresas local, con mas de 30.000 trabajadores suspendidos por fuerza mayor). Y miles de personas afectadas para siempre por una dolorosa y eterna cicatriz.
Corrupción y sombras sobre el entorno de Sánchez
España ocupa el puesto 35 sobre 180 en el ranking de estados más corruptos (Transparencia Internacional), con casos graves como Nóos (que afectó de lleno a la Monarquía, al implicarse al cuñado de Felipe VI) o Gürtel (un duro golpe para la administración del PP, entonces a cargo de Mariano Rajoy). Hoy sobresale la investigación contra la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, por tráfico de influencias y apropiación indebida (en Madrid); y contra David Sánchez, hermano del Presidente, por malversación, prevaricación y tráfico de influencias (en Badajoz).
Desde el PP y Ciudadanos se exige la creación de una comisión parlamentaria para investigar los casos.
La migración
Desde 2015, las tasas migratorias volvieron a crecer fuertemente. En la actualidad, uno de cada cuatro niños tiene un padre extranjero. El principal componente de esa masa de inmigrantes es marroquí, seguido de países sudamericanos (en especial Venezuela y Colombia), subsaharianos y europeos del este (a los habituales rumanos se han sumado ucranianos).
El fenómeno de los balseros es dramático. Una media diaria de 300 personas arriesga su vida cruzando el Mediterráneo para alcanzar las costas españolas, con las Islas Baleares, Canarias y Andalucía como los principales puntos de entrada.
En 2024, según datos oficiales, más de 64.000 personas ingresaron por esta vía, mientras que más de 10.000 perdieron la vida o desaparecieron en el intento.
El director para España de Amnesty International, Esteban Beltrán, señala que la respuesta debe ser “integral”, combinando “políticas de acogida con una acción decidida en el ámbito europeo para abordar las causas estructurales de la migración”, saliendo del clásico “a salvo, pero en la indigencia”. Sin embargo, el discurso antiinmigración gana músculo en sectores de la derecha, aumentando las tensiones sociales y políticas.
Los desafíos internacionales
España enfrenta un entorno multipolar y cambiante. La guerra en Ucrania, el ascenso de China como potencia global y las tensiones en el Mediterráneo plantean retos en materia de seguridad, energía y comercio.
La llegada de Donald Trump a la presidencia de los EE.UU. está llevando a los principales actores de la UE a prepararse frente a lo que los medios españoles consideran un “nacionalismo sin complejos”.
El excanciller Josep Borrell, actualmente Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, ha subrayado la necesidad de que España juegue un papel más activo en la construcción de una Europa fuerte y autónoma.
Pero los partidos políticos no se esfuerzan, en este capítulo, por ilustrar a la ciudadanía y plantear debates de altura. Dice la experta Araceli Mangas Martín: “De la pobreza de los programas se deduce que los partidos políticos parasitan ensimismados, a diferencia del activismo y liderazgo exterior de las empresas españolas. Los políticos prefieren el enfrentamiento interno a políticas cohesionadas que faciliten y multipliquen la proyección internacional de España”
¿Fin de fiesta en la política?
En un contexto de memoria histórica, crisis climáticas, tensiones autonómicas y desafíos migratorios, España camina entre claroscuros. Pese a los retos que enfrenta, el clima se percibe como superficial y carente de propuestas de largo plazo. Un “fin de fiesta”, en el que las discusiones se centran más en reproches mutuos que en soluciones concretas.
Considerando diversas experiencias recientes, donde este tipo de dinámicas contribuyó al desapego ciudadano, no hacia la política en sí misma, sino hacia sus habituales protagonistas (como ha pasado incluso en Argentina), la situación actual en España sugiere la posibilidad de un fenómeno similar en el mediano plazo, a menos que se produzcan cambios significativos.