Schiaretti quiere ser candidato a presidente y se prepara para competir en las Paso
Pasaron tres años de aquel 12 de mayo de 2019, cuando después de haber ganado por goleada las elecciones de gobernador, Juan Schiaretti frenó en seco a todos los dirigentes justicialistas que soñaban con una foto en el palco de la victoria de Córdoba: “No soy el macho alfta”. Eso fue lo que dijo para desalentar a los viajeros que se alistaban para subirse a sus aviones.
36 meses después, el gobernador de Córdoba cambió de idea y la foto de hoy es la siguiente: no sólo está dispuesto a emprender una aventura nacional sino que resolvió participar de las Paso de agosto de 2023, si es que logra consolidarse dentro del mapa partidario.
Sabido es que nada se puede resolver con tanta anticipación, pero ahora está la voluntad del gobernador de participar de la contienda.
Es consciente de que no tiene ningún tipo de inserción en dos distritos clave como lo son la estratégica provincia de Buenos Aires y también la Capital Federal. Pero tratará de ir ganando espacios paulatinamente y sin generar baches que hagan olvidar lo edificado con anterioridad.
Sus voceros más próximos afirman que hubo varias situaciones que lo llevaron a definirse por el despegue nacional, pero marcan un hecho como “la gota que rebalsó el vaso” o que determinó que decidiera acelerar los tiempos
Ese hecho determinante es el anuncio del presidente Alberto Fernández de trabajar por su reelección porque consideró que tanto el jefe de Estado como la vicepresidenta Cristina Fernández están sumiendo su partido en un estado de descomposición.
De gira
Por lo pronto, inició su gira por Emiratos Árabes adonde viajó con el gobernador Santafesino Omar Perotti con el fin de conseguir financiamiento para el acueducto entre Santa Fe y Córdoba, utilizando las aguas del Río Paraná.
Es Perotti precisamente uno de sus potenciales socios en la aventura nacional que tiene como bandera al jefe del peronismo de Córdoba. Por el momento, no hay demasiados nombres más allá del gobernador de La Rioja Ricardo Quintela, y el de Catamarca Raúl Jalil, el misionero Carlos Rovira, y el ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. También mantiene buenos vínculos con Miguel Ángel Picchetto, quien aún continúa en Juntos por el Cambio, comandando una supuesta pata peronista que no tiene demasiadas adhesiones.
“Sabemos que largamos de atrás, pero pensamos que hay que hacer algo y ‘El Gringo’ está dispuesto a asumir el compromiso”, manifestó un hombre que transita los pasillos del poder desde que José Manuel de la Sota asumió el gobierno en 1999”.
En el círculo rojo, hay calificadas voces del empresariado que vienen conversando con Schiaretti, especialmente los conductores de algunas multinacionales. Ese apoyo rara vez se traduce en votos, pero no se puede diseñar ningún proyecto de gobierno sin tener una base que contenga al sector empresario.
Con el campo, el gobernador siempre tuvo una muy buena onda, de modo que se descuenta el aval cuando se le solicite.
De todas maneras, en la mesa chica del schiarettismo asumen que también habrá un hecho determinante que puede convertirse en una plataforma de lanzamiento o en un baúl adonde van a dormir los sueños de los justos. Estamos hablando de la elección de gobernador de 2023, cuando el peronista Martín Llaryora, intentará prorrogar la hegemonía del PJ por al menos cuatro años más.
Si Llaryora no gana, el viaje nacional de Schiaretti se desactivará. Si gana, entrará en su faz de mayor velocidad. Se dice que los comicios de gobernador y vice serían el 15 de junio, dos meses antes de las Paso.
De momento, los actores del llamado modelo Córdoba preparan su artillería para empezar a desandar los caminos de todo el país.